15/01/2025

La Ministra de Igualdad amenaza con investigar 7 diócesis por «terapias»: el obispo Munilla responde

El Ministerio de Igualdad del Gobierno español anunció este martes que va a investigar la información que le ha entregado una entidad llamada Asociación Española contra las Terapias de Conversión, «que expone que en varias diócesis españolas se están impartiendo cursos y talleres de conversión sexual para personas LGTBI+». El informe menciona 7 diócesis y dos entidades civiles dedicadas a la comunicación y el periodismo cristiano.

Ana Redondo, socialista y profesora de Derecho Constitucional, que desde noviembre de 2023 es la ministra de Igualdad, se reunió con el portavoz de esta entidad de activismo gay, Saúl Castro. Después emitió una nota de prensa asegurando que «el Ministerio va a analizar el contenido de la denuncia para estudiar las acciones a impulsar en el marco de sus competencias». El tema incluso lo anunció con despliegue de medios Televisión Española.

El Ministerio recuerda la peculiar Ley española de 2023 , del Gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados, que en todo el país prohíbe «la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento, en cualquier forma, destinados a modificar la orientación o identidad sexual o la expresión de género de las personas, incluso si cuentan con el consentimiento de la persona interesada o de su representante legal».

La Ministra dice que «la ley no deja lugar a interpretación», pero eso no está nada claro…

La ley no menciona la oración o la castidad, y el vocabulario que utiliza es bastante novedoso y confuso en la jurisprudencia española, y más al ligarlo a temas de libertad religiosa.

La nota del Ministerio, probablemente para amedrentar, recuerda que esta ley establece multas «que van desde los 200 hasta los 150.000 euros y que conllevan la prohibición de recibir ayudas públicas».

La ley es más concreta al castigar «la utilización o emisión de expresiones vejatorias». De hecho, las leyes LGTB autonómicas por lo general solo consiguen multar a alguien en casos muy claros de grosería injuriante, insultos reiterados o violencia física acompañada de insultos.

¿Abrir debate social?

El político socialista Julio del Valle de Iscar, que llegó al ministerio de mano de la ministra y tiene el cargo de «director general para la Igualdad real y efectiva de las personas LGTBI+» habló de la necesidad de «abrir un debate social sobre lo que significan las terapias de conversión, que niegan la identidad de las personas y/o su orientación sexual». Según el político socialista, estas terapias «pueden acarrear consecuencias psicológicas a lo largo de toda la vida, afectando a su vida afectivo-sexual».

La llamada al debate social parece implicar que tendrían voz y libertad para debatir en pluralidad todos los interesados, pero no parece que vaya a darse tal cosa en ninguna mesa concreta.

Más allá del debate sobre de qué tipo de prácticas concretas se habla en cada caso, en ReligionEnLibertad hemos recopilado varios estudios sobre terapias y acompañamientos para cambiar los sentimientos de atracción del mismo sexo, a partir de 50 años de terapias: la ciencia nunca ha demostrado que la ayuda para dejar la homosexualidad dañe, más bien lo contrario.

Lo que estos estudios muestran es que muchos usuarios, al pasar los años, se declaran ex-gays, otros reducen sus sentimientos homosexuales, otros viven la castidad, otros siguen una vida gay pero no reportan daño alguno con las terapias.

ReligionEnLibertad también ha señalado un «disparatado bulo», el de quien confunde las «terapias de conversión» (nombre confuso para referirse a terapias para dejar la homosexualidad) con simples experiencias de conversión religiosa: personas que estaban en una vida de homosexualidad, a menudo promiscua, tienen un encuentro con Cristo vivo que transforma su corazón y pasan a vivir las virtudes cristianas, entre ellas la castidad, continencia, amistad fraterna, etc… (Puede leer muchas historias así aquí en ReL).

El obispo Munilla: derecho a acompañar pastoralmente

José Ignacio Munilla, obispo de Alicante, ha sido el primer obispo en responder al anuncio de que el Ministerio de Igualdad investigará a 7 diócesis.

Munilla ha declarado en redes sociales que «lo que llaman ‘terapia de conversión’, en realidad, no existe. Es tan solo un ‘constructo ideológico’ del marxismo para impedir a la Iglesia acompañar pastoralmente a las personas con inclinaciones homosexuales, ayudándoles a vivir la virtud de la castidad«. Y añade: «Resulta irónico que quienes defienden la libertad para cambiarse de sexo -hormonas y cirugías incluidas-, prohíban a los homosexuales solicitar libremente lo que ellos califican como «terapia de conversión». Es una demostración palmaria de que no creen en la libertad, de la que tanto alardeaban; además de ser una prueba más de la falta de libertad religiosa que estamos padeciendo».

¿Qué es realmente una «terapia de conversión»?

Todo el mundo juega a la confusión con el término «terapia de conversión». Las diócesis mencionadas en el informe suelen responder que ellas ni hacen ni encargan «terapias de conversión», sin que nadie especifique a qué se refieren.

Este martes, por ejemplo, la diócesis de Alcalá de Henares declaraba en un breve comunicado difundido por Europa Press que la diócesis no hace «terapias de conversión» pero sí ofrece su «acogida, respeto y ofrecimiento de acompañamiento pastoral hacia cualquier persona, sea cual sea su orientación sexual».

Para algunos, la «terapia de conversión» sería una serie de técnicas físicas y químicas, con grupos de presión, medicación abusiva, trucos de premio y castigo hasta físico, etc… Pero cualquier terapia psicológica (sobre cualquier tema) con métodos abusivos está penada desde hace muchos años: no se necesita una ley gay especial para ello.

Otros piensan simplemente en terapias de hablar y rezar y examinar y conocer los propios sentimientos y motivaciones, algo que parece difícilmente penalizable, incluso con la peculiar ley gay española de 2023. Otros piensan en métodos de 12 pasos similares a los de Alcohólicos Anónimos (que incluyen acudir a un poder superior, que para los cristianos sería Dios; cambiar hábitos, desear un cambio, etc…).

Terapia no siempre implica hablar de enfermedad: hay terapias para afrontar el duelo por la muerte de un ser querido, por ejemplo, o la soledad, la tristeza, la pereza, mejorar los hábitos de vida. Otros lo plantean como un coaching: tomar las riendas de la vida, con sus hábitos y relaciones personales.

En el ámbito de la castidad, como en cualquier otro ámbito, ninguna terapia es perfecta; personas distintas pueden encontrar más útil un método u otro. En Psicología, no se le pide a ningún método una eficacia del cien por cien: ni contra la timidez, ni contra el miedo ni contra la pereza… En Psicología, muchos usuarios reportan mejoras parciales o paulatinas y ya les parece bien.

A menudo, más que métodos, de lo que se trata es de comunidades, grupos de cristianos que con amistad fraterna se apoyan mutuamente en un camino de sinceridad y camaradería.

En una sociedad hipersexualizada, y en el mundo del activismo LGTB, la misma idea de «amistad casta y fraterna» enfurece a muchos activistas que no suelen ser castos, y a menudo tampoco fraternos.

Homosexualidad y doctrina católica

El cristianismo, como el judaísmo antiguo, desde el principio ha considerado las prácticas homosexuales como una grave inmoralidad que ofende a Dios. San Pablo, hablando con los primeros cristianos, critica la sexualidad pagana, donde «sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza; de igual modo los hombres, abandonando las relaciones naturales con la mujer, se abrasaron en sus deseos, unos de otros, cometiendo la infamia de las relaciones de hombres con hombres» (Rom 1,26-27).

La Iglesia Católica distingue entre los sentimientos y las prácticas, y anima a todos a evitar el pecado de la fornicación y a vivir una sexualidad virtuosa, la cual se apoya en la oración, la amistad generosa y desinteresada, la caridad y el servicio, la confesión, etc… El Catecismo habla de eso en sus puntos 2358 y 2359. Habla de «virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior», y de «una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental», para «acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana».

Es difícil que el Ministerio de Igualdad pueda combatir esto sin lanzar, directamente, una persecución religiosa o tratar de recortar la libertad de prensa, de expresión e ideológica.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»