19/11/2024

Ni el ateo es más listo ni el creyente lo es por miedo a la muerte: sondeos Explaining Atheism

Hace años que la Fundación John Templeton financia generosamente el proyecto Explaining Atheism, que es una serie de estudios sobre el ateísmo en distintos países, cómo se genera, en qué creen los ateos (muchos creen en todo tipo de cosas sobrenaturales que no sean Dios) y cómo viven. Previamente ya realizaron una radiografía de las creencias de los no-creyentes en el estudio Understanding Unbelief (2017-2021), que ReL detalló aquí. También se descubrió que, en Occidente, hasta el 30% de ateos y el 25% de agnósticos cree en seres sobrenaturales.

Recientemente, la Queen’s University de Belfast, que colabora en estos estudios, ha difundido algunos hallazgos sociológicos nuevos, aunque sin que circulen todavía las tablas estadísticas detalladas y el estudio formal en sí.

El titular que ha interesado más en la prensa inglesa es el que dice que el Reino Unido ahora, por primera vez, tendría más ateos que teístas, según los resultados provisionales que han presentado los profesores Jonathan Lanman (investigador principal, de Queen’s), Lois Lee de la Universidad de Kent, Aiyana Willard de la Universidad Brunel de Londres y otros colegas. Los datos los sacan de la Encuesta de Actitudes Sociales Británicas y la Encuesta Mundial de Valores: cada una encuestó a unas 1.500 personas en Reino Unido. Es un sondeo válido y profesional, pero con una muestra «normalita» y quizá no sea contundente para asegurar tal sorpasso.

Tabla con la evolución de creencias en Dios, Cielo, Infierno o vida tras la muerte de los sondeos de la Encuesta Mundial de Valores en Inglaterra:

Tabla de los sondeos ISSP que mostraría que en Gran Bretaña hay más ateos que creyentes en 2024:

Para averiguar los «porqués» utilizaron «amplias encuestas transculturales»: se encuestó a casi 25.000 personas de seis países (Brasil, China, Dinamarca, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) para averiguar qué hace que una persona se declare atea o agnóstica.

Ni los inteligentes se hacen ateos, ni los creyentes temían la muerte

A menudo, ha habido ateos que han intentado defender que las personas más inteligentes o las que tienen un mayor estoicismo emocional (las poco emotivas) tenderán a ser ateas. Pero los investigadores dicen que esa idea «no resiste el escrutinio empírico», los datos no muestran nada de eso.

También se dice que las personas que tienden a creer en Dios son las que tienen más miedo a la muerte, o las que tienen una vida muy desestructurada y se arrojan a la idea de Dios buscando orden. Suena razonable, pero los amplios sondeos de este estudio no le encuentran base empírica.

Otras veces, son los creyentes los que sospechan que el ateísmo surge sobre todo en jóvenes con gran sentido de rebeldía, o que han sido criados en hogares desestructurados, pero tampoco esto es lo que demuestran los datos, dicen estos estudios de Explaining Atheism.

Ni listos ni malotes: el ateísmo no tiene especial relación estadística con la inteligencia ni con la actitud rebelde, parece. Pero sí se transmite a jóvenes cuando padres o figuras admiradas son activamente despreciativas contra la religión (sean líderes políticos muy venerados o músicos groseros).

La doctora Willard, de la Universidad Brunel de Londres, añadió: “Estas afirmaciones se utilizan para estigmatizar y perjudicar a individuos de nuestras sociedades que tienen diferentes posiciones sobre la existencia de Dios o dioses. Nuestra investigación demuestra que estas afirmaciones son falsas. Esperamos que el público pueda utilizar esta información para combatir los estereotipos nocivos”.

El profesor Lanman explica que la clave estadística más ligada a creer o no está en cómo se socializa una persona (en casa, en la calle, la escuela, la sociedad) para ser teísta. No basta con que le digan que tiene que creer en Dios: el niño o joven ve si esa creencia es de verdad relevante en su casa y su familia.

Los padres afectan cuando son activamente antirreligiosos

La actitud de los padres es importante de otras formas. Que los padres no tengan fe, o no les interese la religión, no afecta apenas a si los hijos creen o no en Dios (aunque si los padres no van a la iglesia, los hijos tardarán mucho en dar el paso de ir a la iglesia, aunque piensen que hay un Dios creador).

Pero cuando los padres activamente hablan mal de la religión y dicen a sus hijos que la religión es algo malo o despreciable, entonces sí influyen a sus hijos: el desprecio activo a la religión se transmite de padres a hijos con gran eficacia.

El sondeo muestra además (como en el anterior estudio Understanding Unbelief) que hoy por hoy la mayoría de los ateos y agnósticos aún dicen creer en valores morales objetivos, en la dignidad humana y en los derechos inherentes de la persona, y creen también que la naturaleza tiene un «profundo valor»; creen en estas cosas en tasas similares a la media de la población general. Y también creen, en la misma proporción que la población general, que la “familia” y la “libertad” son muy importantes para encontrar sentido al mundo y a sus propias vidas.

Algunos hallazgos: el creyente no es más supersticioso

Algunos resultados de esta investigación se presentaron con un evento en el Conway Hall en Londres el martes 1 de octubre de 2024, aunque en redes no se ha divulgado mucho.

Entre los hallazgos del estudio detallaron que:

– El pensamiento analítico no parece tener mucho que ver con hacerse ateo o agnóstico; la gente no se hace atea o agnóstica porque lo ha pensando mucho y fríamente;

– ser ateo o agnóstico tampoco parece tener ninguna relación con ser más inteligente;

– los creyentes no parecen tener una especial tendencia a interpretar todo como que tenga una mente parecida a la humana, no tienen prejuicios cognitivos especiales (como una tendencia a la superstición, lo sobrenatural, etc…)

– algunos sospechaban que quien crece en hogares económicamente seguros, sabiendo que hay seguridad en los bienes, tenderá a ser ateo en la vida adulta; pero no hay datos estadísticos que confirmen eso;

tampoco el miedo a la muerte parece tener una relación estadística con la creencia en Dios (al menos en nuestra época en que la muerte parece lejana y que le pasa «a otros»);

¿Qué cosas son predictivas de que al crecer no tendrás religión ni fe?

1 – Que tus padres no participen activamente en lo religioso (sea rezar, peregrinar, ir al culto…);
2 – Que en tu entorno la religión no se vea como algo normal;
3 – Que no se te enseñe nada o casi nada sobre la religión.

En España, antes de la llegada del activista socialista José Félix Tezanos al frente de los sondeos oficiales del CIS, los españoles que se declaraban católicos eran aproximadamente un 70%, a los que se podían sumar un 2 o 3% de creyentes de otras religiones. Entre un 20 y 23% de españoles son practicantes, e incluso los no practicantes acuden a los actos de religiosidad popular (procesiones, romerías, etc…) que en España y países hispanos es muy visible en las calles. Además, en España (también en Inglaterra, y en casi toda Europa excepto en Francia) hay asignatura de Religión en las escuelas.

Por lo tanto, 2 de los 3 factores predictivos siguen faltando en buena parte de Occidente: la religión está en las calles y en la vida cotidiana, se ve como algo normal, y casi todo el mundo aprende algo de religión al crecer. Para generar ateísmo de forma masiva se necesita un sistema represor y controlador insistente durante generaciones como el comunismo chino o soviético… o unas burbujas muy militantes y aisladas, algo que se da más en Internet y en partidos políticos extremistas que en la calle.

Un tema distinto es que las iglesias (las religiones organizadas) tengan mala prensa, bien porque aparezcan cada día en la prensa como un nido de abusadores o corruptos estafadores, bien porque su doctrina sea moralmente muy exigente (piden tiempo y dinero para los necesitados, la evangelización, modestia y austeridad, vida sexual virtuosa, etc…). Esas cosas pueden alejar a la gente de las iglesias, pero no les hace dejar de creer en Dios.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»