06/01/2025

TE DEUM 2025

 EL ALMA, AL INICIAR UN NUEVO AÑO, SE ALZA COMO EL INCIENSO HACIA SU CREADOR.

En medio del tiempo que pasa y se desvanece, la eternidad de Dios se ofrece como refugio y destino. Así comienza nuestra alabanza:

“A TI, DIOS, TE ALABAMOS; A TI, SEÑOR, TE CONFESAMOS.”

ES UN CANTO QUE NACE DEL RECONOCIMIENTO DE NUESTRA PEQUEÑEZ Y SU GRANDEZA, DE NUESTRA NADA Y SU PLENITUD.

Aquel que sostiene el cielo y la tierra con una sola palabra nos invita a unirnos a la alabanza que jamás se detiene.

“A TI, ETERNO PADRE, TODA LA TIERRA TE VENERA.”

Todo lo que existe canta en silencio Su nombre. El universo entero proclama Su gloria, no con palabras, sino con la pureza de su ser. En este 2025, aprendamos a alabar a Dios con la misma sencillez de los cielos y los campos, que en su humildad son testigos de Su grandeza.

“A TI TE ALABA EL GLORIOSO CORO DE LOS APÓSTOLES, EL NOBLE EJÉRCITO DE LOS MÁRTIRES.”

La historia está tejida con el testimonio de quienes caminaron antes que nosotros. Los apóstoles, los mártires, los santos… todos ellos proclamaron con su vida lo que nuestras palabras intentan balbucear. Este año que comienza es también para nosotros un tiempo de testimonio, un llamado a vivir de tal manera que nuestro ser entero proclame:

“SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR, DIOS DE LOS EJÉRCITOS.”

“LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE LA MAJESTAD DE TU GLORIA.”

La gloria de Dios no está lejos; nos rodea, nos habita, nos sostiene. Pero sólo el alma que se purifica en el silencio y la entrega puede contemplarla. En este año, busquemos esa mirada nueva que encuentra al Amado en lo pequeño: en el pan sencillo, en la cruz que pesa, en el rostro del prójimo.

“A TI TE ALABAN LOS ÁNGELES Y LAS POTESTADES DEL CIELO.”

La alabanza celestial no cesa nunca. Los ángeles y potestades proclaman sin descanso el amor de Dios, porque en Él no hay cambio ni sombra de movimiento. Que este 2025 sea un reflejo de esa alabanza ininterrumpida, una vida que arde como llama viva, consumida por el amor.

“TE GLORIFICA LA SANTA IGLESIA POR TODA LA TIERRA.”

No estamos solos. La Iglesia, una y santa, se une a nuestro canto. En cada rincón del mundo, en cada lengua, el pueblo de Dios proclama la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Este año que comienza es una invitación a ser Iglesia viva, a hacer de nuestra vida una ofrenda, un testimonio de fe.

“TÚ ERES EL REY DE LA GLORIA, OH CRISTO.”

Cristo, que reina desde la cruz, nos invita a seguirle. Este año, llevemos nuestras pequeñas cruces con amor, sabiendo que en cada sacrificio, Él nos espera.

“TÚ, SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE, VENDRÁS COMO JUEZ.”

No olvidemos que caminamos hacia un encuentro definitivo con Él. Este año debe ser un tiempo de preparación, de conversión, de amor más puro. Porque al final, no seremos juzgados por nuestras palabras, sino por nuestro amor.

“EN TI CONFIÉ, SEÑOR, NO SERÉ CONFUNDIDO PARA SIEMPRE.”

Termina el año anterior y comienza este nuevo con una certeza inquebrantable: en Él está nuestra esperanza, y quien confía en el Señor no será defraudado. Que este 2025 sea un año de alabanza, de fe y de encuentro con el Amor eterno.

OMO

PUBLICADO ANTES EN CATOLICIDAD