Soledad Alcaide, la Defensora del Lector de El País, actúa más como defensora de las campañas anticatólicas del periódico que como defensora de los lectores y su derecho a una información veraz y rigurosa.
La asociación E-Cristians y numerosos lectores le han escrito pidiendo una rectificación tras la contundente pero falsa portada del 27 de octubre en la que se leía: «Abusos en la Iglesia: 440.000 víctimas». Y en primera línea: «El 1,13% de la población adulta, unos 440.000 españoles, han sufrido abusos sexuales en el entorno de la Iglesia Católica según una encuesta que ha realizado el Defensor del Pueblo. El 0,6% sufrió abusos de un sacerdote o religiosos, el resto, de laicos».
Portada de El País sobre abusos en la Iglesia en España: a partir de 90 respuestas los periodistas inventan («estiman») 440.000 víctimas; un «delirio estadístico» dice el presidente de la casa de sondeos GAD3. La Defensora de El País la apoya con contumacia.
Ella niega que haya nada de equivocado cuando El País difunde la cifra de 440.000 supuestos abusados en la Iglesia, argumentando, en una respuesta a E-Cristians, que «El País no es una empresa de estadística».
En realidad, el Informe del Defensor del Pueblo, tras un año pidiendo a víctimas de abusos que acudieran a contar su historia, sólo recibió 487 contactos «no anónimos« contando abusos (aunque luego se ha visto que algunos perfectamente podían ser falsos, como reveló ABC).
«El País no es una empresa de estadística, no debe ceñirse a porcentajes»
E-Cristians pedía dos cosas: que El País publique en portada la advertencia de la página 36 del Informe del Defensor del Pueblo (que explica que una proyección estadística es inadecuada y que el informe no la busca) y que El País deje de publicar la fantasiosa cifra de 400.000 «porque constituye un engaño».
La Defensora de El País ignora ambas peticiones. Alcaide afirma que «no hay ningún ánimo de engañar al lector» porque «los dos autores indican con absoluta transparencia [en letra pequeña, en el interior, lejos de la portada, nota de ReL] que la cifra del titular no está en el informe, porque el Defensor del Pueblo ha preferido no hacer un cálculo en números redondos. Es decir, no hay ningún ánimo de engañar al lector. También explican detalladamente cómo han hecho esos cálculos».
[En realidad, el Informe no dice nunca nada sobre preferir o no preferir números redondos y de hecho el informe explícitamente dice que no busca cuantificar los abusos.].
Añade Alcaide: «La explicación de cómo se ha llegado a dicha cifra permite al lector saber que hay un margen de error, que es asumido por el periódico con total transparencia. Además, el verbo utilizado en el titular de la información (estimar) pone de relieve precisamente eso, que es una tasación aproximada. Es obvio que EL PAÍS no es una empresa de estadística y, por tanto, no debe ceñirse a los porcentajes, sino a tratar de explicar a los lectores de una forma periodística».
El problema es que el margen de error es tan tan alto que a partir de las 90 respuestas seleccionadas no permite científicamente establecer nada. Y menos una portada con un número.
«Hablamos de cientos de miles de víctimas»… pero ¿cómo lo sabe?
Añade la defensora que «no hay detrás de este trabajo más ánimo que el de explicar “el drama humano de lo que significa la pederastia” en el seno de la Iglesia» y que «aunque los cálculos de El País fueran imprecisos estamos hablando de un ‘drama humano’ de cientos de miles de víctimas tras ese 1,13% de la población que indica el informe del Defensor del Pueblo».
Pero ¿por qué habla Soledad Alcaide de «cientos de miles de víctimas»? ¿De dónde obtiene esa cifra? De extrapolarlos de forma fantasiosa y anticientífica a partir de unas 90 respuestas en un sondeo de 8.000, saltándose el margen de error.
E-Cristians (y muchos lectores) explicaban a la Defensora Alcaide que el sondeo, sobre 8.000 personas, encontraba unas 50 que decían haber sufrido abusos de un clérigo y 40 de un laico: «No hace falta ser un experto en demoscopia y estadística para afirmar que tal proyección es un despropósito. Técnicamente, la encuesta presenta un margen de error del +/-1% y, por tanto, los resultados obtenidos carecen de toda significación. El País dispone de especialistas que le confirmarán esta afirmación que, de todos modos, ya deben conocer».
Además, pasado más de un mes desde la presentación del informe, aún no se conocen las preguntas exactas que se usaron en el sondeo, entre otras muchas dudas.
Pero a Alcaide la estadística le da igual, porque «El País no es una empresa de estadística y, por tanto, no debe ceñirse a los porcentajes» (ni a los datos, ni a la ciencia, ni a la matemática, parece).
E-Cristians ha respondido a Soledad Alcaide declarando que con esa argumentación ella «no defiende los intereses del lector, sino la campaña de su periódico».
E-Cristians insiste en que El País debería publicar en portada lo que el Informe declaraba, que «ni siquiera se ha propuesto realizar una aproximación a esta cantidad”.
También recuerda la asociación que el mismo presidente de la casa que hizo el sondeo, GAD3, Narciso Michavila, declaró en radio Cope (en el programa de Carlos Herrera) que el cálculo de El País era «un delirio estadístico». Detalló Michavila que esa encuesta «no está hecha para sacar números absolutos porque no encajan con la realidad social». La mayoría de los casos se realizaron entre los años 60 y 70, y añade, no «había curas suficientes en España para cometer tantos delitos».
¿Y qué dice el Libro de Estilo de El País?
E-Cristians declara a Soledad Alcaide: «Usted tiene la obligación de atender al Libro de Estilo de El País, “el periódico debe ser el primero en subsanar los errores cometidos, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos” (cf. 1.55, pág 35). Y añade el manual que “cuando se comete un error, se reconoce llanamente, sin recursos retóricos” (Cf 1.56, pág 35). Si con todo esto no se atreve a impulsar una rectificación que considere estos aspectos, poca defensa del lector hace y mal parada deja la deontología de su periódico».
E-Cristians anima a los lectores preocupados por esto a contactar razonada y respetuosamente con la Defensora de El País para que el periódico reconsidere rectificar su errónea portada:
E-Mail: defensora@elpais.es
Teléfonos: 91 337 82 00 y 93 401 05 00
O con este formulario.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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