El escritor y sacerdote Jacques Philippe –de la Comunidad de las Bienaventuranzas y autor de conocidos libros de espiritualidad– ha reflexionado sobre la «Confianza sin límites», en un vídeo que HM Televisión publica con motivo de la Fiesta de la Divina Misericordia inspirada en Santa Faustina Kowalska.
«Pienso que la confianza cristiana es la capacidad que tenemos para apoyarnos en el Señor, de contar con Él, para creer que su fidelidad y su amor nos acompañan«, comienza diciendo el sacerdote francés.
La oración, un lugar especial
Para ello, el sacerdote piensa que la oración desempeña un papel muy importante. «Esta confianza no es fácil, no es natural, es una gracia que tenemos que pedir, hay que pedirle al Señor que nos haga crecer en la fe y que nos dé su Espíritu Santo. Que transforme nuestro corazón y nos ayude a comprender la bondad de Dios», comenta.
«Cuando somos fieles en la oración también sentimos una cierta experiencia de Dios, de que Dios está ahí, de que nos ama, de que es fiel, de que podemos contar con Él. La oración es uno de los lugares principales donde se puede expresar, profundizar y fortalecer esta confianza en Dios«, añade el padre Philippe.
El sacerdote enumera las situaciones que pueden disminuir la confianza en Dios. «En primer lugar, pueden ser las situaciones difíciles de la vida. A veces, atravesamos momentos de adversidad, de sufrimiento, en los que podemos sentirnos perdidos. Y la presencia de Dios no es sensible y perceptible, precisamente, en esos momentos se pone a prueba nuestra confianza, y se nos presenta la ocasión de ponerla en práctica», explica.
Otra de las cosas que, a menudo, pueden poner trabas a la confianza solemos ser nosotros mismos. «La experiencia que tenemos de que somos hombres frágiles, que cometemos errores… esta experiencia de nuestros propios límites, puede hacer que confiar en Dios sea difícil. Pienso que en ambos casos, en las dificultades exteriores y en nuestra pobreza interior, se nos invita precisamente a realizar esos actos de confianza».
«Ver que Dios será fiel, que me va ayudar a salir de mis dificultades, que va acompañarme, que Dios me acepta tal y como soy, incluso en mi debilidad, que me perdona, me acoge y hace que crezca poco a poco. Se nos invita a vivir así, a perseverar en la oración, a unirnos a Dios y apoyarnos en Él en un acto de fe. Esto se debe a que la raíz de nuestra confianza es la fe en la fidelidad de Dios, en su misericordia, en su perdón», añade Philippe.
El sacerdote también reconoce que no siempre es fácil confiar, y menos en el momento de la prueba. «Todo el mundo conoce momentos de sufrimiento, forma parte de la vida, a veces es difícil aceptar y difícil de entender, ya que la presencia del mal y del sufrimiento es un escándalo para nosotros. Pero, creo que estamos llamados a vivir en la confianza, debemos creer que en los momentos de sufrimiento no estamos solos, que no nos han abandonado, Dios no quita el sufrimiento, pero lo que sí es cierto es que nos acompaña».
«Las Escrituras dicen que Dios está cerca de los de corazón quebrantado, que escucha la oración del pobre, que Dios es compasión, que es misericordia. El sufrimiento incluso nos puede impresionar, escandalizar, cuando lo vivimos con el Señor, abandonándonos en sus manos, pero es cuando nos damos cuenta de que puede convertirse en algo positivo«, comenta.
«En algo que nos hace crecer. El sufrimiento nos lleva a lo esencial, nos lleva a plantearnos el verdadero sentido de nuestra existencia, el sufrimiento nos abre también a Dios, nos obliga a invocarlo, a que amar a Dios nos abra a los demás, nos hace más compasivos, nos acerca a los que sufren. Por ello, es bueno entender que aunque el sufrimiento no siempre lo podamos explicar, que se convierta en una vía de crecimiento a nivel humano y espiritual».
Para el sacerdote, es cuando estamos en momentos de prueba, y nos dirigimos a Dios, cuando tenemos una experiencia más profunda de Él. «El sufrimiento nos empobrece y hace que perdamos algunas seguridades humanas, pero, al mismo tiempo, nos acerca a Dios y nos invita a depositar nuestras seguridades en Él. Nos enseña no solo a apoyarnos en las cosas humanas, sino en el señor».
Puedes escuchar aquí la charla completa del padre Jacques Philippe.
Un misterio, el del sufrimiento, que tiene su sentido en la cruz de Cristo. «También se le puede dar un sentido a ese sufrimiento, no es una realidad absurda que nos hace daño, ya que se puede convertir en un camino de crecimiento espiritual donde crece el amor. A partir de su sufrimiento Jesús nos salvó. Podemos ser llamados a unir nuestro sufrimiento al de Cristo. Y no hacer de él algo que simplemente soportamos de manera pasiva, sino que nos acerque a Dios, ofreciéndolo como Jesús. Esto puede ser una fuente de fecundidad para la Iglesia, para el mundo», añade.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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