En 2018, Pedro Sánchez, recién nombrado presidente del Gobierno, anunciaba que Valencia acogería 600 migrantes recogidos de las aguas en el Buque Aquarius (la mayoría acabaría acogida y atendida por Cáritas y entidades católicas), y anunciaba medidas sobre los ineficaces y conflictivos Centros de Internamiento de Extranjeros. Se presentaba como promotor de un trato más humano a los migrantes.
Han pasado más de 5 años de Gobierno socialista, responsable de políticas de inmigración y extranjería, y no muchas cosas han mejorado. El Servicio Jesuita a Refugiados cada cierto tiempo publica informes muy críticos sobre el trato a migrantes y solicitantes de asilo: los gobernantes socialistas no han mostrado ni interés ni eficacia en estos temas.
Ahora los tres obispos de la región de Madrid han firmado juntos un documento enumerando el trato deficiente a migrantes y refugiados.
No es algo frecuente. Anteriormente, obispos individuales, o los dos obispados de Islas Canarias, se habían pronunciado sobre asuntos similares (como los menores tutelados abandonados a la calle, pero no se recuerda que todos los obispos de una misma región eclesiástica lo hicieran respeto a tema migratorio, más en concreto, a la atención de los migrantes.
La nota se publica precisamente cuando casi todos los obispos de España están reunidos en Madrid en plena asamblea plenaria.
El cardenal José Cobo, de Madrid, el obispo Ginés García, de Getafe, y el nuevo obispo de Alcalá, Antonio Prieto, firman conjuntamente una enumeración de desastres humanos, caritativos y organizativos en el trato del Estado con los migrantes en la región de Madrid:
Los atrapados en el aeropuerto de Barajas
A raíz de lo conocido en medios de comunicación, mencionan «el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con bastantes personas solicitantes de asilo, reflejando un problema estructural de imprevisión y de desatención. Desconocemos si se ha desplegado algún plan coordinado de intervención entre las administraciones, tanto para la acogida de los recién llegados como para aquellos que desde hace tiempo tienen en el aeropuerto su lugar de refugio».
Se refiere a la situación en un limbo jurídico de numerosas personas que duermen desde hace semanas en la zona internacional del aeropuerto en condiciones penosas.
Muchos atascados en Barajas son venezolanos que piden asilo por la situación política de su país, pero la Administración parece incapaz de tramitar esas peticiones en el aeropuerto y les bloquea en una zona de nadie indefinidamente, como explicaba este reportaje:
Los llevados de Canarias a Alcalá de Henares
«Nos preocupa la situación de los que han sido alojados en el Acuartelamiento Primo de Rivera, de Alcalá de Henares, en la operación que hace algunos meses distribuyó a personas migrantes llegadas a las costas canarias por diferentes lugares de la Península. Resulta imprescindible un plan integral y coordinado de atención y acogida. Nos llegan testimonios de personas trasladadas allí de que son privadas de facilidad de movimientos. También de las dificultades por mantener la higiene mínima y el acceso a ropa, especialmente de abrigo. Asimismo, refieren trabas para la solicitud de asilo y otros trámites administrativos», añaden los tres obispos de la región de Madrid.
«Nos informan sobre la existencia de expulsiones del centro sin otra alternativa que la calle. Es preocupante la opacidad de la gestión que están realizando las instituciones implicadas, sin facilitar datos de la situación y sin permitir la ayuda de otras entidades civiles«, denuncian Cobo, Ginés García y Prieto.
Es decir, los obispos denuncian que la Iglesia, sus entidades y ONGs podrían ayudar y acoger, pero las Administraciones se lo impiden y bloquean con opacidad y total falta de interés.
El Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche vuelve a funcionar, pero muy mal, con denuncias de agresiones, según denuncian los obispos de Madrid, Getafe y Alcalá:
Los trapos sucios del CIE de Aluche
«Nos preocupa la realidad del reabierto Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche (CIE de Madrid). De hecho, ha sido objeto de múltiples denuncias presentadas ante el Defensor del Pueblo y los jueces de control, sin olvidar que, en este momento, está en curso una investigación por presuntas agresiones denunciadas por una cincuentena de internos», añaden.
Ante el limbo legal, ¿regularización extraordinaria?
Después, los obispos pasan a hablar de la situación más general de los migrantes en toda España, con una propuesta legal concreta.
«Como ya se ha dicho en numerosas ocasiones, proponemos que se aborden vías de entrada a nuestro país seguras, ágiles y regulares que eviten el sufrimiento y la descohesión social. Reiteramos las graves dificultades de las personas migradas para acceder a una primera cita para solicitar la protección internacional o asilo y las complicaciones para renovar las documentaciones: «Sin citas no hay derechos». De esta realidad se aprovechan las mafias y los que explotan su vulnerabilidad».
«Ante el forzoso limbo jurídico en que se mantiene a las personas desplazadas durante varios años, dificultando su acceso al mercado laboral en plenitud de derechos y deberes, planteamos que se estudie una regularización extraordinaria, como han propuesto múltiples organizaciones tanto civiles como eclesiales», plantean.
Agradecimiento a los que trabajan con migrantes
Los obispos expresan su agradecimiento «a todas las personas, entidades y organizaciones, tanto del ámbito eclesial como del civil, que trabajan generosamente en el acompañamiento a las personas migradas, en su integración y dignificación».
«Nuestra sociedad y nuestra Iglesia madrileñas se encuentran ante una oportunidad histórica de acoger, proteger, promover e integrar a las personas migradas. La experiencia de buenas prácticas de acogida y hospitalidad que ya estamos llevando a cabo en las tres diócesis de la Provincia Eclesiástica nos muestran el enriquecimiento que estas buenas prácticas suponen para la sociedad y para la Iglesia», añaden.
Finaliza el texto pidiendo «que Santa María, Consuelo de los Migrantes, interceda ante su Hijo, migrante y refugiado en Egipto, para que las administraciones públicas, la sociedad madrileña y los miembros de la Iglesia católica, de las demás Iglesias cristianas y de otras confesiones religiosas construyamos puentes de encuentro y no muros de separación».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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