La icónica catedral de París no solo es un imán para turistas, sino también un espacio de conversión. Según el obispo auxiliar Emmanuel Tois, muchos visitantes llegan por curiosidad histórica, pero se van conmovidos por la presencia de Dios.
La icónica catedral de París no solo es un imán para turistas, sino también un espacio de conversión. Según el obispo auxiliar Emmanuel Tois, muchos visitantes llegan por curiosidad histórica, pero se van conmovidos por la presencia de Dios.
More Stories
Harrison Butker recibe premio por defender la fe y a los niños no nacidos
La tradición de las lavanderas une a generaciones en Cáceres
Chris Smith: El aborto se ha convertido en un arma de destrucción masiva que mata a 66 millones de bebés