Justin Welby ha presentado esta tarde de martes al Rey de Inglaterra su dimisión como arzobispo anglicano de Canterbury, y por lo tanto, como Primado de la Comunión Anglicana. Era arzobispo de Canterbury, y máxima voz autorizada del anglicanismo mundial, desde 2013.
La causa de la dimisión es que no habría actuado con suficiente diligencia en 2013 para investigar los abusos de John Smyth, abogado laico, casado, con 4 hijos, que murió en 2018 con 77 años, y que organizó numerosos campamentos de verano cristianos para niños y adolescentes, donde habría abusado de muchos jóvenes, física y sexualmente.
El obispo anglicano de Guildford, Andrew John Watson, declaró en febrero de 2017 (un año antes de morir Smyth) haber sido en su juventud una de las víctimas apaleadas y golpeadas por Smyth.
En 2013, al llegar al cargo de arzobispo, Welby supo de las acusaciones contra John Smyth pero no las investigó suficientemente. Welby había asistido a uno de sus campamentos en los años 70 como adulto joven.
Una investigación independiente no encontró que Welby «mantuviera algún contacto significativo» con el abogado, pero el informe llamado Makin Review (dirigido por Keith Makin, un estudio independiente) acusó a Welby de no haber informado a la policía sobre lo que sabía de estos abusos tan pronto como supo algo en agosto de 2013, al poco de llegar a arzobispo.
Un documental en la BBC con los horrores del abusador
El caso se hizo famoso por un documental en Canal 4 de la BBC que mostraba que el abusador perseveró durante décadas, impune.
John Smyth en 2017, meses antes de morir en 2018; casado, padre de 4 hijos, abogado incluso en causas «pro-matrimonio» y «pro-familia»: pero, en otra vida paralela, abusador de adolescentes durante décadas en campamentos. Welby no lo hizo investigar en 2013 cuando recibió sospechas serias.
El arzobispo se disculpó por los «fallos y omisiones» al no investigar adecuadamente. Sus declaraciones a la prensa no gustaron ni a los sectores progresistas ni a los más moderados dentro de la Iglesia, y parecieron reforzar la sensación de que no se tomaba en serio la lucha contra los abusos.
Se multiplicaron las voces dentro de la cúpula anglicana pidiendo su renuncia. Miembros del Sínodo de la Iglesia Anglicana dijeron este lunes haber reunido 8.000 firmas pidiendo su dimisión.
Palabras de Welby al renunciar
Finalmente, este martes Welby ha anunciado su renuncia. «Tras haber solicitado el amable permiso de Su Majestad el Rey, he decidido dimitir como arzobispo de Canterbury», explica la nota que ha difundido.
«La investigación Makin Review ha expuesto la conspiración de silencio que se mantiene desde hace tiempo sobre los atroces abusos de John Smyth. Cuando me informaron en 2013 y me dijeron que se había notificado a la policía, creí erróneamente que se tomaría una resolución apropiada. Está muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y retraumatizante período comprendido entre 2013 y 2024″.
«Espero que esta decisión deje claro que la Iglesia [anglicana] de Inglaterra entiende seriamente la necesidad de un cambio y nuestro profundo compromiso con la creación de una iglesia más segura. Al dejar mi cargo, lo hago con pesar y pensando en todas las víctimas y sobrevivientes de abusos».
Welby asegura además: «Durante casi doce años he luchado por introducir mejoras. Son otros los que deben juzgar lo que se ha hecho. Mientras tanto, cumpliré con mi compromiso de reunirme con las víctimas y delegaré todas mis otras responsabilidades actuales en materia de protección hasta que se complete el proceso de evaluación de riesgos necesario».
Finaliza diciendo: «Creo que dar un paso al costado es lo mejor para la Iglesia de Inglaterra, a la que amo profundamente y a la que he tenido el honor de servir. Rezo para que esta decisión nos lleve de nuevo al amor que Jesucristo tiene por cada uno de nosotros. Por encima de todo, mi compromiso más profundo es con la persona de Jesucristo, mi salvador y mi Dios, el portador de los pecados y las cargas del mundo y la esperanza de cada persona».
La valoración de Gavin Ashenden, católico ex-anglicano
Gavin Ashenden, que durante un tiempo fue el capellán personal de la Reina de Inglaterra y se hizo católico en 2019, nunca ha dejado de opinar sobre los acontecimientos en el mundo anglicano, y ha sido una de las voces que pedía esa dimisión de Welby. Lo hacía este lunes con un duro artículo en el Christian Today.
Su titular era un resumen de su postura: «Abusos sexuales, escándalo y un arzobispo incompetente». Habla de «la oleada de indignación moral por el fracaso» de Welby.
Ashenden resume así los hechos: «John Smyth fue un abogado evangélico [de la rama de anglicanismo de estilo evangélico, nota de ReL] que llegó a dominar una subcultura dentro de la Iglesia de Inglaterra y abusó sexual y violentamente en secreto de más de cien hombres jóvenes. Dirigió campamentos de verano para el Iwerne Trust. Sólo los chicos más elegantes de las escuelas más elegantes eran invitados como futuros líderes del Estado y la Iglesia. En 1984, cuando comenzaron a surgir sospechas sobre sus actividades, se deslizó a Zimbabwe para comenzar sus propios campamentos allí. Esto culminó con su arresto en 1997 bajo sospecha de homicidio culpable, como parte de la investigación sobre el ahogamiento de Guide Nyachuru, un joven de 16 años en el campamento de Marondera. El cuerpo desnudo de Nyachuru fue encontrado en la piscina de la escuela Ruzawi en diciembre de 1992. Smyth luego huyó a Sudáfrica».
«En 2013, el entonces arzobispo de Canterbury fue informado oficialmente de la magnitud y el alcance del problema y se le pidió que tomara medidas al respecto. Welby sostuvo que ésta era la primera vez que oía hablar de los abusos cometidos por su viejo amigo. Pero había un problema: Welby había sido uno de los chicos elegantes que ayudaban a dirigir el proyecto Iwerne y estaba involucrado personalmente en los campamentos. Welby había sido oficial de dormitorio y más tarde orador en los campamentos celebrados en el pueblo de Iwerne Minster, en Dorset. Por eso la pregunta «¿cuánto sabía?» ha cobrado importancia», recordó Ashenden.
«Quizás uno de los errores más flagrantes del Arzobispo personalmente surgió cuando, en la entrevista de LBC de 2017, aseguró específicamente que las actividades de Smyth habían sido denunciadas como un delito a la policía. La Iglesia tal vez no se ocupaba de ello, pero la policía sí. Pero esto no era cierto. Su oficina no lo había denunciado a la policía, y esta fue una de las razones por las que, hasta que Cathy Newman de Channel 4 News se involucró en 2017, no sucedió nada más».
«Welby tiene que dimitir. Y tiene que hacerlo no sólo porque no actuó para denunciar la corrupción que contaminó la empresa evangelizadora que él representaba y de la que formaba parte, sino porque alguien tiene que asumir la responsabilidad por no haber hecho lo que se debía hacer, sacarlo a la luz, reconocerlo y ayudar a quienes se vieron afectados por ello», insiste Gavin Ashenden (que, recordemos, hoy por hoy es sacerdote católico).
Helen Hartley, obispesa anglicana de Newcastle, una de las líderes del sector más liberal y del activismo LGTB, a la espera de lograr más poder con la caída de Welby.
Los que esperan: la rama liberal
Si se va un arzobispo de Canterbury, ¿vendrá una arzobispesa? Eso esperan algunos ya.
Welby no era realmente un miembro del ala liberal del anglicanismo, sino más bien cercano al mundo evangélico, al menos en la primacía que daba a la evangelización básica y algunos temas de justicia social. En los asuntos LGTB no ayudaba mucho al lobby más liberal, si bien durante su mandato se han implantado las obispesas anglicanas en Inglaterra por decisión del Sínodo anglicano (la primera se anunciaba hace ahora diez años, Libby Lane).
Por eso, en el sector más liberal y de ideología LGTB también se ha pedido su denuncia, esperando así crecer en poder y acelerar sus reformas.
La obispesa Helen-Ann Hartley fue una de las más insistentes: «Es muy difícil para la Iglesia seguir teniendo una voz moral cuando no podemos poner en orden nuestra propia casa con respecto a algo que es de importancia crítica», dijo.
Aunque casada con un hombre, la obispesa Hartley es una de las mayores impulsoras del lobby LGTB en la Iglesia de Inglaterra, y de noviembre de 2023 a febrero de 2024 fue impulsora insistente de la campaña Living in Love and Faith (LLF) y las «Prayers of Love and Faith», unas oraciones que sin llegar a ser un ritual de matrimonio homosexual sí están llenas de textos de «bendición» para relaciones homosexuales y uniones homosexuales. «Estoy completamente comprometida con la plena inclusión de la gente LGBTQIA+», insistía en un comunicado de febrero.
La obispesa Hartley, nacida en 1973, tiene un itinerario peculiar: su padre era un clérigo presbiteriano escocés que se hizo clérigo anglicano; ella fue la tercera obispesa de Nueva Zelanda, en Waikato, de 2014 a 2017; luego obispesa de Ripon en Inglaterra, de 2018 a 2023, la primera obispesa con formación en la Iglesia de Inglaterra; las anteriores se formaron en otros países; desde 2023 es la obispesa de Newcastle. En su adolescencia estudió en un instituto católico para chicas.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
Los obispos dominicanos condenan la dictadura de Daniel Ortega y muestran su cercanía a la Iglesia en Nicaragua
Ramón Nonato, religioso (1200-1240)
Vigilia de Adoración Nocturna en el Cerro de los Ángeles: los imperios pasan, Cristo permanece