¿Podría mencionar un hecho en la vida de San José en que éste haya llevado la lógica hasta el heroísmo?
El episodio es muy conocido; fue cuando vio que Nuestra Señora había concebido un hijo del cual él no era el padre. El Evangelio aborda el asunto. San José fue colocado frente a una situación absurda, pues Nuestra Señora era evidentemente santa. De eso él no podía dudar, porque la santidad de Ella relucía de todos los modos posibles. Pero, de otro lado, estaba creada una situación que no comprendía, y con la cual no podía convivir.
En vez de denunciar a su Esposa como lo ordenaba la Ley hebrea, pensó en la única salida lógica: «Quien está de más en esta casa no es esta Madre, que aquí es la dueña y reina; ni el hijo que concibió. Alguien está de más, y ese alguien soy yo. Voy a abandonar la casa y desaparecer. No comprendo tal misterio, pero contra él no me levantaré. Pasaré mis días lejos, venerando el misterio que no entendí».
Y resolvió, cuando llegase la medianoche, abandonar la casa, huir, dejando a Nuestra Señora con el fruto de sus entrañas.
Consideren la calma de San José. Esa calma, sólo la poseen los hombres lógicos. Tenía que abandonar el mayor tesoro de la Tierra, que era Nuestra Señora. Y eso representaba un sufrimiento inmenso, inimaginable. El Evangelio narra que él estaba dormido, cuando apareció el ángel en sueños y le dio la explicación.
«Mientras reflexionaba sobre esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados» (Evangelio de San Mateo, cap. 1, 20-21).
Así, antes de ese lance tremendo, San José dormía. Iba a viajar y debería prepararse, reposando antes del viaje. Doblegado por un enorme sufrimiento, sin embargo, dormía. El ángel se le apareció y le explicó la situación. Después, él continuó el sueño. Amaneció y la vida prosiguió normalmente. ¡Suma normalidad, suma coherencia, suma lógica! En alabanza a la lógica de San José, queda hecho este rápido comentario, que representa un elogio a la lógica.
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