20/11/2024

La maternidad puede llegar a valer y soportar el 50% del PIB de un país: Madrina da cuenta de ello

Mayo es el mes dedicado a las madres, por ello Fundación Madrina explica que la maternidad representa una inversión fundamental en el capital humano y el desarrollo de las naciones. De hecho, la entidad explica que «la empresa más importante de un país es la familia, y que la madre es la CEO de esta empresa vital».

Para Madrina, la maternidad tiene un valor incalculable para la economía mundial, representando un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB), que puede llegar al 50% del mismo. Destaca el papel fundamental de las madres en el desarrollo de las sociedades, pudiendo concluirse que invertir en maternidad es esencial para lograr un futuro más próspero.

Por su parte, un estudio del Banco Mundial (2016) estima que la maternidad aporta un promedio del 37% del PIB en países de ingresos bajos y medios. Otro estudio de la OCDE (2019) estima que la maternidad aporta un promedio del 27% del PIB en países de la OCDE. Otros estudios internacionales demuestran que la maternidad contribuye significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) de cada país, estimándose que su aporte oscila entre el 15% y el 43% del PIB, dependiendo del país y la metodología utilizada.

Por último, un informe de la ONU subraya que la maternidad no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión estratégica con un alto retorno. Al invertir en la salud, la educación y el bienestar de las madres, los países pueden impulsar el desarrollo económico y social. Este valor se basa en una amplia gama de factores, incluyendo el trabajo no remunerado que realizan las madres en el cuidado del hogar, la prevención en salud y la educación de sus hijos, así como su contribución a la fuerza laboral formal.

Ventajas competitivas de invertir en la maternidad

Los países que invierten más en la maternidad tienden a tener mayores ventajas competitivas a largo plazo. Estos países suelen tener una fuerza laboral más cualificada, una población más sana y una mayor innovación tecnológica. Un ejemplo notable es Israel, que ha implementado políticas públicas que apoyan a las madres trabajadoras y ha logrado un alto nivel de desarrollo económico y tecnológico, con uno de los indicadores más elevados en patentes del mundo.

Al invertir en la maternidad y apoyar a las madres, estamos invirtiendo en el futuro de nuestros hijos y en la construcción de sociedades más equitativas y prósperas. Así, los países pueden crear un futuro más próspero.

El valor económico de la maternidad se fracciona en 5 factores:

Aporta capital humano: Las madres juegan un papel crucial en la educación, salud y el desarrollo de sus hijos, quienes a su vez se convierten en la fuerza laboral del futuro, una inversión a largo plazo.

Mejora la productividad: Las mujeres que trabajan y son madres al mismo tiempo, concilian sus responsabilidades familiares y profesionales, aportando su talento y habilidades al mercado laboral, multiplicando por dos su valor al PIB.

Garantiza la cohesión social: La maternidad promueve la cohesión social al fortalecer y estabilizar las familias y las comunidades, lo que se traduce en una mayor productividad, menor delincuencia, mejor salud pública y un mayor nivel de bienestar general.

Un amortiguador social: La maternidad garantiza los derechos de los más débiles, al encargarse de los cuidados de los más vulnerables, como enfermos que requieren cuidados paliativos, personas mayores, discapacitados y cuidados de la infancia.

Garantes de la paz social: La maternidad al estar prioritariamente al cuidado de la infancia y de los mayores es la mayor garantía de la paz social y la paz entre las naciones.

El impacto social de la maternidad se divide en 4 componentes:

El valor social de la maternidad va más allá de lo puramente económico y abarca dimensiones sociales y culturales de gran relevancia:

Proporcionan salud y bienestar: Las madres juegan un papel fundamental en la salud y el bienestar de sus hijos, brindándoles cuidados, atención y amor.

Favorecen la educación: Las madres fomentan el aprendizaje y el desarrollo intelectual de sus hijos, tanto dentro como fuera del hogar.

Mantienen los cuidados: Las madres dedican una gran cantidad de tiempo y esfuerzo al cuidado de sus hijos, incluyendo tareas como alimentación, higiene, vestimenta y acompañamiento emocional.

Transmiten valores y cultura: Las madres son las que transmiten valores, tradiciones y cultura a sus hijos, contribuyendo a preservar el legado cultural, la cohesión social y la preservación del patrimonio cultural.

La gran labor de Madrina

Madrina lleva 24 años desarrollando programas de protección y acompañamiento a las madres en varios ámbitos de actuación:

Alimentación y nutrición: garantizando una alimentación gratuita y constante de la infancia y de la maternidad más vulnerable.

Salud: garantizando una salud universal y gratuita para los niños y madres de familias vulnerables.

Vivienda: garantizando una vivienda para niños y familias vulnerables en proyectos como pisos tutelados, hogares y pueblos madrina.

Formación y empleo: garantizando la no discriminación laboral y salarial por razón de maternidad. Ofreciendo una educación y formación gratuita a través de su Universidad de Madres que acoge a 2000 alumnas, con diferentes programas de empleo y micro emprendimiento. Además, con áreas infantiles y guarderías mientras las madres están trabajando o formándose.

Conciliación: con un voluntariado especializado en el acompañamiento de la madre vulnerable durante el embarazado, parto y postparto, así como en programas de mentorización en empleo y emprendimiento.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»