Desde hace más de treinta años, el museo Porticum Salutis, en el convento de los dominicos de Ocaña (Toledo), es una referencia obligada en la evangelización a través de la cultura, sobre todo en las fechas navideñas.
Su diorama a modo de belén, con un centenar de esculturas y un bello espectáculo de luz y sonido, ha sido visto en ese tiempo por cien mil personas, que reciben de los propios frailes una pequeña catequesis sobre la Historia de la Salvación, cuyo misterio celebramos cada Navidad conmemorando el nacimiento del Redentor en un pesebre. Se trata, dicen desde el propio museo, de «alimentar el deseo de oración» de los visitantes, a través de un hipotético diálogo entre un padre y su hija sobre la Creación, Jesucristo y la Resurrección.
El convento data del siglo XVI y en él conviven hoy cuatro frailes, que también dan a conocer la vida del fundador de la orden, el español Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), de cuyo fallecimiento se celebró hace dos años el octavo centenario.
Interior de la iglesia del convento de los dominicos de Ocaña.
La visita incluye el coro, el claustro obra del arquitecto y escultor Alonso de Covarrubias (1486-1570) y la propia iglesia, además de una zona dedicada a las misiones que los frailes formados en este lugar en los siglos de la Contrarreforma iniciaron en Filipinas, China, Vietnam o Japón. Pueden apreciarse objetos traídos de esas regiones de Oriente, además de ornamentos litúrgicos y reliquias.
Un recorrido por el museo dominico de Ocaña.
El convento y Porticum Salutis, a menos de 60 km al sur de Madrid, están abiertos todo el año, pero la época navideña suelen ser más frecuentados como una alternativa de ocio y evangelización para grupos o familias
Pincha aquí para conocer los horarios del museo y su ubicación y teléfono para concertar visitas.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
El Papa da luz verde al estudio de la vida del rey Balduino de Bélgica para una futura beatificación
La Iglesia clama por Burkina Faso: casi la mitad del territorio está en manos de los terroristas
Una monja ghanesa rescata a «niños espíritu» considerados por la sociedad como malos augurios