Santa Francisca Romana no solo enfrentó desafíos terrenales, como la pérdida de seres queridos, sino que también compartió su conexión divina al comunicarse con su ángel guardián y ser guiada a través de las dimensiones espirituales, abarcando desde el infierno hasta la dicha celestial.
More Stories
Misión Eucarística Argentina: Nueve años llevando a Jesús a todo el país
La Conferencia Episcopal Canadiense lanza una serie de vídeos sobre el uso responsable de las redes sociales
«Muchas no quieren hacerlo y ven en nosotros una señal de Dios para no hacer el aborto»