Los obispos de Ghana, país africano con 34 millones de personas y un 70% de cristianos –el 15% son católicos– llevan años buscando potenciar las legislaciones que fomentan la familia y aplicando una pastoral que acoge a los homosexuales pero rechaza su práctica. Uno de los hitos más representativos de esta postura se materializó en el rechazo a la aplicación de Fiducia supplicans y su reafirmación de que los sacerdotes «no pueden bendecir uniones ni matrimonios del mismo sexo«.
En este contexto se explica la reciente reunión que una delegación de prelados encabezados por el presidente de los obispos ghaneses, el titular de Sunyani Matthew Gyamfi, han tenido con John Dramani Mahama, expresidente del país entre 2012 y 2017 y nuevo presidente desde el pasado 7 de enero.
En el encuentro reportado por ACI Prensa, los obispos apremiaron ante el presidente la aprobación de la llamada Ley de Derechos Sexuales Humanos y Valores Familiares, aprobada en el Parlamento en febrero de 2024 pero que no llegó a entrar en vigor al no ser promulgada por el expresidente Nana Akufo-Addo antes del fin del período parlamentario.
“Lo que queremos es que se convierta en ley”, remarcó Gyamfi ante el presidente respecto de una ley que a su juicio avanza “en la dirección correcta”, pues busca establecer los derechos adecuados, promover los valores familiares y proteger a los niños.
El proyecto de ley ha sido refrendado por los obispos de Ghana, recordando en varias ocasiones que “el Estado tiene un deber que cumplir” respecto de la homosexualidad.
A lo largo de varias declaraciones y comunicados, los prelados han suscrito la legitimidad de penalizar los actos homosexuales en la legislación, pero también han remarcado la distinción entre el acto y la persona que lo lleva a cabo. Así, los obispos remarcan que la Iglesia no condena a las personas por su orientación sexual en sí misma, pero sí por los actos homosexuales a los que se opone al considerarlos “intrínsecamente desordenados”.
Respecto a la cuestión de los derechos, los obispos de Ghana insisten en que los homosexuales, al ser creados a imagen y semejanza de Dios, merecen ver respetados sus derechos humanos fundamentales, lo que no aplica a los llamados “derechos homosexuales”.
“Los derechos de los homosexuales como personas no incluyen el derecho de un hombre a casarse con un hombre, o de una mujer a casarse con una mujer”, porque esto es “moralmente incorrecto y va en contra del propósito de Dios para el matrimonio”, expresaron.
No solo medidas punitivas: reclaman más educación y formación
Sin llegar a mostrar su rechazo a la ley, los obispos han abogado porque la cuestión de la homosexualidad no sea exclusivamente abordada desde la penalización, en lo que coincide el nuevo presidente Mahama, convencido de que “si enseñamos nuestros valores en la escuela, no necesitaremos aprobar una ley para hacerlos respetar”.
“Si usted encarcela a personas del mismo sexo (y usted conoce nuestras prisiones), terminarán en la misma habitación y ¿qué les impedirá practicar estas mismas actividades en prisión? No estarán para siempre en prisión, estarán durante meses, practicarán [la homosexualidad] y saldrán como expertos [en esas relaciones]”, expresó el obispo Gyamfi.
Por ello, aunque remarcó que sus comentarios no implican que los obispos piensen que la homosexualidad debe ser aceptada como una forma de expresión de amor, llamó a aplicar “más medidas correctivas y reformadoras” y no solo las estrictamente punitivas.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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