San Antonio Abad es uno de los grandes santos de la Iglesia por su enorme influencia entre los Padres de la Iglesia y por ser considerado como el padre de monasticismo, debido a que él mismo se retiró al desierto para llevar una vida ascética y de oración. Pese a ello numerosos discípulos siguieron sus pasos, para los que fue guía y maestro.
Actualmente su fiesta se celebra en la Iglesia el 17 de enero, siendo además muy popular, pues en este día de San Antón hay una tradición muy arraigada en algunos lugares en la que los sacerdotes bendicen los animales domésticos y de granja, de los que es su santo patrón.
Índice para conocer mejor la figura de San Antonio
¿Quién fue San Antonio Abad?
¿Por qué es considerado el padre de la vida monástica?
San Antonio, las tentaciones y la lucha contra el demonio
¿Por qué es San Antón el patrón de los animales?
¿Qué es la Hermandad Hospitalaria de San Antonio?
Citas de San Antonio Abad
Oración a San Antonio Abad
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¿Quién fue San Antonio Abad?
Gracias a que San Atanasio escribió sobre San Antonio se conocen muchos detalles de la vida de este santo. San Antonio fue un ermitaño egipcio que vivió en el siglo III. Se cree que nació en torno al año 251 en el Alto Egipto y que vivió 105 años falleciendo en el Monte Colzim dejando tras de sí un fuerte ejemplo de vida cristiana.
Antonio pertenecía a una familia cristiana que trabajaba el campo y que vivía con cierta holgura, donde fue educado en la fe. Una cita del Evangelio cambiaría su vida: “vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme”. Lo creyó y en cuanto pudo lo llevó a la práctica. A los veinte años de edad murieron sus padres y decidió donar todo lo que poseía a los pobres y confió a su hermana a unas vírgenes consagradas para que se hicieran cargo de ella.
Fue entonces cuando eligió vivir como un ermitaño. Al principio empezó a llevar una vida apartada en su propia aldea pero pronto decidió irse al desierto. En un primer momento buscando la total soledad fijó su residencia entre unas antiguas tumbas.
Rápidamente su fama de santidad se fue propagando por lo que se le fueron uniendo numerosos seguidores que querían seguir su ejemplo. Otros también le visitaban por la fama de sanación que atesoraba.
Fue así como empezó a organizar a estos futuros monjes, aunque buscando este ideal de soledad para el encuentro con el Señor decidió retirarse solo al desierto para vivir una vida más estricta y radical en pos de este fin.
Sin embargo, nunca llegó a apartarse del mundo por completo, pues volvió compaginar su vida eremítica con la dirección de los monjes que querían seguir esta forma de vida. Incluso llegó a viajar a Alejandría para apoyar a San Atanasio en la lucha contra el arrianismo.
Con una vida que pondría los cimientos del monacato, Antonio llegaría a la ancianidad viviendo incluso hasta los 105 años, cuando le llegó la muerte en el año 356 con esta fama de santidad que se extendería por todo el orbe cristiano hasta convertirse en uno de los santos más conocidos y relevantes del santoral.
¿Por qué es considerado el padre de la vida monástica?
Desde muy temprano y debido a la cantidad de seguidores que tuvo se ha considerado a San Antonio padre del monacato. No fue seguramente el primer ermitaño cristiano. De hecho, San Jerónimo habla de Antonio en la biografía que escribe de otro ermitaño de nombre Pablo. Incluso Pacomio, contemporáneo del santo, propuso unas reglas para el monacato. Aún así se le considera a Antonio el padre de esta forma de vida religiosa.
Una regla monástica muy temprana practicada en Egipto y Oriente, conservada en formas arábigas y latinas, lleva su nombre. Es la que siguen hoy los monjes uniatos de Siria y Armenia, sesenta monasterios maronitas y también algunos coptos. En Occidente, el monacato de San Antonio se corresponde bastante bien con el observado por los cartujos.
San Antonio, las tentaciones y la lucha contra el demonio.
Uno de los elementos característicos más importantes de San Antonio y que han tenido un importante reflejo en el arte fue su dura lucha contra el demonio durante su vida eremítica. Fue atacado, halagado y tentado fuertemente por Satanás, pero su fortaleza le llevó siempre a agarrarse a Dios. De ahí, su fuerte predicación acerca de la tentación, sin la cual afirmaba que no podría haber salvación.
Las tentaciones de San Antonio Abad, de El Bosco / Museo Nacional del Prado
El propio San Antonio contaba que el demonio lo tentaba constantemente para que dejara su vida de oración y pobreza. Después de las tentaciones que sufrió, le preguntó a Dios dónde estaba cuando el enemigo lo atacaba tan duramente y este le respondió que estaba presenciando el combate y dándole fuerzas para resistir.
El demonio le tentó constantemente susurrándole recuerdos de su riqueza, el afecto por su hermana, el amor al dinero y a la gloria, los placeres de la mesa y comodidades de la vida. Y una noche adoptó forma de mujer para seducirlo. El lugar se llenó de repente de formas de leones, osos, leopardos, escorpiones, lobos, toros, víboras y cada uno de esos animales se movía según su naturaleza. San Antonio les dijo: “Si habéis recibido poder contra mí, estoy dispuesto a dejarme devorar, pero si habéis sido enviados contra mí por los demonios, marchaos porque soy siervo de Cristo”. Y así ahuyentó a las bestias.
¿Por qué es San Antón el patrón de los animales?
Otro de los aspectos más reconocibles de San Antonio en cuadros y esculturas es verle acompañado de un cerdo, pues San Antonio es el gran patrón de los animales, especialmente de los domésticos y de granja
San Jerónimo relata que en una ocasión que San Antonio fue a visitar a Pablo el ermitaño había un cuervo que según la tradición alimentaba a este anacoreta dándole una hogaza de pan y dio la bienvenida a Antonio dándole dos hogazas. Más tarde San Antonio pudo enterrar a Pablo con la ayuda de dos leones y otros animales.
Otra historia que recoge la tradición y que es quizás la más conocida tiene que ver con una jabalina y sus pequeños jabatos que se acercaron a él en una actitud de súplica pues estaban ciegos. El santo curó a los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le protegió de cualquier alimaña que se le acercara.
¿Qué es la Hermandad Hospitalaria de San Antonio?
Aunque San Antonio no fundó ningún tipo de orden y congregación siglos después de su muerte se creó una que recogía su advocación y parte de su legado espiritual. Eran los Hermanos Hospitalarios de San Antonio, conocidos popularmente como Antonianos o la Orden de San Antonio.
San Antonio fue enterrado en una tumba anónima pero sus restos fueron encontrados y llevados en el año 561 a Alejandría donde fueron venerados varios siglos hasta ser trasladados a Constantinopla. Tras la caída de la ciudad las reliquias del santo fueron llevadas a Francia, a la zona del Delfinado.
La congregación fundada hacia 1095 por Gastón de Valloire, un noble del Delfinado (en el Reino de Arlés, uno de los tres reinos del Sacro Imperio Romano Germánico), y por su hijo Girondo, en agradecimiento por la cura milagrosa de este último, pues padecía de «fuego de San Antón» y fue sanado gracias a las reliquias de San Antón. Se extendería por varios países hasta que siglos después, en 1777 fue canónicamente unida a la Orden de Malta por orden del Papa Pío VI.
Citas de San Antonio Abad
San Antonio no dejó escritos pero en los Apotegmas de los Padres del Desierto se recogen pensamientos y reflexiones de este santo. Estas son algunas:
-“Quien no ha sufrido la tentación no puede entrar en el Reino de los Cielos. Suprime las tentaciones y nadie se salvará.”
-«Cuando pedimos al Señor: ‘No nos dejes caer en la tentación’ (Mt 6,13), no pedimos que no seamos tentados, pues sería imposible, sino que no seamos engullidos por la tentación, y hagamos algo que desagrada a Dios. Eso quiere decir no caer en tentación»
-“Este es el gran quehacer del hombre: reconocer su pecado en presencia de Dios y esperar la tentación hasta el último respiro.”
-“Vi las redes del enemigo extendidas sobre la tierra, y dije gimiendo: “ ¿Quién será capaz de sortear estos lazos? Y oí una voz que me decía: “La humildad.”
Oración a San Antonio Abad
Oh verdadero milagro de los Anacoretas,
gloriosísimo San Antonio Abad nuestro patrón,
aquí estamos postrados ante ti para venerarte
con tus otras virtudes heroicas
esa prodigiosa fortaleza con la que
resististe las tentaciones del diablo
y las venciste después de un largo trabajo.
Liberaste sólo con el poder de tu nombre
el aire, la tierra, el fuego, los animales
de sus malas influencias.
Haz que, imitando también tu firmeza invencible
en los asaltos de nuestros espirituales
enemigos, obtenemos de Dios de participar
en Tu gloria en el Cielo, y aquí en la tierra en
tus bendiciones, que invocamos en el aire,
en la tierra, en el fuego y en los animales
que se utilizan para nuestra nutrición.
Padre Nuestro, Ave y Gloria.
(Publicado originariamente en ReligionEnLibertad en enero de 2023)
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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