En Gudrikia, India, se inauguró una nueva iglesia católica como símbolo de esperanza para los cristianos de Kandhamal, marcados por los pogromos de 2008. El templo se alza donde fue quemado vivo el maestro Mathew Nayak. Fieles y autoridades eclesiásticas celebraron la fe viva de una comunidad que no ha cedido ante la violencia.
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