“Mira, sacerdote mío, despreocúpate tú de la sugestión del número y preocúpate más de la calidad. Más que llenarme de gente mis iglesias, preocúpate en llenármela de buen olor de Comuniones fervorosas, de adoraciones rendidas, de suspiros de amor, de aspiraciones de esperanza, de inspiraciones de fe, de oraciones bien rezadas, de lágrimas de pecadores, de propósitos eficaces de enmienda, de vida intensamente eucarística.”
Autor: Monseñor Manuel González (1877-1940), el Apóstol de los Sagrarios Abandonados.
PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD
More Stories
Querido Beltrán
El Supremo de Georgia sentencia a favor de la ley que impide el aborto a partir de la sexta semana de embarazo
LXXXIV. La Ascensión de Cristo