26/12/2024

Los jóvenes, sobre Hakuna: «Es un hospital de campaña donde compartimos una fe real y auténtica»

En el corazón de Hakuna, más allá de ser simplemente un movimiento o una asociación (todavía asociación privada de fieles), reside una auténtica comunidad de fe en acción. Para empezar a comprender la esencia de Hakuna, es clave escuchar las voces de aquellos que perseveran y aman su misión dentro del movimiento. En una conversación más que amena, profundísima (en el canal de YouTube Enriquísimo Tv), con Víctor y Charlie, dos miembros activos de Hakuna, dejan ver su naturaleza dinámica y vital, de estos chicos enamorados de Cristo, a lo largo de los 50 minutos de entrevista.
 

Abrazando la diversidad

Hakuna es mucho más que un simple movimiento religioso; es una gran familia dentro de la Iglesia, donde cada individuo es bienvenido tal como es. Esta acogida incondicional es lo que les distingue como un movimiento de la Iglesia que está rompiendo todos los moldes, que de verdad está despertando muchas conciencias, fuera y dentro de la Iglesia.
 
Para dar a conocer su auténtico carácter, los colaboradores de esta organización son conocidos como pringados, ¿suena extraño verdad?, pero don José Pedro Manglano (parte fundadora importantísima) aclara el significado: «No queríamos que el rasgo que definiese a la persona que encontrara su lugar en la Iglesia dentro de Hakuna fuese tener un puesto de relevancia. Es decir, el ‘pringado’ es al que no le importa qué hacer porque lo que quiere es ponerse al servicio de Dios«. 
 
Los jóvenes se reúnen en la sede de Hakuna en Madrid.
 
Para muchos, Hakuna ha representado un punto de inflexión en su relación personal con Dios y con nuestra querida madre Iglesia. Charlie comparte su experiencia personal, describiendo cómo su encuentro con Hakuna fue, y sigue siendo, un momento crucial en su camino de conversión: «Yo en concreto estuve en un proceso de conversión más adulta, fue más individual y no participaba mucho en la iglesia… pero algo me interpelaba cuando iba a misa y quería ser coherente dentro de la Iglesia y por la inquietud terminé en Hakuna».
 
Esta búsqueda de significado y servicio se refleja en la diversidad de motivaciones y experiencias que cada miembro siente que puede aportar cuando se acerca a los compartiriados (proyectos de acción social que realizan por todo el mundo), horas santas o simples, pero fructíferas, salidas a algún bar o restaurante.
 
Desde jóvenes hasta familias completas, todos encuentran un espacio de acogida, crecimiento y oración. Como menciona Víctor: «Es un lugar donde puedes ser tú, con toda tu realidad, tu parte buena, toda tu parte mala, pero ser tú auténticamente«.
 

Mucho más que un lugar común

Para Víctor, su conexión con Hakuna comenzó con una visita casual a la sede principal de Madrid (antiguo monasterio ahora rehabilitado) impulsado por la curiosidad y la voluntad de ayudar. «Al final, esto va más allá de lo que se podría pensar. Es una dedicación que te compromete y trasciende la labor convencional».
 
Charlie, por otro lado, llegó a Hakuna después de una escapada post-pandemia a Madrid. Encontró un espacio para profundizar su fe y su sentido de pertenencia. «Es una comunidad en la que jóvenes comparten su fe de manera real y auténtica. Es un lugar que no te hace sentir juzgado, sino más bien, amado».
 
Como decíamos, parte importante de lo que marca la diferencia de Hakuna es la frescura, que se manifiesta en sus actividades diversas: desde conciertos (llenan estadios y se venden todas las entradas en cuestión de horas) hasta horas santas, escapadas, compartiriados y momentos de reflexión. Estos espacios no solo ofrecen oportunidades para la diversión y la oración, sino que también fomentan un sentido de unidad y conexión, que tanto demandan los jóvenes. Como señala Charlie: «En esos momentos de compartir, de hablar, surgen ideas, se planean cosas».
 
Escena de los llamados «compartiriados», proyectos de acción social que realizan los miembros de Hakuna por todo el mundo.
 
La comunidad de Hakuna se convierte así en un refugio para aquellos que buscan un sentido más profundo de pertenencia y propósito. Especialmente las personas heridas, muchos jóvenes, encuentran tiempos y lugares que poco a poco les terminan por sanar, porque allí donde esté Hakuna, está el Espíritu Santo que todo lo sana. «Es un hospital de campaña. Hakuna es un lugar donde todos son bienvenidos y recibidos con amor y compasión», afirma Víctor.
 

Abrazando la incertidumbre

En el camino de la fe, el riesgo y la incertidumbre son compañeros constantes. Para Víctor y Charlie, Hakuna representa un llamado a abrazar esta incertidumbre y confiar en la guía del Espíritu Santo. «Precisamente un acto de fe es ponerse en predisposición», comparte Víctor. «Es tener claro ese foco y luego distribuir nuestros esfuerzos en base a ese foco». 
 
Esta disposición a confiar en la providencia divina se refleja en la forma en que Hakuna aborda nuevos desafíos y oportunidades. Porque de verdad, que cuando se les conoce un poco mejor y te acercas a ellos, te das cuenta de lo locos que están, la capacidad de afrontar sus miedos y de decirle SÍ al Espíritu Santo. Esto requiere de mucha oración y de lanzarse a la piscina, de arriesgarse, y Hakuna tiene mucho de todo esto. «La fe, al final, no es porque lo sabes o lo tienes seguro. Es abrazar los misterios y estar dispuesto a caminar hacia lo desconocido».
 

Un faro de esperanza

Cuántas veces oímos, o incluso hemos dicho eso de: «La juventud de hoy en día está perdida». Este movimiento, ya internacional, destaca por conseguir cerrarnos la boca para que abramos los oídos. Para que nos liberemos de prejuicios y veamos que el Espíritu Santo está soplando a los jóvenes iniciativas totalmente disruptivas, necesarias.
 
En un mundo marcado por la incertidumbre y la búsqueda de significado, Hakuna emerge como un faro de esperanza y autenticidad. Ofrece un testimonio vivo del poder transformador del Evangelio. El Papa Francisco se ha reunido en varias ocasiones con el padre José Pedro Manglano y algunos miembros del movimiento, y este ha destacado la creatividad del grupo y que: «Sigan haciendo lío». «No aflojen».
 
Las canciones de Hakuna reúnen a miles de personas en auditorios y grandes recintos. 
 
Al final, Hakuna nos recuerda que la fe no es un viaje solitario, sino un camino compartido en el que cada individuo encuentra su lugar y propósito. En palabras de Víctor y Charlie, «Hakuna es más que un movimiento: es una familia, un hogar espiritual donde todos son bienvenidos a experimentar el amor incondicional de Dios».
 

Hakuna: Más que una marca

En un mundo saturado de mensajes y estímulos, donde la búsqueda de significado parece ser una constante, Hakuna, que no solo busca destacar en el panorama del comercio por internet, sino también inspirar y transformar vidas a través de un mensaje de amor, fe y genuidad. Y lo hacen a través de su tienda online, donde venden camisetas, pulseras, relojes e incluso imágenes preciosas de la Virgen María. «Ahí es donde tenemos que estar, ahí es donde Dios tiene que estar en esto. Tenemos que colaborar para hacer algo que llame la atención. La clave fundamental de llevar ese mensaje se materializa en nuestra marca de ropa».
 
«El valor diferencial de nuestra marca, en comparación con otras marcas donde solo hay vacío, es el valor de nuestro mensaje. Dándole muchas vueltas y leyendo poesía, leyendo a Sócrates, Platón, a una escritora que se llama Marcela Duque que tiene un poemario que se llama ‘Bello es el riesgo’, es de donde sacamos la inspiración».
 
Para Víctor y Carlos, Hakuna no es simplemente una marca o un negocio, sino un proyecto enraizado en el riesgo y la entrega total a la voluntad de Dios. Como señala Víctor: «Para poder dar ese salto [de fe], diferenciaría entre qué proyectos son tuyos, qué proyectos son míos y qué proyectos son de Dios. Recuerdo una anécdota en el documental ‘Libres’ (2023 de Santos Blanco) donde hablaba un formador de frailes que decía: ‘Yo les digo a mis frailes, tienes que diferenciar entre lo que quiere Dios y lo que quiere tu cabecita'».
 
Para Víctor y Charlie, Hakuna representa un llamado a abrazar esta incertidumbre y confiar en la guía del Espíritu Santo (foto: el fundador Manglano durante una Hora Santa).
 
Esta perspectiva revela una profunda confianza en la providencia divina y una disposición a dejar que el Espíritu Santo vaya dirigiendo sus vidas. Debe existir una humilde aceptación de nuestra limitación humana (de lo que no nos libramos ni uno), el cual es el primer paso hacia una relación sana y ordenada, con el que nos ama por encima de todo.
 

La importancia del discernimiento

De lo anterior, viene un tema importantísimo a nivel personal como comunidad, el discernimiento. En el corazón de Hakuna está ese discernimiento constante, diario. El proceso de distinguir entre lo que proviene de Dios Padre y lo que surge de nuestros propios deseos y limitaciones. Como menciona Carlos: «Muchas veces, buscamos lo que quiere nuestra cabecita, lo que queremos nosotros, nos obsesionamos y lo cargamos solos».
 

Las heridas que transforman

Carlos, durante parte de la entrevista, profundiza en su experiencia con los jóvenes dentro de Hakuna: «Yo creo que todos estamos muy heridos porque al final… faltan referentes. Si salimos un poco de esta burbuja, pensamos en un ciudadano de a pie, que no tiene contacto con la iglesia… piensas, no hay referentes claros que apuesten por cosas grandes. Esta falta de modelos a seguir puede dejar a muchos jóvenes con un sentido de vacío y falta de propósito».
 
Un tema del que trata también son las metas a las que aspiramos, y verdaderamente los jóvenes, los adolescentes, necesitan grandes ideales. Es una etapa importantísima en la formación integral de la persona. Pocas oportunidades hay como esas para comenzar a conocerse a uno mismo, a llevar tu vida a cotas mucho más altas de las que el mundo te propone. 
 
«De dónde nos alimentamos, ¿las redes sociales, la televisión? Puedes ser guapo y atractivo, pesar poco, tener seguidores en Instagram, tener dinero… Pero, ¿qué ocurre?, cuando tú aspiras a eso y no lo consigues, te obligan a ello y no eres capaz de reconocer tu debilidad, vives constantemente frustrado e infeliz. Es una pandemia real que se está viviendo».
 
Como menciona Víctor, Hakuna «es un lugar donde puedes ser tú, con toda tu realidad, tu parte buena, toda tu parte mala, pero ser tú auténticamente».
 
No hay esa idea de que ya estamos salvados, de que la vida es impresionante, es mucho más inmensa… Pero todo empieza con una cosa muy sencilla: somos lo que somos, con todo lo malo y lo bueno. No debemos evitar eso y como somos, o sea, con todo lo bueno soy yo. Y Hakuna a lo que ayuda es a ser feliz siendo tú cien por cien.
 
Uno de los aspectos más poderosos que desarrollan es su capacidad para crear espacios de encuentro y comunidad, donde las personas pueden experimentar, y de hecho lo hacen, que Dios les ama, y que lo hace a través de ellos. Como señala Víctor: «La verdadera revolución en el mundo de hoy no es esa individualidad, sino la comunidad. Vivir juntos, en familia. Cada uno tal y como es. Con su realidad, pero dejándose querer abrazar por el otro. Y ahí, en ese encuentro con el otro, en ese amar nuestra realidad y derechos, es donde nos damos cuenta de que para Dios somos importantes y para los demás también».
 

La sencillez lo cambia todo

En un mundo obsesionado con la apariencia y el éxito superficial, Hakuna destaca por su enfoque en la sencillez y la autenticidad. Como menciona Carlos: «La sencillez para mí es una píldora básica dentro de lo que es el arte de vivir». 
 
El Papa Francisco se ha reunido en varias ocasiones con el padre José Pedro Manglano y algunos miembros del movimiento.
 
Esta simplicidad se refleja en todos los aspectos de Hakuna, desde su mensaje hasta su estética en el comercio electrónico. Su mensaje es claro. Te puede gustar más o menos, pero el mensaje llega, eso es seguro. Te hace reflexionar. Como el texto que pone en una de sus camisetas: «Relajao. Tranquilo. Soltar, vivirlo todo, disfrutar y ¡muuucha paz!». ¿A qué es difícil que no te deje indiferente un mensaje como ese? Nos hace preguntarnos cosas como: ¿Será que la juventud, o en general, vive tan acelerada que necesita pararse más a menudo?. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Víctor agrega: «El valor diferencial de Hakuna es nuestro mensaje, significativo y profundo, a través de medios por los que podemos llegar más a nuestro público objetivo, la juventud».
 

Sois la luz del mundo

Para Víctor y Carlos, lo más importante no es tanto el mensaje que transmiten, sino el amor con el que lo hacen. Como señala Carlos: «Lo importante es hacer las cosas con amor y que luego no es tan importante tanto el mensaje que Víctor puede llegar a escribir sino cómo Dios se lo hace recibir al otro».
 
Esta entrega desinteresada es lo que hace que Hakuna trascienda las fronteras del comercio electrónico y se convierta en un verdadero instrumento de amor y transformación. Algo de lo que seguro tenemos muchísimo que aprender, para librarnos de prejuicios de cómo hacen y dejan de hacer los jóvenes. 
 
 
 
En última instancia, Hakuna es un recordatorio de que cada persona es importante para Dios y que, a través del amor y la comunidad, podemos encontrar significado y propósito en nuestras vidas. Como concluyen Víctor y Carlos: «Simplemente recordarte que tú eres importante para mí. Y Dios te quiere decir a ti, ‘eres importante para mí'».
 
En un mundo lleno de ruido y confusión, Hakuna brilla como una luz de esperanza, recordándonos que, incluso en medio de la oscuridad, podemos encontrar jóvenes que emitan una luz potentísima que lo irradie todo. Esperamos que con esta entrevista realizada por Enriquísimo Tv a estos jóvenes españoles, inspiren muchos a buscar la verdad, abrazarla y, ya que estamos, a compartirlo con el mundo entero.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»