La Iglesia, «una perversión del cristianismo»? (Por Cercas)

Así se ha manifestado este buen señor; y se habrá quedado tan a gusto, supongo.

Últimamente, le ha dado por hacer ruido y caja con el tema de la Iglesia: Católica, por supuesto. Es la Única contra la que se hacen perricas, muy en especial si vas de «ateo declarado», o de «católico a lo Biden». Si lo sabrá él…

Y, una de dos: o este buen hombre es un bruto ignorante -cosa que no creo: no le pega-, o es un mala baba, con máster de Harvard, por decir algo; cosa que sí le cuadra.

Todo, respecto a la Iglesia: a su historia, incluidas sus esplendorosas realizaciones; todas en favor de las personas y las creaciones que la dignifican y prolongan, y hacen más humana la sociedad en todas sus manifestaciones.

Para que espabile, y tenga algún dato más, le aclararé que hasta el CV II, en la Iglesia, las «perversiones del Cristianismo» estaban tipificadas como «Herejías», y se actuaba convenientemente: estaban fuera.

De primeras, se les Excomulgaba: que quedase bien claro: tanto a los interfectos como al resto del Pueblo: así se les confirmaba a todos en la Fe que salva.

Daba igual que fuese Rey, plebeyo, fraile u obispo: todos hijos de Dios en su Iglesia; «sin acepción de personas», como nos había dicho el Señor.

Por tanto, se actuaba contra ellos con toda razón: con la Razón que Dios mismo nos ha puesto como Regla: su Palabra: El que crea, se salvará, y el que no crea, se condenará.

Si querían montarse por su cuenta otra «iglesita», era su problema; no el de la Iglesia. Que actuaba de esta manera para que se supiese con total nitidez lo que era Católico y lo que NO, tanto para unos como para otros.

Incluso si querían llamarse «cristianos», siempre sin Cristo, por fa -es más: contra Cristo siempre-, también era «su» problema: el de ellos. No el de la Iglesia Fiel.

Después del susodicho Concilio, aparte de Lefebre no recuerdo ningún caso más de Excomunión. Quizá los haya, pero deben ser «habas contadas» con los dedos de una sola mano.

Pues a lo que íbamos, Ramona.

El Cercas, que es probable que esté bautizado en origen, y quizá algo más también, se declara «ateo» recalcitrante y/o confeso: o sea, de los que se han ido sin que les echara nadie: él sabrá por qué, yo no. Bueno, yo también, porque a todos estos les pasa lo mismo: les puede el «ego», al que no abandonan ni por Dios: estaríamos «apañaos».

Pues este señor ateo, «pontifica» -toma nísperos!-sobre Dios y su Iglesia. Y claro, a la progrez de cualquier color le ha faltado tiempo para pasearlo por sus tribunas, y que largue a «barra libre». Y larga, ya lo creo: ahí está el título.

Un inciso: que un «ateo confeso y militante» hable contra Dios y contra la Iglesia Católica, es como si un analfabeto voluntario se pone a hablar y pontificar sobre la Literatura, en general, o sobre La Ilíada, en particular.

Si el analfabeto tiene decencia, se negará a hacerlo, con toda la lógica del mundo. Y si los proponentes no fuesen «de la cáscara amarga», no se lo pedirían; también en la misma lógica: porque no hay más que una. Pero el mundo y sus coordenadas van por otro lado.

Por poner un poner: yo no pontifico sobre Física, porque no pasé de la del Bachillerato. Y a nadie se le ocurre llamarme para eso: no nos hemos salido de la Lógica. Luego vamos bien, y estamos donde debíamos.

Pues este buen señor, ateo como circunstancia fija y determinante, larga lo siguiente: «la historia de la Iglesia es una perversión del Cristianismo». Como Blasfemia queda bastante apañada.

Pero vamos al tema, que me da que, o no lo pilla, o lo ha soltado a conciencia.

La Iglesia Católica, por Vocación y Misión recibidas del mismo Cristo, se ha dedicado a llevar a las gentes y a las sociedades a Dios.

Y lo ha hecho en todos los horizontes de la persona: desde lo más material -la «atención de las mesas»-, a lo más Espiritual -la Salvación de todos los que se dejan salvar, y lo buscan, y lo quieren-, pasando por lo intelectual y artístico, en todas sus manifestaciones: desde las escuelas a las Universidades, sin olvidar Artes y Oficios. Porque, como recordó san Juan Pablo II: «El ‘hombre’ es el lugar de la Iglesia». Es decir: está «para» el hombre; en caso contrario, carece de sentido porque se pervierte.

Y lo ha hecho siempre -servir a la persona, en una amplia y profunda Diaconía de la Caridad-, como la primera y la única institución en hacerlo: durante siglos. Milenios, incluso.

Donde no había escuelas, quién las puso? Quién «inventó» y montó las Universidades? Quién atendía a los menesterosos de todo tipo: viudas, enfermos, huérfanos, ancianos, pobres, mutilados…? Y se montaron y establecieron hospitales, asilos, etc.

Quien salvó la Cultura Antigua, la Cultura Clasica, y la dejó como Patrimonio de la Humanidad? Y se copiaron y tradujeron todas las obras clásicas.

Quien transmitió los fundamentos de la Sociedad y del Buen Orden Civil, entrando a las relaciones entre Autoridades y súbditos, ayudando a corregir abusos, incluso erradicándolos? Plantándose ante los mandamases: con toda su fuerza, que no está precisamente en sus ejercitos: por eso los dejó, y no los tiene.

Quien convirtió y civilizó a los bárbaros, y a los pueblos americanos y del oriente asiático?

Por señalar: por la Iglesia, y por los Reyes de España, Católicos como su más grande Honor y grandeza, la Gesta de España fue una gran y ejemplar Colonización, y no una masacre como en tantos otros sitios y por tantos otros países.

Y quién ha defendido a capa y espada a la persona hasta hace 50 años, frente a los poderes dominantes en el mundo, en todos sus niveles y horizontes? La Iglesia Católica.

Curiosamente, el propio Cercas ha reconocido, en posterior entrevista -no para-, que Europa no sería tal sin el Cristianismo. Apaga, Julia, y vámonos!!! Lo que ya no sé es si lo dice como algo positivo y a destacar, o como negativo, y a criticar…

Al Cristianismo, que sepamos, lo pervierten los pastores reconvertidos en mercenarios, muy en primerísimo lugar, que es donde se ha fraguado todo y, desde allí, se ha incrustado en las almas de sus ovejas; los pastores masones, en todos sus niveles : como pastores y como masones; los neo-fariseos, qué abundan: so capa de «fidelidad», la lian bien; los «católicos a lo Biden», que ya se sabe lo que dan de sí; los que se pasan al enemigo; los católicos no-practicantes; los listillos; los «perros mudos», los «nubes sin agua», y los «sepulcros blanqueados»; los estultos, con pedigrí o por mera afición; los que reniegan de su Fe; los que se prefieren a sí mismos antes que a Dios; los tontos útiles; los cobardes; los adoradores del mundo, en sus múltiples ídolos y/o fetiches…

Vamos: gente tan «normalica» como el Cercas. O sea: los que se han ido sin que nadie los echase: así asumen toda su responsabilidad, que no es poca. Y que es toda. Lo de Dios, y su condición de hijos les venía muy grande; o muy pequeño: según se mire.

Como dicen en Aragón, o decian: «la mara de tíos!».

Pero sí tengo que decir, alto y claro, que coincido con él en que, desde el CV II, los mandamases de la Iglesia han montado todos los bolos para sembrar toda la Descristianizacion que la asola: países y continentes enteros, tradicionalmente católicos, han desaparecido como tales, perdiendo sus señas de identidad más genuinas y determinantes de su Historia. Por ésto lo sabemos, aunque ellos hayan callado y callen.

O sea: han fraguado «la perversión del Cristianismo», y su demolición . A los hechos me remito. Hechos, tan evidentes como trasparentes.

Porque la Descristianización no ha salido por mera casualidad o «espontáneamente»: nada brota asi. Se ha sembrado, se ha cuidado la siembra quitando todo lo que podía perjudicarla, se ha abonado…: y la cosecha ahí está. Bien a la vista.

Ha tenido que venir un Francisco para que lo viésemos, y nos convenciésemos. Como en España ha tenido que venir un Sánchez para mostrarnos y demostrarnos lo que es la Democracia «al desnudo»: lo que hay debajo -«las vergüenzas», por muy tapadicas que vengan-; sostenido todo el tinglado -ésto también-, con los votos de los ciudadanos, y los pucherazos de los gerifaltes.

Por supuesto: «no hay peor ciego que el que no quiere ver»: ellos sabrán por qué. Pero ésto son problemas personales; aunque abunden.

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