Hoy en día esta muy de moda en la sociedad occidental creer en la reencarnación, fruto claro esta del avance de la Nueva Era, y de las corrientes hinduistas y budistas. Muchas personas creen que no hay peligro en creer en la reencarnación e incluso que puedes creer en ella y ser cristiano. Vamos a explicar los principales problemas que tiene creer en la Reencarnación para un cristiano.
Pero antes hemos de decir que dentro de las corrientes New Age muchas de ellas enseñan o profesan la creencia en la reencarnación, así por ejemplo muchos practicantes de yoga, reiki, meditación transcendental, todas estas disciplinas de New Age en su filosofía hablan de la reencarnación como el estado donde uno alcanza la conciencia cósmica, la iluminación ( al morirse), el renacimiento, etc.
¿Qué és la reencarnación y de donde viene?
Para responder a esta pregunta me voy a basar en lo que dice el teólogo católico D. Manuel Guerra Gómez en su obra “Enciclopedia de las Sectas”:
“Es una creencia común a todas las religiones de origen indio: hinduismo, budismo, jinismo, según la cual el alma humana que no ha logrado su total parificación tras la muerte vuelve a vivificar otro cuerpo humano o no humano de modo indefinido hasta que este suficientemente limpia y sea capaz de la unión con lo divino”.
Es decir que el alma al morir, no se va al cielo, al infierno o al purgatorio sino que pasa a otro ser y se va purificando una y otra vez, hasta estar limpia para fundirse con lo divino, entonces hay varias reencarnaciones sucesivas, seguramente. Este concepto es totalmente ajeno a la fe cristiana y a la teología católica. El origen de esta creencia se sitúa en el siglo VIII antes de Cristo en las “Upanisades” hindúes (textos filosóficos y religiosos del hinduismo).
¿Qué dice la Biblia y la Tradición de la Iglesia sobre esta creencia?
La Biblia está llena de argumentos contra la reencarnación. Solo daré tres textos:
En el Antiguo Testamento, el libro de Job nos dice: «…los hombres se acuestan y no se levantan. Hasta que los cielos no existen, no despertarán, ni serán despertados de su sueño» (Job 14:12)
En el Nuevo Testamento, Jesús mismo nos dice que no hay una «segunda oportunidad» para la vida aquí en la tierra, esto se ve en la historia del pobre mendigo llamado Lázaro, quien fue continuamente ignorado por un hombre rico mientras los dos vivieron en la tierra. Cuando ambos murieron, Lázaro fue al cielo pero el rico fue al infierno. Más tarde, el hombre rico le pidió agua a Lázaro, pero se la negó.
Hoy en día esta muy de moda en la sociedad occidental creer en la reencarnación, fruto claro esta del avance de la Nueva Era, y de las corrientes hinduistas y budistas (Foto: Unsplash / Kaylee Garrett).
«Abraham respondió: «Hijo mío, recuerda que recibiste lo bueno durante tu vida, mientras que Lázaro también recibió lo malo; Pero ahora él se consuela aquí, mientras que vosotros estáis atormentados. Además, entre nosotros y vosotros se establece un gran abismo para impedir que cruce cualquiera que quiera pasar de nuestro lado al vuestro o de vuestro lado al nuestro.» (Lucas 16: 25-26).
Hebreos 9:27: “Así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después el juicio”.
La reencarnación implica múltiples vidas y múltiples muertes. Eso es definitivamente algo que no se puede hacer. Si el alma al morir se reencarna hasta terminar de purificarse entonces no existe el juicio particular.
Por otro lado los Santos Padres, hablan también en contra de esta doctrina:
San Justino mártir (Dialogo con Trifon, 4,7): –En conclusión -me dijo-, ni las almas ven a Dios, ni transmigran a otros cuerpos; pues sabrían que es ése su castigo y temerían en lo sucesivo cometer el más ligero pecado. Ahora, que sean capaces de entender que existe Dios y que la justicia y la piedad son un bien, también yo te lo concedo.
San Ireneo de Lyon (Contra los Herejes, Libro 2, 33,1): Que sea falsa su pretendida transmigración de las almas, lo probaremos por el hecho de que ninguna de sus almas se acuerda de sus vidas anteriores. Porque, si fueron enviadas (a este mundo) para experimentar todo tipo de actividades, tendrían que recordar lo que sucedió en los tiempos pasados, para poder completar lo que falta sin tener que trabajar miserablemente una y otra vez sobre las mismas cosas. [831] La unión con el cuerpo no debería cancelar enteramente la memoria y contemplación de todo lo que antes han experimentado, puesto que para eso vinieron. Cuando el cuerpo está en reposo y adormecido, el alma ve y obra en sueños, y se recuerda de muchas de estas cosas en comunión con el cuerpo; por eso, una vez despierto, puede indicar, incluso después de algún tiempo, lo que ha experimentado en el sueño; de modo parecido el alma debería acordarse de sus experiencias antes de venir a este cuerpo.
Cuando se habla de transmigración de almas, se puede entender como reencarnación.
Finalmente el Magisterio de la Iglesia es claro al respecto:
1013 La muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin «el único curso de nuestra vida terrena» (LG 48), ya no volveremos a otras vidas terrenas. «Está establecido que los hombres mueran una sola vez» (Hb 9, 27). No hay «reencarnación» después de la muerte. (Catecismo Iglesia Católica 1013)
El Catecismo enseña como la muerte es el fin del hombre en la tierra, es cuando termina su tiempo de gracia y misericordia, no volveremos a tener mas vidas terrenas, con esto queda refutada totalmente la doctrina de la reencarnación tan practicada hoy por los gurus nueva era y otros adeptos.
La Reencarnación plantea problemas morales serios para los cristianos:
1.-No logra hacer la distinción esencial entre hombres y animales. Sólo los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios (Gen 1,26-28); y por tanto, poseer alma racional y espiritual. Es el alma humana distintiva la que es el fundamento de su dignidad única. Es la razón por la que los humanos poseemos “ciertos derechos inalienables”. La reencarnación reduce a los hombres al nivel de los animales, eleva a los animales al nivel de los humanos con “derechos” dando como resultado: una peligrosa falta de comprensión de la dignidad única e inherente del ser humano.
2.-Tiende a la laxitud moral porque no importa lo malo que sea alguien en esta vida, recibe otra oportunidad, y luego otra, y así hasta la iluminación….esto es extremadamente peligroso. Una de las principales características de la Nueva Era es la amoralidad, no hay pecado, no hay bien ni mal, todo es relativo. Esta amoralidad es radicalmente opuesta a la enseñanza de nuestro Señor como vemos por ejemplo aquí Lucas 12:20-21 , Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. En el evangelio de Jesús no hay otra oportunidad al morir de volver a la Tierra, como bien deja claro este texto.
Jesús Urones- Evangelizador católico.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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