14/11/2024

La «rebelión de los padres»: mil familias se movilizan por un «barrio sin móviles» para adolescentes

Durante los últimos años se ha puesto de moda entre padres y profesores permitir a hijos y alumnos tener un teléfono móvil cuando aún podrían no saber coger bien un lápiz. Por lo general esgrimían argumentos bienintencionados, como estimular su aprendizaje, no aislarles o que no sean los bichos raros de clase.

Pero pasados unos años, lo que parecía una moda inocente ha comenzado a causar verdaderos estragos. Conscientes de ello, un grupo de mil padres de Barcelona se ha organizado a través de redes sociales bajo el grupo «Poblenou, adolescencia libre de móvil«, tratando de poner freno a los «efectos desvastadores» que puede tener su uso por menores, según los expertos. 

Entre ellos, auténticos problemas de adicción, ansiedad y desconexión familiar en menores. También pérdida de atención, problemas de sueño, menor rendimiento académico y baja autoestima.

Los niños con móvil, estando conectados con miles de usuarios, se sienten más solos que nunca.

La pornografía, antes un tabú, es hoy un fenómeno considerado por expertos como una pandemia mundial que afecta especialmente a menores.

Al mismo tiempo, los postulados transgénero son inoculados a adolescentes y menores por una hueste de activistas LGBT que inunda las redes sociales e invita a pensar que cualquier problema de ansiedad, relación o incongruencia está motivada por una disforia de género cuyo único tratamiento posible -según su relato- es la transición.  

Según el informe de 2022 del Observatorio Nacional de Tecnología y sociedad, en España dos de cada diez niños de 10 años ya tienen móvil. Con 12 años, dos de cada tres y con 13, la cifra se eleva hasta nueve de cada diez. Según estas cifras y las de población aportadas por el INE, casi 474.000 de los 526.000 jóvenes de 13 años en España tenían móvil en 2022. 

Un barrio ¿»libre de móviles»?

La última reacción a la «normalización del teléfono en menores» proviene de Barcelona. Concretamente del barrio de Poblenou, donde hasta mil padres se se han organizado a través del grupo de WhatsApp «Poblenou, adolescencia libre de móvil», según informaba La Vanguardia este  2 de noviembre. 

Lo integran familias, padres y profesores que se niegan a aceptar la normalización de dar un teléfono móvil a niños con 12 años y que exigen la toma de medidas para rebajar la presión social inherente a las nuevas tecnologías.

El grupo ha ido más allá de una aglomeración de «miembros» que participaban esporádicamente. Sus integrantes son militantes convencidos, están organizados y ya han dado el paso a las reuniones presenciales con un objetivo: valorar «qué se puede hacer para pasar a ser un barrio libre de móviles para los adolescentes», según palabras de Xavier Casanovas, padre de un alumno de 10 años y dos de Educación Infantil.

«Los dispositivos móviles (teléfonos, tablets, miniordenadores, etc.) y el Wi-Fi han hecho posible ver pornografía virtualmente en cualquier parte. Ahora todo el mundo es vulnerable a los peligros de la pornografía», afirma el especialista especialista Peter C. Kleponis.

Entre las medidas propuestas, muchas van encaminadas a revertir la normalización del móvil. Es decir, que el niño no se vea a sí mismo como un «bicho raro» por no tenerlo, que pueda creer a sus padres cuando estos le digan: «No eres el único que aún no lo tiene, más familias nos hemos puesto de acuerdo en que aún no es el momento».

Así opina Elisabeth García Permanyer, promotora del grupo, que recalcó en una entrevista con EFE la importancia de esta iniciativa para que los niños no dispongan de móviles hasta una etapa más madura en la que estén «más preparados».

Un «problema oculto»: el 95% de los adolescentes tienen móvil

Permanyer, madre de tres hijos, de 7, 9 y 10 años, explicó que la idea de crear el grupo surgió tras escuchar, mientras los niños jugaban en el parque, la inquietud de otras madres que habían decidido dar el teléfono móvil a sus hijos a los 12 años «para evitar que fuesen los pringados de la clase».

«De manera espontánea y sin hacer ningún esfuerzo», vio como el grupo fue creciendo. Y con ello, el convencimiento de que «hay un problema oculto» en el uso «institucionalizado de móviles inteligentes a edades tempranas» que está generando «mucha preocupación a las familias».

Según el Informe de situación de la infancia y adolescencia en Barcelona publicado por el Ayuntamiento en 2018, «el 95% del alumnado adolescente de Barcelona afirma tener móvil propio y en una elevada proporción de hogares hay televisor, un ordenador o tablet con Internet y una videoconsola».

Por ello, Permanyer admitió sentirse «acompañada y aliviada» al saber que «hay muchas familias y profesores interesados en que haya más concienciación social» y en «dar un paso atrás para dejar de normalizar la entrega de smartphones a los 12 años».

«Con 11 años tiene que correr, jugar y saltar»

«No es posible que hayamos normalizado que un niño de 12 años deba tener un teléfono móvil. Los especialistas están diciendo que su cerebro no está preparado para gestionar lo que supone el acceso a internet», subraya. Especialmente cuando lo que tiene que hacer es «jugar, correr, saltar y comunicarse de una manera natural con sus amigos».

«Me niego a que mi hijo, con 11 años, tenga que estar preocupado por cuestiones de sexo o de violencia. Es algo que no le corresponde por edad«, menciona.

Alejandro Villena, psicólogo experto en sexología en la Consulta Carlos Chiclana, alerta del consumo cada vez más generalizado y temprano de la pornografía

Las familias también proponen actuar como «lobby» de presión sobre las instituciones, de modo que apliquen iniciativas para fomentar el retraso del primer móvil al menos hasta los 16 años.

«Nos gustaría que los institutos tuvieran más herramientas para que no lo usen durante el horario escolar«, señala Cristina Antón, madre de un niño de 12 años del instituto Maria Espinalt.

No es raro escuchar en el grupo el propuestas encaminadas a que el Departamento de Educación de la Generalidad prohíba la entrada de móviles en colegios de primaria y secundaria. Y todo ello, asegura La Vanguardia, sustentado en opiniones de expertos en salud mental que coinciden en afirmar que un joven menor de 16 años no tiene la suficiente madurez para gestionar los contenidos nocivos a los que están expuestos con el uso de teléfonos móviles y redes sociales, como la pornografía o el acoso.

Por el momento, «Poblenou, Adolescencia Libre de Móvil» pretende impartir conferencias sobre los riesgos del teléfono móvil en adolescentes y plana elaborar una encuesta para conocer las inquietudes de las familias del barrio con hijos que cursen sexto de primaria, la edad más frecuente de acceso al primer móvil.

 Reacción a los móviles: de pagar miles a pensar en los colegios

La de Poblenou es la última de un cúmulo de reacciones al uso de teléfonos móviles en menores que se llevan dando a lo largo de los últimos meses.

En Estados Unidos se ha llegado a ver cómo universidades de la talla y peso de la Franciscana de Steubenville pagaba hasta 5.000 dólares a los estudiantes que aceptasen integrar un programa piloto para vivir un curso sin móvil. 

En junio de este año, un millar de padres de colegios de Fomento (ligados al Opus Dei) en España pedían por escrito que el Consejo de Administración limitase lo máximo posible el uso de dispositivos al ver como sus hijos estaban mucho más distraídos, estudiaban menos y accedían a pornografía y otros contenidos inadecuados.

Los niños denunciaba la carta dirigida al Consejo de Administración de Fomento, «han sido expuestos a riesgos innecesarios en su formación intelectual y espiritual» al sustituirse muchos libros de texto con portátiles.

En julio, Países Bajos se unió a la reacción y prohibió el uso de móviles, tablets y relojes inteligentes en todos los colegios.

A principios de octubre de este año, la ministra de educación británica, Gillian Keegan, se unió a la ola contra los móviles en las escuelas y anticipó que en una fecha aún por definir, estos dispositivos estarán prohibidos durante toda la jornada escolar, incluyendo los recreos. 

En España, está por ver hasta dónde están dispuestas a llegar estas familias. Por el momento no existe una legislación estatal que regule el uso de móviles en los colegios, solo tres autonómicas en Castilla la  Mancha, Galicia y Madrid, con mayoro menores restricciones (conoce aquí el estado de cada comunidad). Por de pronto, la presidenta de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Mar España, se pronunció a mediados de septiembre en sentido favorable a la restricción y propuso un pacto de Estado al respecto. 

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»