El documento final del Sínodo sobre la sinodalidad ha dejado muy decepcionados a aquellos que pensaban que en la primera parte de dicho evento eclesial se iban a producir ya cambios radicales en doctrinas como la ordenación de mujeres o la evaluación moral de la práctica de la homosexualidad. La reacción del «apóstol» del lobby LGTBI en la Iglesia, el P. James Martin, sj, es un ejemplo de dicha desilusión.
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