MES CONSAGRADO A NUESTRA SEÑORA
Piadoso lector, ¿por qué este mes de Mayo lo dedicamos a Nuestra Señora?. Seguramente porque en esta época, tras la época de lluvias, la naturaleza alcanza su apogeo, regalándonos la hermosura y frescor de toda clase de flores, por eso llamamos al mes de Mayo «mes de las flores».
¿Cómo entonces no vamos a asociar este mes con la Virgen Purísima, si Ella es la más hermosa de todas las maravillas que han salido de las manos de Dios, la Rosa Mística, signo del Paraíso?
En el siglo XIII, en España el Rey Alfonso X «El Sabio», invitaba a alabar e invocar a Nuestra Señora ante su altar, en el mes de las flores. Y él mismo escribió las «Cantigas de Santa María» porque quería «trovar en honor de la Rosa de las Rosas y de la Flor de las flores».
En Italia fue San Felipe Neri, en el siglo XVI, el iniciador del Mes de Mayo dedicado a María, con la costumbre de invitar a los jóvenes a cantar, llevar flores y ofrecer sacrificios a la Virgen.
Y en América, fueron los celosos misioneros los que transportaron esta hermosa tradición de honrar a la Madre de Dios, de forma especial en este mes de Mayo.
PARA HONRAR A LA VIRGEN SANTA
Rezar diariamente al menos cinco Misterios del Santo Rosario, arma poderosa contra los enemigos del alma; devoción propagada por todos los Santos, bendecida e indulgenciada por numerosos Pontífices.
Para aquellos que aún no tengan impuesto el Santo Escapulario del Carmen, ¿qué mejor momento que este Mes de María para hacérselo imponer y bendecir por un sacerdote facultado para ello?. Llevar esta prenda de la Virgen Santa es signo de nuestra futura salvación, donde contaremos con Ella como Abogada.
No dejemos de llevar colgada al cuello o en nuestro Rosario, la Medalla Milagrosa, tan protectora y cargada de bendiciones.
Dedicar cada día un rato a una lectura mariana, como por ejemplo«El Tratado de la Verdadera Devoción» o «El Secreto de María»de San Luis Mª. Grignión de Montfort (muy presente en este pequeño blog). También es muy recomendable «Las Glorias de María» del gran San Alfonso Mª. de Ligorio.
Cada Sábado, como hacemos siempre en este Blog, honremos más que otro día a la Purísima Virgen; procuremos rezar los quince Misterios Tradicionales (Gozosos, Dolorosos y Gloriosos) y ofrezcamos algún pequeño sacrificio a Nuestra Señora (como privarse del café, del azúcar, no ver la televisión…) además de visitar a algún enfermo o anciano que esté necesitado de compañía.
Como Hijos y Esclavos de Amor de Nuestra Señora, usemos estas prácticas sencillas prácticas de piedad para asemejarnos más a Aquella que dijo siempre «Sí» a la Voluntad de Dios.
No nos quejemos por el frío o el calor, soportemos con alegría los problemas diarios, nuestros conflictos con nuestros hijos y allegados; en el mes de Mayo, intentemos ver la vida como la entendería la Virgen María: con amor, con dulzura, pero firmes y alegres ante los conflictos que se nos planteen.
Cada mañana, besemos nuestro Escapulario, que es lo mismo que besar a la Virgen y ofrezcamos a Ella la jornada, con todo lo bueno y lo no tan bueno; abandonándonos en las Purísimas manos de Nuestra Señora, ¿habrá problema que no tenga solución?.
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