De los cánones 1249 al 1253, el Código de Derecho Canónico fija las condiciones que los fieles deben observar los días de penitencia, fundamentalmente los de Cuaresma pero también todos los viernes del año. A menos de un mes para que finalice el periodo cuaresmal, los fieles de la Iglesia universal a partir de los 14 años siguen llamados a guardar la abstinencia de carne cada viernes. Si bien los mayores de 59 están llamados a formar «un auténtico espíritu de penitencia», no están obligados a guardar la ley del ayuno. Tratándose de los ancianos, también gozan en según qué casos de dispensas en lo relativo a la asistencia a la Santa Misa y el culto divino, por lo que mantener la tensión espiritual puede ser para ancianos y abuelos todo un reto.
El articulista, padre y abuelo de 16 nietos Dan Spencer es consciente de sus múltiples dispensas. Sin embargo, admite que prefiere estar «mejor preparado» como abuelo y sabe que «la necesidad de arrepentimiento y de reformar nuestras vidas no conoce límite de edad.
«Sigue existiendo la necesidad de que nos convirtamos en abuelos piadosos. Y ofrecer mis ayunos y abstinencias beneficia no solo a mi alma, sino también a la de nuestros hijos y nietos», expresa en Catholic Exchange.
De sus palabras y otras iniciativas se extraen algunos hábitos que pueden cambiar la Cuaresma de varias generaciones:
1º La fuerza modélica de compartir sacrificios con hijos y nietos
En este sentido, y dirigiéndose a los muchos abuelos cuyas condiciones no les permiten guardar el ayuno y la abstinencia recomendados en Cuaresma, Spencer recuerda que «el ayuno y la abstinencia no tienen por qué referirse solo a la comida».
«Los abuelos pueden ayunar de actividades rutinarias, incluso las que son buenas. Los abuelos pueden unirse a los nietos para abstenerse por ejemplo de ver la televisión o, en el caso de nietos más mayores, de pasar tiempo frente a otras pantallas», propone.
Al hacerlo, la imagen que se traslada es que el simple hecho de comprometerse con los nietos en un propósito común puede tener gran impacto.
«No solo estamos apoyando sus esfuerzos, sino que compartimos su propósito y para ellos se convierte en un acto modélico», agrega.
2º Un regalo a Dios entre semana de abuelos y nietos
A mediados de febrero, Katie Warner se hacía eco de algunas otras posibilidades con que cuentan los abuelos para hacer de la Cuaresma un tiempo fructífero de acuerdo a su situación.
Recoge el caso de una abuela de nueve nietos, Tricia Peterson, que encuentra en los viernes el momento idóneo para ir a misa con sus nietos. «Les recuerdo que estar en misa es un regalo para Nuestro Señor y un regalo para ellos», mencionó.
Algo tan sencillo como ir a misa entre semana o a una adoración al Santísimo puede cambiar la vida de los nietos… y de los propios abuelos.
3º Rezar por hijos y nietos y reforzar su adoración eucarística
Los abuelos también pueden contactar con su organización parroquial de mayores, con una delegación de las asociaciones de abuelos católicos o bien junto a otros que, como parroquianos y feligreses, deseen transmitir la fe y mantener la oración en el centro de la familia. En el caso de la Asociación de Abuelos Católicos, explican que una de sus actividades principales dedicadas a la oración consiste en reunir a sus miembros en jornadas formativas y de oración periódica por sus nietos cada día, comprometiéndose además a ayudar a sus hijos y nietos a acudir con mayor frecuencia a las adoraciones eucarísticas.
4º Compartir la historia vivida y acompañar a los nietos a procesiones
También hablando de la oración y el recuerdo de la pasión del Señor que tendrá lugar durante la Semana Santa, una posibilidad incomparable para los abuelos puede ser acompañar a sus nietos a las procesiones, siendo además una ocasión para los más pequeños de mantener viva esta tradición presente especialmente en la órbita hispanohablante: en 2019, se calcula que el 76% de los abuelos españoles pasó la Semana Santa con sus nietos.
`Los abuelos pueden unirse a los nietos para abstenerse por ejemplo de ver la televisión o, en el caso de nietos más mayores, de pasar tiempo frente a otras pantallas´, afirma Spencer.
Por ello, es una ocasión propicia para ver históricos casos como el de Antonio Valdivieso, recogido por El diario de Jerez en la Semana Santa de 2023. Nacido en 1933 y a punto de cumplir los 90 años, destacaba por ser uno de los miembros más longevos de la Hermandad del Nazareno, a cuyo paso acudía con su hijo y su nieto, siendo seis las generaciones familiares que han integrado la hermandad.
5º Llenar las despensas de curas y parroquias
En lo relativo a la limosna, otra costumbre de los abuelos puede ser animar a sus nietos a cubrir, en la medida de sus posibilidades, las necesidades parroquiales de determinados días o momentos a la semana. Así, una vez por semana, el abuelo puede guiar a su nieto en la adquisición de los productos necesarios y su posterior entrega al párroco o encargado.
6º Quitar las espinas de la corona de Jesús
Hablando del ayuno y abstinencia, también se propone elaborar una corona de espinas de forma manual, proponiendo a los nietos o los más pequeños que quiten una espina de la corona por cada buena obra o sacrificio que lleven a cabo, motivándoles a lograrlo antes de la llegada de la Pascua.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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