«Reafirmación» de la doctrina de la Iglesia, de «un Dios misericordioso» y «comprensión«. Así es como ha sido recibida la declaración Fiducia supplicans por la Conferencia episcopal de la región del norte de África (CERNA), en el marco del fin del encuentro anual concluido el 15 de enero en Rabat. Al mismo acudieron los obispos de Trípoli, Bengasi, Argel, Orán, Laghouat, Constantino e Hipona, Tánger y el prefecto apostólico de El Aaiún.
En un documento firmado por todos ellos el pasado lunes, las autoridades enfatizaban tres rasgos que consideran «positivos» de Fiducia supplicans.
Entre ellos, «una clara reafirmación de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la moral sexual; la reafirmación también de la visión de un Dios misericordioso cuyo amor y gracia son infinitos y ofrecidos a todos sin distinción» y «una comprensión profunda del significado de las bendiciones, cuya función no es ratificar ni respaldar situaciones reales vividas por las personas, sino implorar la ayuda de Dios sobre ellas».
Los obispos del norte de África suscriben así una interpretación del documento que entiende cómo la «actitud adecuada ante cada situación particular» debe ser «el discernimiento». Es decir, «acoger, escuchar, orar, formar y acompañar en un camino de crecimiento y conversión», recordando que «el horizonte de toda vida es el de la santidad».
En lo referido a la puesta en práctica de tales bendiciones, los obispos matizan que cuando la pida «una persona individualmente se le dará» sin condiciones, mientras que en el caso de «personas en situación irregular» y reunidas-es decir, en parejas-, «podrá concederse siempre que no cause confusión ni a los propios interesados ni a los demás«.
A lo largo de todo el documento aclaratorio emitido por la CERNA se percibe la existencia de actitudes que pueden «poner en peligro la unidad de la Iglesia», por lo que los obispos llaman a «reexaminar» el tema y el documento «de manera pacífica», invitando a sus comunidades a «tomarse tiempo» para leer y discutir el documento.
«Invitamos a evitar cualquier espíritu de controversia y a cultivar todo lo que contribuya a alimentar la comunión y la unidad de la Iglesia universal», concluía el documento encabezado por el cardenal Cristóbal López Romero, español, arzobispo de Rabat (donde los pocos cristianos que hay son inmigrantes europeos o subsaharianos) y presidente de la CERNA.
En un artículo en su blog en la revista Vida Nueva, el mismo López Romero, quitaba importancia pastoral a realizar o no estas bendiciones y propone a sacerdotes y evangelizadores otras formas distintas de acompañar a las personas en relaciones irregulares (que sirven para cualquier tipo de persona, bautizada o no), aunque requiere mucho más tiempo que el gesto de pocos segundos que pide Fiducia Supplicans:
–Acógeles con respeto y cariño; invítales a tomar un café, o acepta que ellos te inviten a su casa.
–Escúchales atentamente, con empatía, intentando comprenderles.
–Haz el esfuerzo de verles con los ojos con que Dios les ve, y de amarles como Dios les ama.
–Intenta rezar con ellos.
–Recuérdales y proponles el ideal del Evangelio. Si puedes, muéstrales caminos posibles hacia el ideal.
–Despídete con un abrazo y repite todo este proceso las veces que haga falta”.
Países Bajos: Bendición a «creyentes individuales», no parejas
Los obispos de los Países Bajos se encuentran entre los últimos en haber emitido una opinión y acogida pública del documento vaticano.
En su caso, tras mostrar que no desean «privar a nadie del apoyo y del poder de Dios», mencionaban como «es posible» pronunciar «una bendición sobre creyentes individuales que están en una relación irregular».
«Para alguien que vive en una relación irregular o homosexual, el ministro ordenado puede decir una simple oración fuera del contexto de una celebración de bodas o de oración. En esta oración, se puede pedir a Dios fuerza y ayuda, invocando su Espíritu, para que comprenda la voluntad de Dios para su vida y pueda seguir creciendo», mencionaba el texto de los obispos flamencos.
Por tanto, los obispos reafirmaron que las palabras escogidas para esta oración «no es una bendición o confirmación de una relación irregular» y que también «evita la confusión con un matrimonio que, según la Iglesia Católica, solo puede ser celebrado entre un hombre y una mujer. De esta manera, la oración puede dar el poder de acercarse a Dios y vivir de acuerdo con sus propósitos para la creación del hombre y la mujer y del matrimonio».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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