La Eucaristía es uno de los sacramentos fundamentales en la vida cristiana, profundamente enraizado en la tradición de la Iglesia Católica. La preocupación de los padres por el diferimiento de la Primera Comunión de sus hijos resuena con la enseñanza de santos y doctores de la Iglesia, quienes han destacado la necesidad de este sacramento para la vida de gracia y la protección espiritual de los niños.
La Naturaleza de los Sacramentos como Vehículos de la Gracia Santificante
En la teología católica, los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se dispensa la vida divina. La gracia santificante es un don sobrenatural que infunde en el alma la participación en la vida misma de Dios, haciéndonos partícipes de su naturaleza divina y capacitándonos para vivir de acuerdo a su voluntad.
¿Qué significa que los sacramentos sean vehículos de la gracia santificante?
1. **Signos Eficaces**: Los sacramentos no son meros símbolos o ritos externos. Cada sacramento confiere realmente la gracia que simboliza. Santo Tomás de Aquino explica que los sacramentos son «causas instrumentales» de la gracia, es decir, medios a través de los cuales Dios actúa para otorgar su gracia (Summa Theologiae, III, q.62, a.1).
2. **Instituidos por Cristo**: Cada sacramento fue instituido directamente por Cristo durante su ministerio terrenal. La Iglesia no tiene autoridad para inventar nuevos sacramentos, sino para administrar fielmente los que Cristo estableció. Esto asegura que los sacramentos tienen un fundamento divino y no humano.
3. **Dispensación de la Vida Divina**: A través de los sacramentos, los creyentes reciben la gracia santificante que los une más íntimamente a Dios. Esta gracia es necesaria para la salvación, ya que purifica el alma del pecado, otorga nuevas virtudes, y fortalece al cristiano para vivir una vida santa. Según el Concilio de Trento, «la gracia justifica al hombre, haciéndolo justo y adoptado hijo de Dios» (Denzinger, 1528).
4. **Gracia Santificante y Actual**: La gracia conferida por los sacramentos es principalmente santificante, elevando la naturaleza humana al orden sobrenatural. Sin embargo, también pueden conferir gracia actual, que son ayudas temporales específicas para actuar conforme a la voluntad de Dios en diversas circunstancias.
5. **Medios de Santificación**: Los sacramentos son canales a través de los cuales fluye la gracia de Cristo. San Agustín describe los sacramentos como «visibles signos de una realidad invisible», refiriéndose a su capacidad para otorgar la gracia invisible de Dios mediante actos visibles y tangibles (De Civitate Dei, X, 5).
6. **Eficacia Ex Opere Operato**: La eficacia de los sacramentos no depende de la santidad del ministro que los administra ni del receptor, sino del poder de Cristo mismo que actúa en ellos. El Concilio de Trento afirma que los sacramentos «confieren la gracia por el mismo hecho de la acción realizada» (ex opere operato), es decir, por la obra de Cristo que opera en ellos (Denzinger, 1608).
En resumen, los sacramentos son vehículos de la gracia santificante porque, como signos eficaces instituidos por Cristo, confieren la vida divina y la gracia necesaria para la santificación y salvación del alma. A través de ellos, los fieles participan de la naturaleza divina, son purificados del pecado, y reciben la fortaleza necesaria para vivir conforme a la voluntad de Dios.
La Primera Comunión: Alimentación Espiritual y Protección
La Eucaristía es el alimento espiritual necesario para la vida cristiana, tal como se evidencia en las palabras de Jesús: «En verdad, en verdad os digo: si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen la vida en ustedes» (Jn 6,53). San Pío X, en su decreto «Quam Singulari» (1910), resalta la importancia de la comunión temprana, afirmando que «la vida de la gracia, dada por el Bautismo, necesita ser alimentada y fortificada por la Eucaristía». A continuación, se presentan las citas completas y argumentos de San Pío X sobre la comunión temprana, que subrayan la necesidad urgente de este sacramento para los niños.
Decretos y Enseñanzas de San Pío X
San Pío X, el papa de la eucaristía, promovió la comunión temprana basándose en el amor de Cristo hacia los niños, como lo demuestran los Evangelios: «Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a quienes son como ellos» (Mc 10,14). Su decreto «Quam Singulari» establece:
1. **El amor de Cristo hacia los niños**: «Eran sus delicias estar entre ellos; acostumbraba a imponerles sus manos, los abrazaba, los bendecía. Llevó a mal que sus discípulos los apartasen de Él, reconviniéndoles con aquellas graves palabras: Dejad que los niños vengan a Mí, y no se lo vedéis, pues de ellos es el reino de Dios» (Mt 19,14).
2. **La práctica de la Iglesia primitiva**: «Teniendo presente todo esto, la Iglesia católica, ya desde sus principios, tuvo cuidado de acercar los pequeñuelos a Cristo por medio de la Comunicación eucarística, que solía administrarles aun siendo niños de pecho» (Quam Singulari).
3. **La instrucción del Concilio de Trento**: «El Concilio de Trento, sin reprobar la antigua disciplina de administrar la Sagrada Eucaristía a los niños antes del uso de la razón, confirmó el decreto de Letrán, lanzando anatema contra los que opinasen lo contrario» (Sesión 21, cap. 4).
4. **El peligro de retrasar la Comunión**: «Esta costumbre, por la cual, so pretexto de mirar por el decoro del Santísimo Sacramento, se alejaba de él a los fieles, ha sido causa de no pocos males… la inocencia de los primeros años, apartada de abrazarse con Cristo, se veía privada de todo jugo de vida interior» (Quam Singulari).
5. **La enseñanza de Santo Tomás de Aquino**: «Cuando los niños empiezan ya a tener algún uso de razón, de modo que puedan concebir devoción a este sacramento, entonces pueden ya recibirle» (Summa Theologiae III, q.80, a.9).
6. **La obligación de los padres**: «El precepto de que los niños confiesen y comulguen afecta principalmente a quienes deben tener cuidado de los mismos, esto es, a sus padres, al confesor, a los maestros y al párroco» (Quam Singulari).
7. **Edad de la Comunión**: «La edad de la discreción para la Comunión es aquella, en la cual el niño sepa distinguir el Pan Eucarístico del pan común y material, de suerte que pueda acercarse devotamente al altar» (Quam Singulari).
San Pío X enfatiza que el uso de razón en los niños comienza muy temprano y que es esencial que reciban la Eucaristía antes de que el pecado pueda contaminar sus almas. Cita varios testimonios y ejemplos históricos que respaldan esta práctica:
– **María Sarto, hermana del Siervo de Dios**: “Me dijo que había siempre tenido el deseo de hacer que los pequeños se acercaran a la Primera Comunión pronto. Y agregaba: Antes de que el demonio entre, mejor que entre Nuestro Señor.”
– **Sor Modesta de la Inmaculada**: “El Obispo de Mantua decía: – Cuando el Señor ha tomado posesión de aquellos corazones tiernos, el demonio no podrá ya apoderarse de ellos.”
– **Agostino Vian**: “Con relación a la Primera Comunión de los niños, ya siendo Patriarca, aún sin dar disposiciones oficiales, exhortó a los Párrocos a examinar a los pequeños y, cuando los encontraran suficientemente conscientes, los admitieran sin lugar a dudas al Sacramento, sin preocuparse excesivamente de la edad.”
– **D. Alberto Silli**: “Es mejor que los niños reciban a Jesús cuando tienen todavía el corazón puro.”
El sacramento de los sacramentos
La Eucaristía, al igual que los otros sacramentos, es un canal de gracia. Según la doctrina católica, los sacramentos son signos eficaces instituidos por Cristo para conferir la gracia. Santo Tomás de Aquino enseña que la Eucaristía es el «sacramento de los sacramentos», ya que contiene a Cristo mismo (Summa Theologiae III, q.65, a.3).
Importancia de la Eucaristía en la Vida Cristiana
La Eucaristía no solo fortalece la vida de gracia iniciada en el Bautismo, sino que también actúa como un alimento espiritual esencial para el alma. Santo Tomás de Aquino explica que «así como el alimento corporal sustenta la vida del cuerpo, la Eucaristía sostiene la vida espiritual» (Summa Theologiae III, q.79, a.1).
San Cirilo de Jerusalén afirma que «la Eucaristía es el cuerpo de Cristo dado para la vida del mundo. Participar en ella es participar en la vida de Cristo» (Catequesis Mistagógica IV).
San Ambrosio, en su obra «De Sacramentis», sostiene que «la Eucaristía es el pan de los ángeles, que nutre la vida espiritual y nos fortalece contra las tentaciones del demonio».
Argumentos Adicionales de Otros Santos y Doctores de la Iglesia
San Juan Bosco
San Juan Bosco enseñaba que «Hay que rehuir, como la peste, la opinión de quien desea reenviar la Primera santa Comunión a una edad muy avanzada, cuando el diablo ya ha tomado posesión del corazón juvenil, con daño incalculable para su inocencia. Apenas el niño pueda distinguir entre pan y Pan, sin tener en cuenta su edad; venga el Rey celestial para reinar en este bendito corazón». San Juan Bosco subraya la urgencia de recibir la Eucaristía antes de que el niño sea tentado y caiga en el pecado.
San Agustín
San Agustín también destaca la importancia de la Eucaristía temprana en su obra «La Ciudad de Dios», donde afirma que «participar del Cuerpo y Sangre de Cristo es recibir la vida eterna» (Ciudad de Dios, X, 6). San Agustín subraya que la Eucaristía protege al alma de las influencias malignas y asegura su crecimiento espiritual desde una edad temprana.
Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino, en su «Summa Theologiae», reafirma que «cuando los niños empiezan ya a tener algún uso de razón, de modo que puedan concebir devoción a este sacramento, entonces pueden ya recibirle» (Summa Theologiae III, q.80, a.9).
Normas Canónicas y Derecho de los Padres
El Código de Derecho Canónico respalda la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre la preparación y admisión de los niños a la Eucaristía. El canon 914 establece que «los padres, en primer lugar, y quienes hacen sus veces, así como también el párroco, tienen obligación de procurar que los niños que han llegado al uso de razón se preparen convenientemente y se nutran cuanto antes, previa Confesión sacramental, con este alimento divino». Además, el canon 912 declara que «todo bautizado a quien el derecho no se lo prohíba, puede y debe ser admitido a la sagrada comunión».
El Concilio de Letrán y el Concilio de Trento también proporcionan orientación clara sobre este tema, destacando que la edad de la discreción es aquella en que el niño puede distinguir entre el Pan Eucarístico y el pan común.
Respuesta a la Perspectiva Moderna de la Primera Comunión
En la sociedad actual, es común retrasar la Primera Comunión por razones triviales como la celebración social o la espera de que el niño pueda decidir por sí mismo. Desde la perspectiva católica, este enfoque es problemático por varias razones:
1. Gracia sacramental temprana: El Bautismo y la Comunión temprana proporcionan gracia santificante y protección espiritual desde una edad temprana, lo cual es crucial para el desarrollo espiritual del niño.
2. Responsabilidad de los padres: Los padres tienen la obligación moral de introducir a sus hijos en la vida sacramental lo antes posible, asegurando que reciban la gracia y fortaleza necesarias para resistir el pecado.
3. Doctrina de la Iglesia: La Iglesia enseña que los sacramentos no son simplemente ceremonias sociales, sino medios esenciales de gracia. Retrasar estos sacramentos priva a los niños de los beneficios espirituales y pone en riesgo su desarrollo espiritual.
En resumen, la tradición teológica y pastoral de la Iglesia Católica, respaldada por la enseñanza de santos y doctores como Santo Tomás de Aquino y San Pío X, subraya la importancia de la Primera Comunión temprana. Este sacramento no solo alimenta y fortalece la vida de gracia comenzada en el Bautismo, sino que también actúa como una poderosa defensa contra el pecado. La petición de los padres para la comunión temprana de sus hijos se fundamenta en sólidos argumentos doctrinales y canónicos, y refleja su deber moral de procurar el bien espiritual de sus hijos. Los sacramentos no deben ser retrasados por consideraciones sociales o triviales, sino que deben ser recibidos lo antes posible para asegurar la gracia y protección espiritual de los niños, en un mundo tan lleno de peligros debemos protegerlos lo antes posible dejemos que su Inmaculada inocencia se acerque a Nuestro Señor de manera temprana, no desoigamos las palabras de Nuestro Señor que parece hoy reprochar a los padres diciendo que los niños se acerquen a mí.
OMO
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
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