15/11/2024

Impulso vaticano a la causa de Madre Ágreda: «evangelizó» a los indios y cautivó a Carmen Hernández

El Papa Francisco recibió este jueves en audiencia a los participantes en la conferencia internacional sobre la venerable y mística española María de Jesús de Ágreda. Un congreso promovido por la Pontificia Academia Mariana Internacional, en el marco de la cátedra de Santa Beatriz de Silva, la fundadora de las Concepcionistas franciscanas.

«Madre Ágreda fue una mujer excepcional que ustedes han querido definir como ‘enamorada de la Escritura’, ‘mística mariana’ y ‘evangelizadora de América'», comenzó diciendo el Papa.

Francisco destacó la figura de una de las místicas más importantes en la historia de la Iglesia. «Madre Ágreda y las religiosas concepcionistas, que fueron las primeras claustrales en llegar a América –no sé si vinieron con Cristóbal Colón, pero por allí más o menos–, nos dan prueba de este espíritu misionero de la vida contemplativa, que más tarde pondrá de relieve santa Teresa del Niño Jesús», añadió el Papa.

«Es comprensible que la Madre Ágreda sintiera el llamado del Señor de rezar por aquellas almas que aún no lo conocían, y que esta oración fuese fecunda en el alma de aquellos que, al decir de los misioneros, se encontraron bien dispuestos a recibir el bautismo. Normalmente no somos conscientes de la fuerza de la oración de intercesión en nuestras vidas, como se dice que los indios lo fueron de la intervención de la Madre Ágreda», comentó.

En clausura en su propia casa

Sor María Jesús nació en el siglo XVII en la localidad de Ágreda (Soria). En el Monasterio de la Inmaculada Concepción de la localidad descansan los restos de esta monja que evangelizó a los indios de Nuevo México y Texas (EE.UU), sin haber salido nunca del convento… ni de su propia casa.

Todo se remonta a cuando la madre de la mística tuvo una revelación: debía transformar la casa familiar en un convento, e ingresar en él como religiosa, tanto ella como sus dos hijas. Mientras, el padre y los dos hijos debían hacerse franciscanos. 

En el Monasterio de la Inmaculada Concepción de Ágreda descansan sus restos.

María Jesús tomó el hábito a los dieciséis años, junto con su madre y su hermana. En 1627, con 25 años, fue nombrada abadesa del convento fundado por sus padres. Poseedora del don de bilocación, franciscanos e indígenas aseguraban que «la dama azul de los llanos» se aparecía y predicaba por aquellas tierras del Nuevo Mundo. 

Evangelizadora de los indios

Fue justamente en 1622, cuando una expedición de 26 franciscanos dirigida por fray Alonso de Benavides se adentró en el territorio de Nuevo México para llevar el Evangelio a apaches, navajos, comanches, xumanas…

Esperaban encontrar la hostilidad que ya le había costado la vida a otros religiosos, y sin embargo se vieron recibidos «con grandes demostraciones de devoción y alegría, y hallaron a los indios tan bien catequizados que, sin otra instrucción, pudieron bautizarlos«, cuenta fray José Jiménez Samaniego, general de la orden años después de los hechos.

Habían sido enseñados por una misteriosa Dama Azul (alusión a su hábito), quien siguió haciéndolo durante años y a quien, con el tiempo, los frailes terminaron identificando como Sor María Jesús de Ágreda (1602-1665), ya bien conocida en España por su santidad de vida y sus penitencias, éxtasis y levitaciones. 

Cuando, en la iglesita de Isleta, los frailes mostraron a los indios diversos retratos de monjas, todos sin excepción señalaron espontáneamente a Sor María como «la mujer joven y hermosa vestida de azul que les había hablado de Dios».

Ante la sobrenaturalidad de la bilocación, el padre Benavides informó a sus superiores en México y el rey Felipe IV, y en 1630 se trasladó a España para conocer a la religiosa y conminarla bajo juramento a decir la verdad. Ella le confirmó que era llevada por ángeles a países para ella desconocidos a predicar a Jesucristo entre paganos e idólatras y explicarles cómo llegar hasta los sacerdotes que pudiesen bautizarles. Todo ello, sin desatender su vida y obligaciones conventuales, en uno de los casos de bilocación más asombrosos en la historia de las experiencias místicas.

«Madre Ágreda fue una mujer excepcional que ustedes han querido definir como ‘enamorada de la Escritura’, ‘mística mariana’ y ‘evangelizadora de América'», dijo el Papa.

Pero la bilocación de Sor María Jesús de Ágreda no la usó solamente en el Nuevo Mundo. En 1626 convirtió a un musulmán encarcelado en Pamplona a quien predicó en su celda rogándole que se bautizase. Cuando el hombre llegó a Ágreda, trasladado por su señor, pidió el primer sacramento y explicó que una misteriosa monja le había introducido en los misterios de la fe.

Para comprobar la veracidad de la historia llegó a hacerse, ante notario, una «rueda de monjas», y tres -entre ellas Sor María Jesús- descubrieron su rostro para que señalase a su visitadora, lo cual hizo sin dudarlo en cuanto la vio. La Inquisición le abrió un proceso en Logroño en 1635 que duró quince años y se saldó declarándola inocente.

Consejera de Felipe IV

Luego comenzó su largo periodo de relación epistolar con Felipe IV. En 1643, el monarca (a quien la crisis política de 1640 en Portugal y Cataluña había dejado sin su apoyo y valido de la primera parte del reinado, el conde-duque de Olivares), se hallaba dubitativo ante la orientación que imprimir al reino. Visitó a sor María Jesús de Ágreda en el convento.

«Me siento viejo y de poco provecho», le confió, y tras unas horas de trato le rogó que continuaran sus conversaciones por carta. La monja se convirtió en consejera no sólo espiritual, sino también política, del monarca. Aportaba a muchas de las cuestiones que éste sometía a su consideración un gran espíritu de prudencia y sentido común.

Se considera, por ejemplo, que su consejo de buscar la paz en el interior y en el exterior animó al rey a respetar la identidad política de Aragón para resolver el conflicto catalán, y a firmar la Paz de Westfalia en 1648 y la Paz de los Pirineos en 1659 para concluir con la sangría de las guerras europeas.

La Virgen María, mística ciudad de Dios

Y era, además, una gran escritora. Escribió la Mística ciudad de Dios (Gaudete) de Sor María Jesús de Ágreda, que se publicó póstumamente y fue popularísima durante siglos. A la Virgen precisamente (Vida de la Virgen María), desde la Inmaculada Concepción hasta la Encarnación del Verbo, está consagrado el primero de los siete libritos que componen la Mística ciudad de Dios. Todos, escritos en un espíritu de reverencia al Altísimo.

Los escritos de sor María Jesús de Ágreda han sido muy seguidos durante siglos en la Iglesia, la también soriana Carmen Hernández, fallecida en 2016 y coiniciadora del Camino Neocatecumenal junto con Kiko Argüello, fue una apasionada de sus meditaciones y se reconocía como devota de su figura. Puedes leer aquí un recorrido por los lugares más importantes en la vida de la laica española.

Puedes ver aquí un documental sobre Sor María Jesús de Ágreda.

El obispo de la Diócesis de Osma-Soria, Abilio Martínez, se reunió este jueves 16 de noviembre con el Papa Francisco para retomar la causa de Sor María de Jesús de Ágreda en su camino a la beatificación. En la delegación, de más de 60 personas, estaba la madre superiora del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda, donde fue abadesa Sor María de Jesús y donde se encuentra su cuerpo.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»