La Sábana Santa, conocido también la Síndone o el Santo Sudario es la tela de lino que habría cubierto el cuerpo de Cristo en el sepulcro. Se encuentra en la ciudad italiana de Turín y en ella aparece la imagen de un hombre que muestra las marcas de una gran tortura y de la crucifixión. Mucho se ha investigado sobre la Sábana Santa, también desde el ámbito científico, y la conclusión a la que se llega es que la imagen que aparece en ella es inexplicable. Son numerosos los indicios y pruebas que indican que esta gran reliquia de la cristiandad sí pudo cubrir a Cristo yacente, lo que ayuda a entender la Pasión y los terribles sufrimientos que padeció por la humanidad.
Índice para conocer en profundidad la Sábana Santa de Turín
¿Cuánto mide la Sábana Santa y cuánto mide el hombre de la Sábana Santa?
¿Qué se ve en la Sábana Santa?
¿Cómo llegó la Sábana Santa a Turín?
¿Qué similitudes hay entre Jesús y el hombre de la Sábana Santa?
¿Es la Sábana Santa de origen medieval?
¿La Sábana Santa y el Sudario de Oviedo cubrieron a la misma persona?
¿Qué relación tiene la Sábana Santa con la imagen de Edesa o Mandylion?
¿Qué tiene que ver la santa mujer Verónica con la Sábana Santa?
¿Por qué la Sábana Santa es a día de hoy inclasificable?
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¿Cómo es la Sábana Santa y cuánto mide el hombre de la Sábana Santa?
La Sábana Sana es una tela pura de lino que tiene unas medidas de 4,30 metros de largo por 1,10 metros de ancho, y que los cristianos consideran que cubrió el cuerpo de Cristo. En ella, ha quedado plasmada de manera inexplicable la impronta de un hombre que sufrió terribles torturas hasta la muerte como las que se relatan en los evangelios. Analizando todos los datos de la Síndone, el hombre que aparece en la sábana mediría alrededor de 1,78 metros y pesaría cerca de 75 kilos.
¿Qué se ve en la Sábana Santa?
El presidente del Centro Español de Sindonología, Jorge Manuel Rodríguez Almenar, señala la inexplicable imagen que se percibe en la Sábana Santa. En ella, aparece impresa de un modo único las heridas de una persona que había muerto de manera muy violenta. Y se ve no a través de una imagen sino de dos, lo que hace de la Síndone algo único. La huella de la figura humana aparece en la tela a la manera de un negativo fotográfico, algo inusual, mientras que las manchas de sangre se reproducen en la tela tal y como se ven en realidad, es decir, en positivo.
En la Sábana Santa se aprecia a un hombre que recibió 250 golpes y 150 latigazos. Entre la quinta y la sexta costilla se aprecia una lanzada, como la que se cita en el Evangelio que recibió Jesús y de la que manó sangre y agua. También se aprecian heridas en los pies y muñecas por los clavos. Del mismo modo, este hombre tiene el hombro dislocado, una pierna contraída por la rotura de un tendón y la nariz desviada por los golpes recibidos en la cara y cabeza.
¿Cómo llegó la Sábana Santa a Turín?
La Sábana Santa llegó a Europa procedente de Constantinopla, pero sin saberse de manera documental cómo pudo llegar de Oriente a Occidente. La primera mención de su presencia en Europa se da 1353 con el caballero Godofredo de Charny, que dijo tener el sudario que cubrió el cuerpo de Jesucristo, pero que nunca podría revelar su procedencia. Este caballero, que murió tres años más tarde en la batalla de Poitiers, donó la tela a los monjes del pueblo de Lirey, cuyo monasterio empezó a recibir a miles de peregrinos. Más tarde, durante la guerra de los 100 años los monjes devolvieron la Síndone al castillo para que fuera protegida, pero una vez concluida la guerra su nieta, Margarita de Charny, se negó a devolver esta reliquia. Acabó utilizándola como un salvoconducto para poder huir a Italia a cambio de protección y así se la entregó a los duques de Saboya, a la postre, quienes la guardaron en la iglesia de su castillo de Chamberye, convirtiéndose así en su principal reliquia. Sin embargo, en la noche del 3 al 4 de diciembre del año 1523 la iglesia ardió y el relicario de plata que guardaba la sábana doblada se derritió, cayendo una gota que la atravesó completamente, pero sin destruir la imagen. Finalmente, Manuel Filiberto de Saboya la hizo transportar a Turín, nueva capital de Saboya, en 1578, para acortar el viaje que hacía a pie san Carlos Borromeo, cardenal de Milán, para venerar la reliquia, en cumplimiento de un voto que había hecho de visitar a pie la Síndone si la peste se retiraba de Milán.
Los duques ordenaron construir una capilla para la Sábana Santa, que finalmente se concluyó en 1694, lugar en el que ha estado desde entonces esta gran reliquia de la cristiandad. Cuando en 1983 murió en Ginebra Humberto II de Saboya, rey desterrado de Italia, en su testamento dejó la Sábana Santa en herencia al Vaticano. La Síndone había pertenecido a su familia desde 1453.
¿Qué similitudes hay entre Jesús y el hombre de la Sábana Santa?
Bruno Barberis, profesor de Física Matemática de la Universidad de Turín y vicepresidente de la Cofradía del Santo Sudario de Turín, habla de seis razones que permiten asegurar que la figura del hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazaret. Tanta coincidencia es estadísticamente casi imposible, pues que se cumplan todas estas similitudes sólo podría darse en un caso entre 20.000 millones.
1- Envuelto en una sábana. El hombre de la Sábana Santa y Jesús fueron envueltos en una sábana, muy extraño en el caso de un crucificado. En la mayoría de los casos los cadáveres de eran abandonados o sepultados en fosas comunes.
2- Corona de espinas. En ambo casos les pusieron un casco con espinas, algo excepcional. No hay ningún documento que informe de esta costumbre ni entre los romanos ni entre otros pueblos.
3- El transporte del patíbulo. Ambos cargaron un objeto pesado que no puede ser otra cosa que el madero. El transporte del patíbulo por el condenado no se realizaba en todas las crucifixiones, ya que se usaban árboles o cruces ocasionales.
4- El uso de clavos. En ambos casos fueron fijados a la cruz con clavos, algo reservado a crucifixiones oficiales. En la mayoría de los casos se les sujetaba a la cruz con cuerdas.
5- No le quebraron las piernas. El hombre de la Sábana Santa y Jesús fueron heridos en el costado después de la muerte, mientras que no les fracturaron las piernas. Este es un hecho prácticamente único, ya que la costumbre era quebrarles las piernas para acelerar la muerte.
6- Pocas horas envuelto. En ambos casos estuvieron en la sábana por poco tiempo. De hecho, para que la imagen de la Síndone se diera fue necesario que el cadáver estuviera en la sábana algunas horas, pero no más de dos o tres días, ya que de otro modo el proceso de descomposición habría destruido la imagen y habría dejado en la tela manchas simples e irreconocibles, que sin embargo no están presentes en la Sábana Santa.
¿Es la Sábana Santa de origen medieval?
El gran argumento para intentar desacreditar la Sábana Santa lleva muchos años ya desmontado, pero sigue en el imaginario de mucha gente el que la Síndone es de origen medieval y por tanto un fraude, tal y como habría acreditado la prueba de Carbono 14. Sin embargo, hoy está demostrado que la datación que se hizo en 1988 no tiene fiabilidad alguna, pues la muestra estaba llena de contaminantes que hacían variar y mucho la fecha de la datación. Incluso revistas científicas como Nature confirmaron tiempo después que los resultados no eran clarificadores.
Jorge Manuel Rodríguez Almenar lo explicaba en Misión que las pruebas de Carbono 14 no han podido datar la antigüedad de la Sábana Santa. Este experto recuerda que los grandes laboratorios prácticamente nunca realizan pruebas a telas, porque en ellas hay numerosos contaminantes que dificultan su análisis alterando en varios siglos la datación. Este es el caso de la Sábana Santa, reliquia que durante siglos fue expuesta a los fieles junto a lámparas de aceite. Esto produjo en la tela un carbono amorfo que sobrevive a los ácidos que se utilizan en los laboratorios, y que hace aumentar la proporción de Carbono 14 en la muestra. Y por ello explica que “catorce siglos de error en la datación se producen simplemente con un 20 % más de carbono 14 en la tela”, lo que impediría saber mediante esta prueba su verdadera antigüedad”. Esto desacredita su datación medieval. Cabe destacar también cómo los investigadores han logrado confirmar que el Sudario de Oviedo, presente en la ciudad desde el año 1000, cubrió a la misma persona de la sábana, lo que haría imposible que la Síndone sea del siglo XIII o XIV.
¿La Sábana Santa y el Sudario de Oviedo cubrieron a la misma persona?
Los últimos estudios científicos confirman que el santo sudario que se conserva en la catedral de Oviedo cubrió a la misma persona de la Sábana Santa. Jorge Rodríguez Almenar, presidente del Centro Español de Sindonología, explica que investigadores españoles han identificado en ambas telas ocho puntos de coincidencia en la zona frontal de la cabeza y otros tanto en la parte posterior. De este modo, lograron encajar la nariz, la boca y a partir de ahí, colocando el sudario alrededor de una cabeza que se ha reproducido en tres dimensiones atendiendo las características de la Síndone, se ve que todas las heridas de la Sábana Santa coinciden con las del Sudario de Oviedo.
A su vez el padre Jorge Loring recordaba que cada mancha de sangre en un lienzo tiene su homóloga en el otro, algo que se da en toda la cabeza y no sólo en el rostro. Además, recalcaba que las manchas de sangre de la cabeza del hombre de la Sábana Santa presentan huellas de haber sido cubiertas con otra tela, que en este caso sería el sudario de Oviedo. Por eso la importancia de esta tela custodiada en Asturias es tan fundamental para desmontar los argumentos que dicen que la Síndone es de origen medieval, pues el sudario se conserva en Oviedo desde el año 1000.
¿Qué relación existe entre la Sábana Santa y la imagen de Edesa o Mandylion?
Las representaciones artísticas que se han ido realizando históricamente de Jesús –según explica a Misión Jorge Manuel Rodríguez Almenar,– tienen su origen en la conocida como imagen de Edesa. Desde los primeros siglos hay referencias de una supuesta imagen impresa de Jesús, y más tarde otros testimonios, incluidos el de -algunos papas, hablaban de ella. Esta tela de Edesa, conocida también como el Mandylion o Tetradiplon, estuvo en la ciudad mesopotámica de Edesa hasta su llegada a Constantinopla en el siglo X. Según este experto, esta imagen era “la Sábana Santa doblada, en la que se enseñaba solamente el rostro porque era la forma de que fuera admisible culturalmente en ese momento”. Esta imagen sería determinante en el establecimiento de los rasgos faciales del retrato de Jesús en la iconografía bizantina y después universal. Por eso, los retratos de Jesús que hoy conocemos se parecen tanto al rostro de la Síndone.
¿Qué tiene que ver la santa mujer Verónica con la Sábana Santa?
La piedad cristiana ha tenido siempre entre sus principales tradiciones la de la santa mujer Verónica, cuyo relato no aparece en los Evangelios. Según se fue transmitiendo de manera popular hasta aparecer en una estación del Víacrucis, la Verónica habría limpiado el rostro de Cristo mientras cargaba con el madero camino del Calvario. Y el rostro se habría impreso en un paño. “Esta famosa leyenda no se refleja en ningún Evangelio, pero parece encontrar su explicación en el Mandylion de Edesa”, indicaba el padre Jorge Loring en su libro La Sábana Santa, dos mil años después (Planeta Testimonio). De este modo, añadía que “el mismo nombre de Verónica resulta sospechoso. Se ha sostenido siempre que el nombre vendría de la leyenda y la confirma. Vendría de vera icon, que significa ‘verdadera imagen’. El término icon, derivado del griego eikôn, no parece que haya entrado antes del siglo II en el vocabulario latino. Por lo tanto, la etimología vera icon no puede aplicarse al nombre de una supuesta contemporánea de Jesús. Es difícil resistir la tentación de preguntarse si la semejanza de término no será el origen de la atribución a una tal Verónica del verdadero retrato de Cristo. La leyenda de la Verónica explicaría que sólo se mostrara el rostro de Cristo en el mandylion. Explicaría cómo se imprimió la imagen de dicho rostro, y explicaría también por qué se conservaba desde tiempos de Cristo”.
¿Por qué la Sábana Santa es a día de hoy inclasificable?
Son numerosos los estudios científicos que han analizado la Sábana Santa y también quienes han intentado reproducirla. Sin embargo, nadie ha sido capaz de hacer una copia idéntica, lo que muestra que tiene una serie de características que la hacen inclasificables. The Mystery Man recoge a través de estos estudios nueve de estas características:
1. Superficialidad: Cada fibra de lino del que se compone la Sábana Santa es más fina que un cabello humano. La imagen es tan sutilmente superficial que apenas penetra 5 centésimas de un milímetro en cada hilo.
2. Ausencia de pigmentación: La imagen no tiene pigmento, ni pintura, ni tinte. Nada químico, nada conocido. No existe ningún tipo de trazo, no es una pintura. La luz no muestra opacidad como la que dejaría un cuadro. Cuando se aplica una luz detrás de la tela, la imagen desaparece dejando pasar la luz.
3. No direccionalidad: En el desconocido proceso que pudo formar la imagen no hubo direccionalidad como la que produciría una mano al pintar; la imagen incide en la tela de forma directa, proporcional y sin dirección, ni quiera hubo contacto.
4. Estabilidad térmica: A la imagen, o a lo que la forma, no le afecta el calor; ofrece una alta resistencia térmica. Las zonas de imagen que se vieron afectadas en el incendio, cercanas a las quemaduras, no resultaron modificadas, ni afectadas; ni siquiera alteradas, ni por el fuego, ni por el calor, soportando más de 950ºC (1760° Fahrenheit).
5. Estabilidad hidrológica: La Síndone tiene signos de marcas producidas por agua, posiblemente vertida en el incendio. Pero la imagen igualmente no se ve afectada en ninguno de sus puntos.
6. Estabilidad química: La degradación del lino y su color pardo amarillo que forma la imagen no consiguió disolverse, ni colorarse, ni si quiera alterarse mediante la aplicación de todo tipo de reactivos químicos; mostrando absoluta resistencia química. El color es fruto de una inexplicable degradación de la celulosa, no de algo añadido.
7. Pormenorización: La impronta de la Síndone se presenta extremadamente detallada. No solo son perfectamente identificables las contusiones producidas por los azotes sino que observando dentro de ellas se pueden apreciar también diminutos arañazos dejados por los golpes de un posible flagrum romano; detalles solo apreciables con un microscopio.
8. Negatividad: La imagen es un negativo óptico que al invertirse su claro oscuro revela el positivo visual, sólo así la impronta adquiere un aspecto real y detallado. Secondo Pia lo descubrió con su cámara de madera en 1898. Hoy con un sencillo programa de photoshop, pulsando solo el botón “invertir imagen”, sin ningún tipo de tratamiento, nos aparecería la imagen que estamos viendo. Pero, sin lugar a dudas, lo más sorprendente fue descubrir que la imagen de la Sábana contiene información tridimensional.
9. Tridimensionalidad: En la impronta de la Síndone, de algún modo inexplicable, la densidad de cada punto está relacionada con el relieve del cuerpo, mostrando su información de volumen tridimensional. Lo que produjo la imagen tuvo que tener distintos puntos de distancia para su emisión. Pero esto solo se pudo descubrir con una sonda espacial equipada con sistema de cartografía lunar, inventado por la NASA en 1978, y su analizador vp8. Es la única que posee esta característica en el mundo.
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