El primer mensaje – 18 de octubre 1961
Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia. Tenemos que visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes, tenemos que ser muy buenos. Si no lo hacemos, nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y, si no cambiamos, nos vendrá un castigo muy grande.
El segundo mensaje – 18 de junio 1965
Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Angel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros mas, pensad en la Pasión de Jesús.
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