La oración de la Iglesia no es rechazada a nadie. Pero nunca se puede abusar de él para convertirlo en una legitimación del pecado, de la estructura del pecado, o incluso de la ocasión inminente del pecado.
La oración de la Iglesia no es rechazada a nadie. Pero nunca se puede abusar de él para convertirlo en una legitimación del pecado, de la estructura del pecado, o incluso de la ocasión inminente del pecado.
More Stories
¡Jesús, María y José, que estemos siempre con los tres!
Murió la actriz Olivia Hussey: fue la Virgen María de Zeffirelli, y la Madre Teresa en 2003
Ángel Barahona, filósofo: la Biblia ofrece una antropología «única» sobre la violencia y el perdón