Bajo el término anglófono «nones» se incluyen una multitud de personas que pueden ser ateos, agnósticos o que no creen «en nada en particular» y también se definen como «no religiosos». Ante el incremento de este segmento en países como Estados Unidos (se calcula que son el 28% de la población), resuena cada vez más en la Iglesia cómo llevar a los «nones» el Evangelio, lo que puede no ser sencillo si no se tiene en cuenta su complejo sistema de creencias: en algunos aspectos como el alma, el papel de la religión o incluso el cielo o el infierno, sus respuestas podrían no ser las esperadas de alguien «sin filiación religiosa».
Lo primero a tener en cuenta para evangelizar a este segmento de la población es comprender que no todos creen lo mismo. Así, un 17% de las personas sin filiación religiosa se consideran ateos, un 20% agnósticos y un 63% afirma no creer en nada en particular.
Entre las motivaciones que les lleva a no ser religiosos, se recoge:
El cuestionamiento de las enseñanzas religiosas: el 60% dice que dudar sobre estas enseñanzas es una razón muy importante por la que no son religiosos.
El 32% cita la falta de fe en Dios o en cualquier otro poder superior. En total, el 67% cita el escepticismo o la incredulidad (o alguna combinación de ambos) como un factor clave que explica por qué no son religiosos.
El 47% de los “ningunos” alude a su descontento con las organizaciones religiosas como principal motivo.
El 30% lo justifica por malas experiencias con personas religiosas.
Aproximadamente cuatro de cada diez atribuyen su falta de religiosidad a que afirman no necesitar la religión en sus vidas.
El 12% dice que no tiene tiempo para la religión.
Lejos de lo que pueda parecer, las personas sin adscripción religiosa si disponen de un sistema de creencias y espiritualidad.
Por ejemplo, el 70% de ellos afirma creer en «dios» o en otro poder superior y el 63% en fuerzas espirituales más allá de lo natural.
En los últimos 15 años, el número de estadounidenses que se autodefinen `no religiosos´ se ha incrementado en un 12%, según el Pew Research.
Entre otros aspectos, aproximadamente dos tercios de los pertenecientes a este amplio sector afirman creer en el alma o «espíritu» de los cuerpos. Lo creen sobre todo agnósticos (60%) o aquellos quienes no creen «en nada en particular» (78%), así como a un 31% de ateos.
Puedes acceder aquí al estudio completo.
El 36% dice además que cree en el cielo y el 29% en el infierno y solo el 29% del total rechaza la existencia de algún poder superior en el universo. Desglosado, la mitad de los que afirman no tener ninguna religión en particular afirma creer en el cielo y el 41% creen en el infierno.
También destaca que la mitad de ellos afirman que la espiritualidad es muy importante en sus vidas y que incluso se consideran personas espirituales: el 54% de los «nones» reconoce meditar, practicar yoga o pasar tiempo en la naturaleza para «conectarse con algo más grande» que ellos o con su «verdadero yo». Incluso la mayoría de ellos creen que los animales tienen alma o energías espirituales (60%), proporción algo menos en lo relativo a los árboles, ríos y montañas (54%).
Según los datos, no son mayoritariamente «hostiles a la religión», admiten tener opiniones contrarias a la misma y hay una proporción encontrada entre quienes creen que la religión causa problemas a la sociedad como intolerancia o superstición. De este modo, un 43% piensa que la religión hace más daño que bien y el 14% que hace más bien que mal, pero el 41% menciona que hace tanto bien como mal.
En sentido contrario, también son muchos los que consideran que la religión ayuda. Cerca del 60% de los que no pertenecen a ninguna religión afirman que «la religión ayuda a la sociedad al darle a las personas significado y propósito en sus vidas«.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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