Una joven de 23 años, que ya intentó suicidarse una vez y quedó paralizada de piernas, se encuentra ingresada en el Hospital Residencial Sant Camil, de Sant Pere de Ribes (Barcelona), mientras los tribunales deciden si puede quitarse la vida y cómo.
Tenía programada su eutanasia para el 2 de agosto, pero su padre logró salvar su vida in extremis a través de un recurso con la asociación Abogados Cristianos.
Ahora, la juez del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 12 de Barcelona ha decidido mantener las cautelares que impiden la eutanasia y pasa la decisión final sobre el caso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la decisión final.
Presentará una cuestión de competencia en un plazo de tres semanas para que el TSJ decida si es competente tras aparecer otro caso similar.
La juez ha tomado esta decisión tras haber citado a declarar a las partes implicadas: la Fiscalía, el Comité de Garantías (el organismo que supervisa las eutanasias, que en Cataluña tiene fama de ser de «gatillo fácil» y autorizar casi todo) y la Fundación Española de Abogados Cristianos.
El padre argumenta que aunque su hija tiene las piernas paralizadas ella «no sufre una enfermedad grave e incurable o una condición grave, crónica e imposibilitante que le cause un sufrimiento intolerable», que son las condiciones que marca la ley para conceder la eutanasia.
¿Puede «decidir» una chica con ideación suicida e ideas paranoides?
Más aún, ella está paralizada de piernas porque ya intentó suicidarse una vez, lo que muestra su situación mental confusa. No estaría en condiciones de tomar una decisión de forma libre, consciente e informada, como reclama la ley. Ella sufre «trastornos mentales, que incluyen ideación suicida, ideas paranoides y el trastorno bipolar».
De hecho, el 29 de julio, tres días antes de la eutanasia programada, ella escribió una carta en la que solicitaba retrasarla «porque tenía dudas«, pero al día siguiente volvió a cambiar de opinión.
Abogados Cristianos pedía que se tomara declaración a la médica y la psicóloga que valoraron a la joven para determinar si en estos momentos está capacitada para tomar un decisión absolutamente única e irrevocable, la más drástica posible: matarse.
Según los datos provisionales del Ministerio de Sanidad, en 2023, recibieron la eutanasia en España 323 personas, algo menos de la mitad de quienes lo solicitaron (727), porque hay personas que cambian de opinión, y otras que mueren de forma natural, antes de que llegue el día de su ejecución.
Lea aquí como décadas de suicidio asistido en Suiza han corrompido su moral y sistema.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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