21/12/2024

Kamala Harris, «la mano que mece la cuna» abortista, wokista, pro lobbies gays… del Gobierno Biden

El presidente de Estados Unidos Joe Biden, de 81 años, admitió este domingo –tras sufrir una campaña de presiones terribles de propios y extraños– que sus fuerzas físicas no daban para más y que optaba por retirarse de la carrera a la reelección a la Casa Blanca.

En una publicación en las redes sociales, el líder del partido «demócrata» -veremos si hay o no primarias- «coronó» a su vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora. Un personaje controvertido que tendrá la ventaja de, al ir en el ticket electoral de Biden, poder hacer uso del dinero de los donantes, recaudado para esta próxima campaña electoral. 

Pero, ¿quién es realmente esta californiana de 59 años, nacida en Oakland (California) y criada en la adinerada Berkeley, que se hace llamar «progresista», hija de madre india y padre jamaicano, y posiblemente la sucesora de Biden como candidata a la Casa Blanca? ¿qué piensa sobre el aborto, la ideología de género, el wokismo… o el ecologismo?

Abanderada del aborto sin límites

Si hay un tema en el que Harris ha sido la gran abanderada ese es la defensa del aborto. De hecho, tras la revocación de Roe v. Wade en 2022, Kamala pasó a ser fundamental en los esfuerzos de la administración Biden por mantener el foco de atención en el tema del aborto, dado que Joe Biden –con su traje de católico– no era el más idóneo para comunicar esas ideas.

Precisamente, en marzo de 2024, Kamala Harris realizó la que se está considerada la primera visita oficial de un presidente o vicepresidente a un abortorio. La que será candidata a la Casa Blanca por los demócratas visitó las instalaciones de la organización Planned Parenthood, en Minnesota. Una visita que puso de manifiesto su enfoque más agresivo sobre el aborto que el del propio Joe Biden.

«En este momento, en nuestro país, nos enfrentamos a una crisis de salud muy grave. Y la crisis está afectando a muchísimas personas, la mayoría de las cuales están, francamente, sufriendo en silencio. ¿Cómo se atreven estos dirigentes electos a creer que están en una mejor posición para decirles a las mujeres lo que necesitan? Tenemos que ser una nación que confíe en las mujeres», dijo en aquella ocasión Harris, que habló también del papel de las clínicas para proporcionar anticonceptivos y atención preventiva. 

Harris es la primera vicepresidenta en visitar un abortorio.

Unos meses antes, en enero de 2023, la vicepresidenta Harris anunció nuevas medidas abortistas durante una marcha conmemorativa del 50 aniversario de la aprobación del derecho al aborto en EEUU. Harris dijo en Florida que la Corte Suprema le quitó en 2022 a las mujeres el «derecho fundamental constitucional» a decidir sobre sus propios cuerpos. «¿Cómo se puede ser libre si una mujer no puede decidir, si un médico no puede atender a su paciente y si una persona no puede dirigir el curso de su propia vida?», se preguntó.

La vicepresidenta invitó a los estadounidenses «a sumarse a la lucha para preservar los derechos reproductivos» y destacó las nuevas medidas tomadas por su Gobierno para garantizar el acceso a píldoras abortivas prescritas por médicos en farmacias certificadas de todo el país.  

Harris también apoyó el aborto durante su mandato en el Senado, incluidas las restricciones a los médicos a tener derecho de admisión a la hora de tener que realizar abortos. Como precandidata presidencial en 2019, argumentó que los estados pro-vida debían estar sujetos a lo que se conoce como autorización previa para nuevas leyes sobre el aborto. Esas leyes tendrían que ser aprobadas a nivel federal antes de que pudieran entrar en vigor en esos estados. 

Antes de ser vicepresidenta, informa Jorge Soley en Infocatólica, en su desempeño como fiscal general de California, Kamala fue una ferviente abortista. Primero procesando a periodistas pro-vida del Center for Medical Progress (CMP) que investigaron a la multinacional abortista Planned Parenthood en relación a la venta de partes de bebés abortados. Luego en su insistente persecución a David Daledein, el investigador que invirtió varios años para exponer el tétrico mercado de compra y venta de partes de fetos abortados.

Tras hacer públicas toda una serie de grabaciones que confirmaban la existencia de ese tráfico ilegal, la fiscal general de California, Kamala Harris, en vez de investigar a quienes realizan esas prácticas, siguiendo la sugerencia de los abogados de Planned Parenthood, envió agentes del Departamento de Justicia de California a una redada en casa de David Daleiden para requisarle las cintas, archivos y ordenadores. 

Kamala Harris además fue la «cabecilla» del acoso contra el juez Kavanaugh. Harris anunció que creía las acusaciones de Christine Blasey Ford antes de interrogar a Kavanaugh y continuó difamando al juez a pesar de una investigación del FBI que lo exoneraba y de la ausencia de pruebas. Para Harris lo único importante era intentar frenar la llegada al Supremo de un juez que no comulgaba con su abortismo radical.

No ha sido el único caso en el que Kamala Harris se ha comportado de este modo en una nominación judicial. En 2018, cuando Harris era miembro del comité judicial del Senado, durante su interrogatorio al juez Brian Buescher, afirmó que ser miembro de los Caballeros de Colón, una organización de la sociedad civil católica que cuenta con dos millones de miembros en Estados Unidos, era motivo suficiente para excluir a un juez del poder judicial federal. Kamala llegó a tratar a los Caballeros de Colón como un grupo de promoción del odio por su oposición al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Siendo senadora, Kamala apoyó un proyecto de ley que derogaría la Enmienda Hyde, que bloquea los fondos federales para el aborto. También votó dos veces en contra de la Ley de Protección de Sobrevivientes del Aborto Nacidos Vivos, un proyecto legislativo que requeriría que los médicos brinden la misma atención a los bebés que sobreviven a un aborto fallido como a cualquier otro recién nacido. Kamala está a favor del aborto sin ningún límite de tiempo de desarrollo fetal y ha sido una de las políticas más agresivas en contra de la prohibición del aborto a partir de las 20 semanas de gestación.

Protectora de los lobbies gays y trans

Harris es hija de dos inmigrantes: su madre, Shyamala Gopalan, nació en la India y su padre, Donald Harris, en Jamaica. Gopalan era una científica y Harris un economista. Ya desde bien pequeña, sus padres participaron activamente en el «movimiento por los derechos civiles» y llevaron a la joven Kamala a las marchas en su cochecito de bebé.

En 2003, Kamala fue elegida fiscal de distrito de San Francisco. Al año siguiente, cuando el alcalde de San Francisco, Gavin Newsom –gobernador actual de California–, declaró legal el «matrimonio» entre personas del mismo sexo en la ciudad, Harris fue más allá y celebró bodas civiles de homosexuales, que posteriormente fueron anuladas. «Fue uno de los momentos más felices de mi carrera», dijo la demócrata.

Tiempo después, se reunió con una pareja homosexual, de las que había casado, y comentó: «Nunca olvidaré a estas familias diversas, fue pura alegría, pura felicidad. Fue un momento tan especial, se trataba de amor«, aseguró la política.

En 2010, Harris fue elegida fiscal general de California y desempeñó un papel clave en la restauración del «matrimonio gay» en el Estado Dorado. Uno de los temas más importantes de su campaña fue su oposición a la Proposición 8, la iniciativa electoral que revocó el matrimonio gay en California en 2008.

Eso sí, recibió algunas críticas por la posición que asumió como fiscal general, respaldando al estado de California cuando intentó negar la cirugía a un preso trans. Después, Harris señaló que, al ser fiscal, debía defender los intereses del Estado, pero que había trabajado entre bastidores para cambiar la política, de forma que cualquier recluso que quisiera operarse pudiera hacerlo.

Fue elegida para el Senado de los Estados Unidos en 2016 y recibió un 100– la máxima puntuación– en la Tarjeta de Puntuación del Congreso en la Campaña de Derechos Humanos, que mide el apoyo a la igualdad LGBT. También recibió unas notas perfectas de grupos abortistas como Planned Parenthood Action Fund, NARAL Pro-Choice America (ahora conocida como Reproductive Freedom for All) y NARAL Pro-Choice California.

Su defensa de causas progresistas ha continuado durante su vicepresidencia. Se ha pronunciado en contra de la legislación que quita concesiones a los lobbies gays de estados conservadores de todo el país, así como de la negativa de estos a legislar en favor de tener que dirigirse a las personas trans con el artículo que más convenga, y no con el del sexo de nacimiento.

Kamala ha sido anfitriona en varias recepciones por el mes del orgullo gay y visitó el Stonewall Inn de la ciudad de Nueva York, donde un levantamiento contra el acoso policial a los bares gay en 1969 impulsó el movimiento por los derechos LGBT. Además, se reunió con la estrella de baloncesto de la WNBA, Brittney Griner y su pareja, Cherelle Griner, tras su liberación de Rusia.

Pero, no queda ahí la cosa, el presidente Biden premió su trabajo en materia de «matrimonio gay» regalándole el bolígrafo que utilizó para firmar la Ley de Respeto al Matrimonio en diciembre de 2022. La ley incorporó el matrimonio gay a la ley federal, protegiéndola contra futuras acciones de la Corte Suprema.

«La lucha por la igualdad de derechos es patriótica», dijo Harris en una recepción del orgullo gay en 2023. «Creemos en los principios fundamentales de nuestro país. Creemos en la promesa de libertad, igualdad y justicia. Por eso, la lucha por la igualdad de derechos es una expresión del amor por nuestro país«, aseguró.

Fiel wokista… y de la teoría crítica de la raza

La vicepresidenta es una defensora de todo lo que suene a wokismo y a cancelación. En julio de 2023, Harris dijo que los extremistas quieren «reemplazar la historia con mentiras. Se atreven a difundir propaganda entre nuestros hijos«. Kamala visitó Jacksonville dos días después de que la Junta de Educación de Florida aprobara un plan de estudios revisado de la historia negra para cumplir con la legislación firmada por el gobernador Ron DeSantis.

«¿Cómo es posible que se pueda sugerir que en medio de estas atrocidades había algún beneficio en estar sometido a este nivel de deshumanización? No nos dejemos seducir por la creencia de que seremos mejores si olvidamos. Seremos mejores si lo recordamos. Seremos más fuertes si lo recordamos», aseguraba la vicepresidenta.

En 2022, Florida aprobó la que se llamó la Ley Stop WOKE, que limitaba las intenciones del wokismo de enseñar sus teorías sobre la raza en la escuela, y que el gobernador utilizó para atacar la teoría crítica de la raza, un tema que calificó como «basura», del que, por cierto, Kamala es gran defensora. Básicamente, esa ley decía que no se puede hacer que los estudiantes se sientan culpables por su raza debido a injusticias del pasado.  

Contra la libertad religiosa y de conciencia

Harris es protestante y se identifica como miembro de la iglesia bautista. De pequeña acudía con su familia a una iglesia protestante negra de Oakland donde cantaba en el coro y escuchó discursos por la justicia social. Siempre que podía, su madre la llevaba a ella y a su hermana Maya a un templo hindú para enseñarles que «todas las fes nos enseñan a buscar la justicia», contó la senadora en un discurso en Atlanta.

Cuando en el 2010 se presentó a las elecciones a fiscal general de California, Harris llamó a su chithi (tía) Sarala Gopalan en Chennai (India) para que fuera a un templo hindú, alineara 108 cocos –un número considerado propicio en esta cultura– y, en un rito que simboliza la superación de los obstáculos y la búsqueda de la libertad, los rompiera. Harris ganó por el 0,8% de los votos. «Tus cocos funcionaron, chiti. Por cada coco que rompiste, conseguí mil votos», le dijo al día siguiente a su tía.

Kamala Harris de niña, abajo a la derecha, con su familia materna de origen indio. 

Kamala Harris ha participado en la redacción de proposiciones de ley que restringen las garantías a la libertad religiosa en Estados Unidos, como la Do No Harm Act, que limitaría la extensión de la objeción por motivos religiosos. Por ejemplo, si la Do No Harm Act entrase en vigor, las Hermanitas de los Pobres se verían obligadas a contratar seguros que incluyen abortivos para sus empleados.

Su ánimo anticristiano le lleva a reprimir cuando puede la libertad de conciencia e incluso de expresión de los creyentes. Por ejemplo, copatrocinó la legislación denominada «The Equality Act» en 2018, que pone en peligro la libertad de expresión y los derechos de protección de la conciencia. También ha declarado su intención de derogar la Religious Freedom Restoration Act de 1993, que protege la libertad religiosa.

Kamala y la «justicia ambiental» 

Harris también ha apoyado el desvarío climático de la administración Biden, incluida la legislación que proporcionó cientos de miles de millones de dólares en créditos para energía renovable y vehículos eléctricos. «Está claro que el reloj no solo corre, sino que además avanza. Y es por eso que, hace un año, el presidente Biden y yo hicimos la mayor inversión en materia climática en la historia de Estados Unidos«, dijo orgullosa en un discurso.

Durante la campaña presidencial de 2020, enfatizó la necesidad de una «justicia ambiental», «un marco que exija políticas para abordar los efectos que tiene el cambio climático en las comunidades pobres y las personas negras». En 2019, la entonces senadora propuso leyes ambientales en función de cómo afectaban a las comunidades de bajos ingresos.

También estableció una Oficina de Responsabilidad de Justicia Climática y Ambiental independiente y creó un «asesor principal en justicia climática» dentro de varias agencias federales. En 2020, Harris presentó una versión más amplia del proyecto de ley. Ninguna de estas leyes finalmente fueron aprobadas.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»