15/11/2024

Renovar parroquias gracias a Inspira Barcelona: conoce el modelo de Lyon y el de Divine Renovation

El Congreso Inspira, en Barcelona, ha sido la gran cita de evangelización de fin de año en España, alcanzando a unas 750 personas apasionadas por evangelizar, entre ellas unos 150 sacerdotes, la mayoría de Cataluña, pero también llegadas del resto de España, de Murcia a Galicia, de Valencia a Jaén.

Dos ponentes que se «estrenaban» en España eran la inglesa Hannah Vaughan, que es la responsable de Divine Renovation en el Reino Unido, y el sacerdote francés Xavier Grillon, párroco de la emblemática iglesia de Santa Blandina en Lyon (Francia), que hace 30 años estaba a punto de cerrar, pero hoy es una de las más dinámicas del país. Contaron sus experiencias e ideas antes de que intervinieran expertos españoles en una mesa redonda para aclarar conceptos.

«La Iglesia necesita un detox»

Muchos evangelizadores y clérigos en España, especialmente con tareas parroquiales, han leído Una renovación divina, del padre James Mallon, con sus ideas clave: hay que dejar de hacer ciertas cosas para poder dedicar la parroquia a evangelizar. Esa es una de las claves de Divine Renovation, un proyecto de renovación de parroquias en todo el mundo (trabaja con unas 5.000 ya en todo el mundo), con coaching y asesoramiento, formación y una filial en Inglaterra que dirige Hannah Vaughan.

Vaughan dirige la filial en Inglaterra de Divine Renovation, un proyecto de renovación de parroquias.

Vaughan dijo que existen parroquias renovadas, que renovarlas es posibles, y que hay herramientas que ayudan a muchas personas a encontrarse con Cristo y crear comunidades cristianas. Pero requieren tomar decisiones. Igual que tras los excesos de turrones en Navidad llega un momento de «detox» y dejar de comer en enero, también la Iglesia necesita hacer «detox» (abstenerse) de cosas que no funcionan y dificultan la renovación.

Hay que salir de la mentalidad ensimismada en la «pastoral de mantenimiento» centrada exclusivamente en los que ya están en la parroquia. La Iglesia existe para evangelizar, y acercar Cristo a los que lo tienen lejos. La Iglesia no existe para engordar ovejas (aunque tenga mandato de apacentarlas) sino para pescar peces, es decir, ser pescadores de hombres. Cuando se prioriza el evangelizar hacia fuera, de forma sorprendente, mejora el servicio también a «los de dentro».

En las parroquias con liderazgo sano, el párroco tiene un equipo (con laicos o consagrados) que le mantiene equilibrado y apoyado. Lo contrario son líderes aislados y sin visión que transmitir, cada vez más cansados. El párroco o líder con visión, al crear un equipo de liderazgo:

– elegirá al menos algunas personas que piensen distinto, para evitar puntos ciegos, cubrir más espacio;

– tendrá un equipo capaz de gestionar un conflicto sano, que no esté compuesto de personas sumisas o que ocultan el desacuerdo;

– que haya confianza para aceptar la vulnerabilidad, porque habrá tiempos duros.

«Los sacerdotes en el seminario no fueron entrenados para esto, pero esta es una forma más sana de liderar, y hay que aprenderla con sus complicaciones», reconoció Hannah Vaughan.

Por último, la transformación de parroquias (y de vidas, con conversiones y avivamientos de fe) requerirá una gran transformación e invocación continuada del Espíritu Santo. Se debe invocar al Espíritu esperando que Él actúe, confiando en que lo va a hacer, hay que invitarle esperándole. Vaughan finalizó ofreciendo los servicios de coaching y asesoría también en español y la posibilidad de contactar con la web DivineRenovation.com.

El caso de Santa Blandina: priorizar el domingo

Xavier Grillon, párroco de Santa Blandina en Lyon (también llamada ahora Iglesia Lyon Centro), explicó algunas claves de su parroquia, que hace 30 años estaba casi vacía, con sólo 3 familias y a punto de cerrar, y hoy es de las más vivas de Francia. El inicio de todo fue un grupo de jóvenes que hacían música de alabanza que impulsó el párroco anterior y aún funciona, muy seguido en toda Francia, llamado Glorious. Reformaron las parroquias, pusieron sillas cómodas, el cardenal Barbarin apostó por el intento, y los jóvenes, con muy buena música, atrajeron más jóvenes. Aunque hubo una crisis seria al marchar el párroco anterior, la visión de la parroquia ya estaba establecida, volcada en evangelizar, invitar y acoger.

Xavier Grillon, párroco de Santa Blandina en Lyon (llamada ahora Iglesia Lyon Centro).

La parroquia tiene visión pastoral misionera y se repite esa visión a cada catequista, responsable de grupo, etc… Cuando hay visión, todos reman en la misma dirección, hay sinergia y se acaba lo que sucede en otras parroquias en que cada grupo rema en una dirección distinta y se contrarresta el trabajo de los otros. La visión, insistió Grillon, es muy útil para tomar decisiones coherentes, gestionar conflictos y hacer de árbitro: con ella se decide si tal o cual iniciativa se realiza o no. La visión permite transformarlo todo: horarios, costumbres, lenguaje, para evangelizar (como pedía Francisco en Evangelii Gaudium 27).

«En Santa Blandina nuestra visión era ir a gente con cierto trasfondo cristiano pero alejada y que no tenían parroquia: acoger de forma incondicional a todo el mundo, facilitarles un encuentro con la fe, y transformar con creatividad y alabanza». Esta frase la escribieron en tarjetas y se la dieron a todo aquel que quisiera participar en la parroquia. Descubrieron que «salir a evangelizar ¡atrae gente! Y que acrecentando la parroquia con gente nueva, ésta crece y no envejece».

 

Grillon ilustró la importancia de la visión compartida con un breve vídeo, The Lighthouse, el faro, la historia de un pueblo pescador donde todos entienden la importancia de la luz, y no necesitan esperar instrucciones para actuar. ¡Todos comparten la visión!

Grillon añadió que su parroquia (como otras) entiende y activamente cuida los 5 grandes temas que dan vida a una comunidad cristiana:

– el culto y la adoración;

– la comunidad y relación fraterna cercana;

– el servicio (la caridad, la atención a los pobres, al barrio);

– la formación y catequesis, formar en la fe;

– la evangelización; anunciar el kerigma y hacer discípulos.

Hoy la parroquia tiene 600 personas sirviendo en distintos ministerios, y 40 líderes de equipos. En cada misa hay 10 jóvenes que se dedican solo a dar la bienvenida, sonreir y acoger a la entrada. Hay además 60 jóvenes dedicados a la música, hacen turnos en grupos de 5 o 6 para servir en misa y otros apostolados. Tras la misa hay chocolate caliente o refrescos. A quien se acerca por primera vez se le regala un librito con fotos que le puedan atraer a conocer más, con una web indicada por si quiere saber más. Tras las misas hay además servicios de oración de intercesión personal para los que lo solicitan. Hay Cursos Alpha, hay grupo de parejas jóvenes que exploran el Espíritu Santo, hay programas para convertir a los parroquianos en fieles activos. cada mes, nuestro equipo de Visión se reúne para reflexionar sobre la parroquia y su misión a medio y largo plazo.

Puedes ver aquí la misa de Santa Blandina del 12 de noviembre.

«Soy el único cura de la parroquia y además llevo la delegación diocesana de Anuncio», detalla Grillon. «Era mucho trabajo, llegaba a la misa del domingo agotado, con la predicación medio improvisada, con misas muy simples. Decidí cambiarlo, cuidar la misa al máximo porque, al fin y al cabo, ¡la misa es la actividad que atrae más gente! Decidí descansar mucho el sábado noche para estar fuerte el domingo. Los músicos y voluntarios llegan dos horas antes de misa. No sólo ensayan, sino que rezamos juntos tras un café y pedimos al Espíritu que la misa transforme vidas. Yo defiendo que la misa es misionera, que es un lugar de evangelización, que atrae cuando hay alegría en la música, acogida y predicación. Y que atrae cuando la predicación es accesible, nutritiva y transformadora, no sólo dar información».

Transformar las parroquias porque hay un cambio de época

Santiago Pons, Decano de la Facultad de Teología de Valencia, impulsor del estudio sobre buenas prácticas en parroquias recordó que el fin de la cristiandad no es el fin del cristianismo, pero hoy atravesamos un cambio de época, que algunos comparan a las grandes transformaciones religiosas del s. V a.C. (época de Sócrates y Platón, de Mozi y Confucio, de los profetas en Israel, cuando la religión incorporó la ética). El estudio de Buenas Prácticas en Parroquias descubrió 57 buenas prácticas, que se demostraba que daban frutos, avivaban parroquianos y suscitaban conversiones. Ayudan a la conversión pastoral que incluye priorizar el anuncio explícito del evangelio, crecer en corresponsabilidad con los laicos y honrar y aprovechar lo válido del pasado y la tradición. La conversión pastoral no solo es técnica, sino que incluye conversión (y cambios) en lo personal, y por eso puede costar más.

Santiago Pons, Decano de la Facultad de Teología de Valencia, impulsor del estudio sobre buenas prácticas en parroquias.

Algunas novedades que las parroquias renovadas han de afrontar:

– Pastoral de procesos (no solo de eventos puntuales), que busquen crear discípulos, construida sobre una cultura de primer anuncio,

Crear procesos de discipulado que acompañen a personas que van creciendo, que permitan el tú a tú;

– reconocer que hay ministerios y capacidades de los laicos; ponerlas a servir a la parroquia y a la sociedad, extender el reino de los Cielos y discernir vocaciones;

– crear comunidades que acogen, donde cada fiel es querido, no un número;

– reforzar el domingo como día de la comunidad, y la centralidad eucarística, que los fieles tengan claro que el domingo es el día que se encuentran con la comunidad, y «que no van al chalet».

Kerigma, Espíritu Santo y renovar las parroquias

En la mesa con expertos en España, habló Tote Barrera, de la asociación Nunc Coepi, encargada de ayudar a la renovación de parroquias. Recordó que «el sacramento fundamental es el bautismo y hay que ertender que los grandes movimientos de renovación en la Iglesia vuelven al bautismo, a Pentecostés, a la experiencia personal. No bastan los métodos ni los valores profundos; hay que volver al kerigma, seguido de conversión, discipulado, catequesis mistagógica, y la Eucaristía que es la cumbre. La parroquia del futuro quizá sea «lo que pasa entre las casas» (como decía la palabra griega) y rompe paradigmas».

Su esposa, Cristy Salcedo, insistió en que «Pentecostés es lo que lo fundamenta todo, no es un añadido; Pentecostés es un cambio profundo; renovación pastoral es cumplir lo que decía Pablo VI en Evangelii Nuntiandi: La Iglesia existe para evangelizar». La parroquia del futuro tendrá pequeñas comunidades, será muy evangelizadora y manifestará el Reino de Dios».

Jesús Úbeda, responsable de Primer Anuncio en la diócesis de Getafe, e implicado en este departamento en Conferencia Episcopal, dijo que las parroquias deberían seguir la refenrencia de la «misión ad gentes» (en tierras paganas) y plantearse qué cosas hay en la parroquia para llegar «a los que no vienen». Recordó que aún llegan a las parroquias personas a pedir sacramentos (casarse, bautizar al niño) pero sin tener un encuentro vivo con Cristo. Citó un análisis de Juan Pablo II en 2004 en Ecclesia en Europa: ‘Muchos europeos creen saber qué es el cristianismo, pero realmente no lo conocen; y bautizados repiten gestos y prácticas sin adhesión a la persona de Jesús’. Úbeda considera que los métodos de evangelización hoy son catalizadores que hacen que el bautizado se convierta en evangelizador y vea que él puede anunciar a Cristo. A los consumidores de sacramentos, avisa, «les estamos sacramentalizando sin evangelizar, y eso es una contradicción. Pensemos qué les ofreceremos para que permanezcan con nosotros».

«Primer anuncio, sí; sin discipulado, no»

José Antonio Cano, consiliario de Acción Católica, quería recomendar el itinerario 4.40 de discipulado que este movimiento propone a parroquias. Constató que hay personas que se convierten o avivan en un método de kerigma, pero luego se quedan sólo relacionándose con él o van de retiro en retiro sin integrarse en un discipulado o comunidad. «Jesús en Mateo 28,18, dice Id y haced discípulos; ser discípulo es configurar la vida según Cristo, y al renovarse las personas, se renuevan las parroquias. Estos discípulos pueden ayudar a engendrar nuevos discípulos, que actuarán también en el mundo, como fermento en la masa». Propuso un equipo evangelizador con un programa que una la primera experiencia y el proceso de discipulado, con acompañamiento personalizado y grupal, espacio para orar y celebrar con calidad, y con compromiso de servicio y transformación. «Primer anuncio, sí; sin procesos, no», proclamó.

Teresa Valero, de la Fundación Autem y la diócesis de Solsona, propuso tres pilares para renovar parroquias: implicar al Espíritu Santo, que «creo que está haciendo una nueva creación» aunque las noticias nos muestren un mundo de caos; consideró que aún no se tiene claro lo de que «la Iglesia existe para evangelizar» (la gran frase de Evagelii Nuntiandi de Pablo VI) y dijo que «tenemos que pasar del hombre orquesta al director de orquesta, que conoce a sus grandes músicos y crea una bella sinfonía. En Autem impartimos programas para líderes; vienen buscando herramientas, pero antes han de entender que han de cambiar ellos. La pastoral del tapa-agujeros y del ‘cualquiera sirve’, se ha acabado. Es tiempo de discernimiento». También anima no solo a rezar por los sacerdotes sino a «escucharlos, entender que en su corazón desean una comunidad viva».

Emili Marlés, de la diócesis de Tarrasa, dijo ser «un entusiasta de la sinodalidad, pero requiere unos ingredientes. Primero, una cultura parroquial de primacía de la Gracia. Jesús va delante y eso nos da esperanza. Sin eso, caes en pelagianismo pastoral, hacer cosas buenas que no son las que Jesús quiere. Al menos, oremos al empezar las reuniones. El discernimiento es un arte, se aprende practicando, debe entrar en nuestra cultura parroquial, aunque, ojo, que también podemos tener iluminados en la parroquia… Y no nos engañemos, sin oración y sin alimentarnos de la Palabra, no hay discernimiento. Tengamos olfato de Espíritu Santo, por lo que el Señor te dice, lo que ves en reuniones, los espíritus que decía San Ignacio…». Comentó también que aunque hay varios métodos de primer anuncio, faltan luego itinerarios de continuación».

Misa con Omella: «¿De misiones a África? ¡Vete a Mataró!»

En la misa del segundo día, concelebrada con los obispos auxiliares Villanova y Abadías y el obispo auxiliar de México, Héctor Pérez, el cardenal Omella predicó sobre la evangelización, en una misa que alternó canciones clásicas de siempre (en catalán) con canciones modernas de alabanza (en castellano, del grupo Tuyo) y ambos idiomas en la liturgia.

Omella, que había perdido el texto con su homilía preparada, fue improvisando. Comparó el congreso con la gasolina que da fuerza a un coche. Comparó al Espíritu Santo con el viento que aviva unas brasas que ya se apagaban, y recordó que las estructuras son importantes, pero sin el Espíritu Santo no darán vida. Es el Espíritu quien animó a los apóstoles y a los discípulos de Emaús. «Y después nos toca salir, con alegría, a anunciar».

De izquierda a derecha: obispo David Abadías, mosén Bruno Bérchez, Omella y Xavier Grillon.

También Omella citó a Pablo VI y su «la Iglesia existe para evangelizar». También la idea de Francisco de que la Iglesia tarda un siglo en aplicar plenamente un Concilio, y que sólo han pasado 50 años del Vaticano II. «El Señor suscita vocaciones, no de mando, sino de servicio, también el obispo está para servir, y en dignidad son iguales la tía María y el obispo de Barcelona. También hay que leer el Antiguo Testamento: esos personajes se dan cuenta siempre de que quien obra es el Señor».

Sobre el llamado a ser misioneros, él, que estuvo en África un tiempo, dijo: «¿Ir a África? La misión está aquí. ¡Vete a Mataró! Yo estuve en Congo Belga, aprendí suahili tres meses, lo primero es inculturarse. El misionero se pone en manos del Señor. Requiere participación y comunión, unidad, que cuesta mucho. Y el Papa nos dio un método en el Sínodo, que nos agotó, el ejercicio de escuchar sin interrumpir. Le llaman el diálogo es el Espíritu. Los jesuitas, que son terribles. Eran mesas de doce, redondas, cardenales y laicos sentados juntos. Y eso lo tenemos que introducir en nuestra iglesia. Tras cada tres ponentes, 3 minutos de silencio. Y luego, reflexionar sobre eso».

Como buen aragonés, finalizó recordando que la Virgen del Pilar animó a Santiago y «hoy nos anima a evangelizar». La misa acabó con el estribillo del Virolai dedicado a la Virgen de Montserrat.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»