23/12/2024

Se publican los mensajes de Dios que escuchó durante años Anna Dambska: «Dejaos abrazar por el Amor»

La editorial Mercy Press acaba de publicar en España Dejaos abrazar por el Amor, una preciosa revelación confiada a una mujer polaca, Anna Dambska, heroína de la Segunda Guerra Mundial, y dirigida a toda la humanidad; una paternal y amorosa invitación de Dios a sus hijos, llamándoles a que le reconozcan, a dejarse amar y salvar por Él y a que con Él puedan amar al mundo y éste se salve; una ardiente petición dirigida a los hombres y mujeres de hoy, venida de Polonia, la nación de donde, como reveló Jesús a través de Santa Faustina, brotará la chispa que preparará al mundo para su segunda venida (Diario, 93).

En sentido estricto, el autor de este libro es el Señor, quien se dirige a toda la humanidad a través de su pequeña secretaria, Anna Dambska, mujer de la nación polaca que, movida por el anhelo del reinado del Corazón de Jesús sobre su patria, luchó como enfermera del Ejército polaco y en la resistencia contra el totalitarismo nacionalsocialista, y que en 1944, cuando el Ejército Rojo ocupó la zona, fue internada por la policía secreta soviética (la NKVD), en dos campos de trabajos forzados. Allí le pidió al Señor que la dejara vivir para trabajar por la salvación de su patria. Liberada al año de su internamiento, fue diseñadora de moda, ilustradora de libros y periodista.

La primera vez que Anna escuchó la voz del Señor fue en 1967, tras recibir la Sagrada Comunión. Desde entonces le siguió escuchando. Como afirma ella misma en la introducción a esta obra, siempre había imaginado a Jesucristo como su amigo más cercano, pero a pesar su profunda vida cristiana no se sentía amada, sino como rechazada por Dios.

Dejaos abrazar por el amor’ de Anna Dambska. El responsable de la edición en español es Álvaro Cárdenas, sacerdote de la diócesis de Getafe, que firma estas líneas.

Todo cambió cuando se unió a la corriente de la Renovación Carismática durante un retiro al que asiste en 1977. Allí recibe una palabra del Señor a través de la persona que lo dirigía, uniéndose desde entonces a esa comunidad. Desde 1982 sus conversaciones con el Señor se volvieron cada vez más frecuentes. En ellas el Señor le confió muchas enseñanzas sobre cómo cooperar con el Cielo, sobre la misión de la Iglesia y sobre Polonia.

En septiembre de 1984 Anna le pide al Señor que le dirija algunas palabras para aquellos que, como ella, buscaban a un Dios vivo y cercano, sin encontrarle. Entonces Jesús se dirigió a ella diciéndole: “Toma un cuaderno en blanco y escribe…”, dictándole Dejaos abrazar por el amor, título que Anna escogió para este mensaje dirigido al mundo. Lo escribió del 4 de septiembre de 1984 al 14 de mayo de 1985. En 1988 fue publicado en Polonia, con permiso de la autoridad eclesiástica, por la editorial Michalineum.

La primera edición polaca de este libro iba firmado casi de forma anónima, solo con su nombre de pila.

Anna, pues, es coautora de este libro, al acoger con libertad y plena confianza el mensaje con el que Dios se dirige a toda persona que esté buscando el sentido y el fin definitivo de su vida. Ella puso por escrito estos mensajes de Dios, pero permaneció siempre en la sombra. Sus diálogos con el Señor fueron publicados bajo el pseudónimo de Anna, por lo que su identidad quedó siempre oculta a sus lectores. 

Esta obra “nos muestra el misterio del Amor de Dios, que ha amado al hombre primero, y cuyo deseo es colmarlo de sus bienes”, como afirma el sacerdote jesuita que prologa la edición polaca. “Las palabras de su título expresan la invitación que Dios hace al hombre a entablar un diálogo con Él”, continua éste. Pero la voluntad del hombre es libre. La persona que duda y desconfía puede rechazar la revelación del Amor de Dios, le puede desobedecer. Dios respeta esta libertad y no la quiere someter con la realidad de su omnipotencia. “Él se dirige con mansedumbre a la libertad de la persona y la invita a responder a su Amor, permitiéndole establecer en su corazón el Reino de Dios. Si el hombre se hace amigo de Dios, su voluntad se unirá a la voluntad salvadora de Dios”, sigue este sacerdote. “De este modo el corazón del hombre se abre a este Amor paterno con el que Dios abraza a cada uno de sus hijos. Colaborando con Él, practicando el Amor servicial al prójimo, testimoniará a sus hermanos y hermanas su encuentro con el Amor de Dios”, constata.

“La lectura de este libro, Dejaos abrazar por el Amor, nos anima a que nos entreguemos a Dios y a que nos abramos a la generosidad de sus dones”. “Estoy convencido -concluye el autor del prólogo-, de que quien lo lea se dejará llenar por el Amor de Dios”.

El mismo Señor le indica a Anna a quien van destinadas sus palabras: “Estas palabras Mías están dirigidas personalmente a cada persona. Quien las lea será como si fuese la única persona en la tierra”, comparte Anna en su introducción. En sus páginas el Señor sale al encuentro de cada uno de nosotros y nos busca, llamándonos personalmente a cada uno. Así lo expresa Él mismo, como nos testimonia Anna en su introducción: “Os llamo, frenando vuestra carrera hacia la muerte, para que os detengáis por un momento, converséis conmigo y podáis conocerme, para que os convenzáis por vosotros mismos de quién soy Yo de verdad, para que cada uno de vosotros sepa que es amado de un modo infinito e irrevocable y que tiene un amigo que es Dios”.

En su llamada de amor a los hombres, el Señor no oculta el carácter dramático del tiempo que atravesamos, y que será cada vez más difícil cuanto más se acerque su Reino de Amor: “En este momento en que se acercan las más terribles experiencias de la humanidad, deseo que viváis este tiempo conmigo, pues sólo en Mí encontraréis apoyo y protección. Yo soy el único que cuida de vosotros y desea salvaros. Fuera de Mí no tenéis a nadie, a nadie a quien le importe vuestro destino […]. Sin Mí, moriréis”.

Dejaos abrazar por el Amor es, pues, la respuesta del Señor a la petición ardiente que desde el gulag soviético le dirigió esta mujer enamorada de Él, y comprometida profundamente por la salvación temporal y eterna de su patria y de cada uno de sus hermanos los hombres. En las palabras que ella recibe, Dios le dice que quiere que los hombres le conozcamos tal como es: lleno de amor, de paciencia y de tierna solicitud por cada uno de nosotros.

Al final de su vida, Anna tuvo la convicción interior de que el Señor había respondido a los deseos de servicio a su Reino que tan vivamente había experimentado durante su internamiento en los campos de concentración y de trabajos forzados comunistas, permitiéndola escuchar y escribir sus palabras, dirigidas a su nación y a todos los hombres. Murió el 15 de septiembre de 2007, siendo despedida -como una heroína- con todos los honores militares.

Una obra preciosa para quienes quieren descubrir el amor ardiente de Dios por los hombres y profundizar en él, conocer su designio de amor en la historia, dejar que esa chispa de amor divino avive el amor en sus corazones, y se preparen así para la venida del Reino del Amor prometido, colaborando a su venida con la entrega de amor a sus hermanos los hombres.

Sus numerosas ediciones en polaco y en otras lenguas hablan de la riqueza de su contenido. Su publicación en español viene a ofrecer al público hispano este vivo mensaje de esperanza, revelado por el Señor a los hombres y mujeres de hoy.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»