El Papa Francisco celebró este domingo el rezo del Regina Caeli desde el balcón del Palacio Apostólico del Vaticano. Durante su intervención habló de la amistad con Jesús y tuvo, también, unas palabras de felicitación para las iglesias ortodoxas, que celebran este fin de semana la Pascua de Resurrección.
Al comentar el Evangelio de este domingo (Jn 15,9-17), el Papa señaló que Jesús dijo a los Apóstoles: «Ya no os llamo siervos, sino amigos». Y, para explicar este cambio, Francisco recordó que, en la Biblia, los «siervos» de Dios son personas especiales, a las que Dios confía misiones importantes, son personas en cuyas manos Dios pone sus tesoros. Sin embargo, para Jesús, nosotros, somos algo más grande.
Algo de nosotros en el otro
«Pero todo esto no basta, según Jesús, para decir quiénes somos para Él: se necesita algo más, algo más grande, que va más allá de los bienes y de los planes mismos: se necesita la amistad«, apuntó el Papa.
La amistad, indicó Francisco, es una hermosa experiencia que aprendemos desde niños: «a los amigos les ofrecemos nuestros juguetes y los regalos más hermosos; como adolescentes, les confiamos nuestros primeros secretos; como jóvenes les ofrecemos lealtad; como adultos compartimos satisfacciones y preocupaciones; como ancianos los recuerdos, las consideraciones y los silencios de largos días».
«Pensemos por un momento en nuestros amigos, ¡y demos gracias al Señor!». La amistad, comentó el Papa, «no es fruto del cálculo, ni de constricción: nace espontáneamente cuando reconocemos algo de nosotros mismos en la otra persona. Y, si es verdadera, es tan fuerte que no decae ni siquiera ante la traición».
«Un verdadero amigo no te abandona, ni siquiera cuando cometes un error: te corrige, puede reprenderte, pero te perdona y no te abandona». Volviendo al Evangelio, el Papa dijo que hoy Jesús nos dice que para Él somos precisamente eso, amigos: «personas queridas más allá de todo mérito y expectativa, a las que Él tiende la mano y ofrece su amor, su Gracia, su Palabra; con las que comparte lo que le es más querido, todo lo que ha escuchado del Padre».
Puedes escuchar aquí completo el rezo del Regina Caeli del Papa.
«Hasta el punto de hacerse frágil para nosotros, hasta ponerse en nuestras manos sin defensa ni pretensiones, porque nos ama, quiere nuestro bien y quiere que participemos del suyo«. Antes de concluir, Francisco invitó a preguntarse: «¿Qué rostro tiene el Señor para mí? ¿El rostro de un amigo o el de un extraño? ¿Me siento amado por Él como un ser querido? ¿Y cuál es el rostro de Jesús que testimonio a los demás, especialmente a los que cometen errores y necesitan perdón?».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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