«En la Iglesia de Jesús, presa del modernismo hasta en su cabeza, el sufrimiento de las almas y la quemadura del escándalo alcanzan una intensidad conmovedora. Tal drama es sin precedente, pero la gracia del Hijo de Dios Redentor es más profunda que este drama. Y nada interrumpe la intercesión del Corazón Inmaculado de María que alcanza toda gracia. En las almas más abatidas y más cercanas a la muerte, la Virgen María interviene de día y de noche para poner fin, misteriosamente, a este drama y romper también misteriosamente las cadenas que el demonio creía irrompibles: Solve vincla reis».
P. R. Th. Calmel O.P.
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
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