Aspiremos, pues, a obtener, no una libertad fácil y artificial, sino una libertad perfecta y verdadera. Y concedamos a Dios su libertad de actuar, una libertad que necesariamente trasciende nuestras nociones limitadas.
Aspiremos, pues, a obtener, no una libertad fácil y artificial, sino una libertad perfecta y verdadera. Y concedamos a Dios su libertad de actuar, una libertad que necesariamente trasciende nuestras nociones limitadas.
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