18/11/2024

Tom Holland, historiador agnóstico, cuenta dos experiencias, quizá sobrenaturales, con la Virgen

Desde hace bastantes años, el historiador inglés Tom Holland (autor de superventas como Rubicón, sobre la antigua Roma; Milenio, sobre el origen de la Edad Media, y Dominio, sobre la influencia del cristianismo en la historia mundial) se siente más y más atraído por la fe cristiana.

Y una experiencia de sanación tras orar a la Virgen en una iglesia anglicana, en el lugar de unas apariciones medievales, le ha acercado aún más, según reconoció hace poco.

Una juventud despreciando el cristianismo

Hijo de padre ateo y de madre anglicana, de niño consideró aburrido el cristianismo, y de adolescente y joven se apasionó por Roma y Persia, igual que por los dinosaurios, y se declaró agnóstico admirador del paganismo. Pero pasaron los años, estudió mucho sobre Roma y Grecia y sus crueldades. Julio César, recuerda, mató 1 millón de galos y esclavizó a otro millón. Los espartanos eran crueles y eugenésicos. Romanos y dinosaurios eran bestias fuertes pero crueles, sin moral, y desprecio total al débil.

En diciembre de 2013 Tom Holland habló de su acercamiento a la ética cristiana, entrevistado por Alom Shaha, ateo inglés de familia musulmana de Bangla Desh y autor de un Manual del joven ateo.

A través de su madre, dice, «siempre asocié el anglicanismo con la bondad y decencia y generosidad de espíritu y compasión, nunca tuve esa asociación visceral del cristianismo con la represión, el dogma o la mente estrecha». Su rechazo a la fe de joven fue de origen estético e impulsivo, no por resentimiento.

«En el fondo de mi mente hay una especie de agujero persistente con forma de Dios y la plantilla de Dios que uso para llenarlo es cristiana. Yo podría leer la narración de la Pasión, ir a la iglesia en Pascua, y sentir que es verdad, sentir que sus verdades articuladoras me afectan más de lo que puedo decir con palabras… Me siento en comunión con la enorme herencia de la fe cristiana, lo encuentro conmovedor, y en esos momentos me pregunto ‘¿es esto creer en Dios?'», explicaba en 2013 el historiador al entrevistador ateo.

Luego matizaba: «No he visto evidencia que me satisfaga de que exista nada sobrenatural. No he visto pruebas de Dios».

Una iglesia mariana que engancha con la Historia

En 2019 publicó su libro Dominio, y en los años previos visitó iglesias de distintas denominaciones. Antes de ese año visitó por primera vez una iglesia peculiar de Londres, San Bartolomé el Grande. Lo explicó en la web de la Iglesia Anglicana en 2020.

«Esta iglesia, en cierto sentido, resumía para mí todo lo que significa Dominio: el gran fluir de la tradición cristiana que abarca tanto lo católico como lo protestante y lo deísta, la Edad Media, la Reforma y la Ilustración. Fundada por (supuestamente) un bufón de la corte de Enrique I que fue curado milagrosamente de una enfermedad por San Bartolomé en Roma, acogió la única aparición conocida de la Virgen en Londres. La Lady Chapel, vendida durante la Reforma, luego se convirtió en una imprenta, donde trabajó brevemente Benjamín Franklin. Hoy es una parroquia anglicana, de tradición muy anglocatólica«, explicó.

«Sentado allí, podía ver los rayos de luz atravesar las ventanas normandas y amplificar las nubes de incienso; pero también pude escuchar un sermón de gran erudición y compasión pronunciado por el entusiasta rector, el padre Marcus Walker. Y también estaba la música. Toda la experiencia me pareció increíblemente hermosa, casi abrumadora. Me dio una sensación muy poderosa de que estaba en un lugar santo, santificado por generaciones de personas cuyos nacimientos, matrimonios y muertes habían sido marcados allí. Toda la historia cristiana parecía rodearme».

En esa iglesia se filmaron Cuatro bodas y un funeral, Shakespeare in love y varias otras producciones.

Lo sobrenatural y la Virgen

Como ya sugería en 2013, para dar el paso pleno a la fe, Tom Holland necesita «evidencia que le satisfaga» de lo sobrenatural. Y las dos experiencias que ha tenido que se acercan más a ello (aunque sin acabar de convencerle, pero las sopesa) implican a la Virgen María, explicó en una charla reciente en el London Institute for Contemporary Christianity, recogidas en un reciente artículo para The Spectator titulado «Un renacimiento cristiano está en marcha en Gran Bretaña«.

Holland las matizó en el Catholic Herald señalando que ambas admites explicaciones no sobrenaturales y que hoy por hoy sigue «varado en las tierras sombrías entre la fe y la desesperación existencial«. Pero que ahora puede entender mejor lo maravilloso que puede parecer el universo a una persona que decide dar un salto de fe.

Su primera experiencia tuvo lugar visitando una iglesia abandonada y devastada por la guerra en el norte de Irak, preparando un documental. Holland sabía que en ese pueblo terroristas de Estado Islámico habían crucificado cristianos, y pensar en eso le llevaba a un «abismo existencial».

Las alas del ángel ante la Virgen

Entre los escombros que miraba, el viento movía un papel. Era una imagen de la Anunciación. La recogió y contempló «las grandes alas de Gabriel que retrocedían mientras se arrodillaba ante la Virgen«.

Entonces sintió como si el velo entre nuestro mundo y otras realidades se hiciera muy fino, y que sintió con fuerza la sensación de que algo parecido a las alas de los ángeles le rozaban los hombros cuando ascendían y descendían de otros reinos. «Era una especie de dulce sensación de embriaguez», dijo a Justin Brierley en el encuentro en Londres. ¿Podía ser la deshidratación? ¿O era algo sobrenatural? Y se planteó también, poco después de esa experiencia: «¿Me equivoqué cuando me centré en el ángel? ¿Debería haberme fijado en la Virgen? ¿Estaba ella allí?».

Varios asistentes del público londinense, cristianos protestantes, se rieron, pero Holland, aunque apreció el humor, quiso contar su siguiente experiencia, para mostrar más bien «el humor de Dios».

La Capilla de la Señora, Lady Chapel, único lugar de Londres donde la Virgen se apareció… y donde rezó el historiador Tom Holland.

Un cáncer de intestino, y una oración ferviente

Sucedió tras la pandemia de coronavirus, en diciembre de 2021: le diagnosticaron cáncer, y el médico le avisó de que probablemente le deberían extirpar parte del intestino. Esa Navidad, acudió a los servicios religiosos en San Bartolomé, la iglesia que le gustaba. Recordaba sus orígenes milagrosos: la fundó un fraile agustino a quien un mensaje celestial le pidió alzar esa iglesia en el barrio de Smithfield. Allí la Virgen se apareció al monje Hubert, regañándole a él y sus compañeros por hacer mal la liturgia.

Holland se arrodilló en el lugar de la Capilla de la Virgen de San Bartolomé donde se dice que la Virgen había aparecido. Y rezó. «Fui a este lugar donde se apareció la Virgen y elevé esta enorme oración de corazón. Por favor. Por favor. Y todo salió bien a partir de ese momento». En pocas semanas le informaron que el cáncer había remitido, no necesitó operación y «dos años después parezco limpio de él».

«Como agnóstico protestante, la idea de que había tenido una intervención mariana me pareció tan sublimemente divertida [que] pensé que, si era verdad, Dios debe tener el más maravilloso sentido del humor», dijo.

Tom Holland aprecia el humor y aprecia también la devoción mariana: en 2022, quizá poco después de saber de su curación, bromeaba así en su Twitter respecto al ofrecimiento de la copa de fútbol del Real Madrid a la Virgen de la Almudena: «Ahhh, por eso siguen ganando», escribió.

Tom Holland en 2022 comentaba las victorias del Real Madrid… y de la Almudena.

Más tarde, su interés por la fe va ganando cada vez más elementos católicos. En 2023, Holland le dijo al obispo Robert Barron en una audiencia pública que su esposa era católica (que había redescubierto su fe hacía poco) y que un sacerdote jesuita que conocieron una vez era la persona más santa que había conocido, y que veía una relación histórica «natural» entre al menos cierto protestantismo y la pérdida de fe hacia el ateísmo.

Artículo publicado originariamente en el portal de noticias marianas Cari Filii.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»