Si el joven no recibe la enseñanza profunda del Catecismo y es adoctrinado en el odio a la fe puede entrar en él todo tipo de aberraciones y perversiones como las que hoy día están sufriendo en muchas escuelas y universidades.
El historiador Rafael María Molina profundiza en la perniciosa labor de la Institución Libre de Enseñanza, cuyos futros venenosos llegan hasta nuestros días.
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