25/04/2024

LA SOLEDAD DE MARÍA

«¿No ves, María? Fíjate bien en el cuerpo de tu Hijo; ellos se han vengado de los latigazos con que Él les estropeó el negocio.

¿No sabías, María, que en cuanto se nos toca el asunto del dinero y del negocio (o de las vacaciones en días santos), ya no queremos saber nada? Os quedáis solos Cristo y tú. Al pie de la cruz.

Te quedaste sola tú con Cristo, porque te han dejado también los buenos.

Un Cristo muerto era demasiado para nosotros, y te lo hemos dejado a ti sola. La única que tienes fuerzas para sostener a un Dios muerto en tus brazos.

Y no nos juzgues demasiado mal por haberte dejado sola con tu Cristo muerto.

Ya verás cómo al tercer día, cuando nos enteremos de que ha resucitado, volveremos a creer en Él los pobrecitos cristianos de siempre. Cuando la cosa esté menos fea, ya verás como vamos volviendo todos.

Y tú, María, volverás a sonreírnos y harás como si no te hubieras dado cuenta de que te hemos dejado sola esa tarde del Viernes Santo».


 Pedro María Iraolagoitia, S. I.

PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD