¿A quién no le fascinan los antiguos bestiarios y libros de los naturalistas clásicos, con sus esbozos de especies misteriosas y exóticas? ¿Quién no ha deseado ir por el mundo dibujando, en un ajado cuaderno de tapas de cuero, un buen número de olifantes, cameleopardos, unicornios, hidras, pegasos y aves fénix?
Estoy muy atareado y algo viejo para embarcarme en expediciones a los confines de la tierra, pero nada me impide inventarme una y eso es lo que he hecho. Eso sí, como la mayoría de los bichos exóticos ya están al alcance de la mano en cualquier zoo, decidí dedicar mi expedición a estudiar el ser más exótico y misterioso de todos: el predicador.
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