Jorge Sáez Criado es ingeniero informático de profesión, pero escritor de vocación. Más de treinta libros publicados lo atestiguan, tanto de ficción como centrados en cuestiones de fe y de vida católica. Este padre de tres hijos, y colaborador de distintos medios de católicos, acaba de publicar Los hijos de la luz, el segundo libro de la saga Ex inferno. La trama de esta saga se sitúa en la Edad Media, donde una orden de monjes guerreros se dedicaba a proteger al mundo de los demonios que habían conseguido encarnarse en un cuerpo físico. Lograron vencerlos. La Orden de la Cruz y la Llaga y de san Jorge se mantuvo, desde entonces, oculta y en un nivel de alerta cada vez más bajo hasta llegar a nuestros días: una orden que, a pesar de su entrenamiento armamentístico, se dedica principalmente a la contemplación. Pero La investigación de unos arqueólogos en una iglesia desconocida liberó a un demonio que permanecía atrapado allí, por lo que la Orden debía activarse de nuevo.
-Has publicado el segundo libro de tu saga Ex inferno. ¿Qué puede encontrarse el lector en esta serie de libros?
-En Ex inferno conoceremos la Orden de la Cruz y la Llaga y de san Jorge, una orden secreta de monjes que llevaba siglos en estado letárgico y prácticamente extinta. Esta orden tendrá que activarse cuando un accidente provoca la reaparición de un demonio encarnado capaz de invocar otros demonios, buscando traer el infierno a la tierra. La Orden, con su Maestre Eckard Krieger al frente, tendrá que revitalizarse para volver a ejecutar en la actualidad la función que tuvo en su origen: proteger al mundo de la invasión demoníaca luchando contra ellos. Una tarea complicada, ya que los demonios utilizarán todo tipo de engaños para que los humanos los sigan y llevan ventaja a la Orden.
-Monjes enfrentándose con espadas a demonios. ¿Cómo es que has ambientado esta historia en la actualidad?
-Las órdenes militares siempre me han interesado. Monjes que no veían ninguna dificultad en combinar su labor espiritual con la defensa de los cristianos. Así que un buen día me pregunté: «¿Y si existiera una orden similar a la del Temple, pero que protegía a la humanidad de demonios que se podían encarnar? ¿Y si en la Edad Media lograron vencer, pero ahora tuvieran que reaparecer?». El momento actual tiene la particularidad de que parece que nos alejamos de la realidad de la existencia del demonio. La lucha espiritual no es un tema que se suela tratar, y creo que es muy importante. El cristiano ha nacido para la lucha, dijo León XIII. En esta época tenemos antiguas y nuevas herejías, más o menos disfrazadas, unidas a una tendencia a quedarse en un sentimentalismo tan dulcificado que es intragable. Nada que ver con la verdadera vida cristiana. En esta saga, los personajes se tendrán que enfrentar a demonios externos, pero también a sus propios demonios internos. Podríamos decir que es un reflejo de la vida cristiana para animar a avanzar en ella.
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-¿Por qué escribes fantasía, cuando los derroteros literarios parecen ir más por la novela histórica o la negra?
-En mi opinión, los géneros como la fantasía o la ciencia ficción tienen una gran ventaja: nos permiten inventarnos mundos tal como queramos. Son una forma de llevar al máximo la famosa pregunta que da lugar a tantos libros: «¿Y si?». De tal manera que, podemos ver evolucionar ideas, personajes, culturas, partiendo de la base de un supuesto.
Esto hace a fantasía y ciencia ficción unas maravillosas opciones para evaluar y transmitir ideas desde una libertad que no dan otros géneros. Por ejemplo, en mi serie de ciencia ficción Memorias del ocaso exploro temas como la inteligencia artificial, la robótica y lo que nos hace humanos. Algo de una tremenda actualidad, pero poco tratables de otra manera.
-Pero tu labor como escritor, más aún como escritor católico, no se queda en la ficción.
-En efecto, dentro del conjunto de mis obras tienen un lugar muy importante mis libros sobre vida católica. Desde la adoración al Santísimo hasta descubrir el regalo que son los mandamientos, trato de ayudar al lector a acercarse más a Dios dando un papel muy importante a las Sagradas Escrituras. Creo que es muy necesario este tipo de libros para fomentar el encuentro con Dios, nuestro Padre. Somos niños pequeños ante Él, y así debemos acercarnos a sus brazos.
-¿Hay algún tema recurrente o hilo conductor en tus obras de ficción?
-Que el mal no tiene la última palabra. Que siempre queda una esperanza, por mucho que todo se esté torciendo, por muy mal que estén las cosas.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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