El Papa Francisco redujo al mínimo su actividad durante el mes de julio, pero ahora, llegado agosto, retoma sus catequesis y audiencias de los miércoles, que compagina con la preparación de discursos de sus próximos viajes a Asia.
El Papa este miércoles, en su audiencia el Aula Pablo VI, retomó el ciclo de catequesis que estaba desarrollando en junio, dedicadas al Espíritu Santo, con el título general de «El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios hacia Jesús, nuestra esperanza».
El Espíritu que obra en María
Primero recordó lo que cuenta el Evangelio de Lucas: «El ángel dijo a María: ‘No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Concebirás un hijo y darás a luz a un niño al que llamarás Jesús´. […] Entonces María dijo al ángel: ´¿Cómo será esto, pues no conozco varón?´. El ángel le respondió: ´El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra´» (Lc 1,30-31.34-35).
Acudiendo al Concilio Ecuménico de Constantinopla del año 381 (cuando la Iglesia estaba indivisa, antes de la ruptura con siríacos, armenios y coptos) recordó lo que se estableció en el Credo: «que María concibió por obra y gracia del Espíritu Santo».
Francisco detalló: «Es, por tanto, un hecho ecuménico de fe, porque todos los cristianos profesan juntos el mismo Símbolo de fe. La piedad católica, desde tiempos inmemoriales, ha tomado de él una de sus oraciones diarias, el Ángelus».
Así, dijo, se puede «hablar de María como la Esposa por excelencia, que es figura [símbolo, imagen, representación] de la Iglesia». La Lumen Gentium, observó además el Papa, retoma este paralelismo entre María, que engendra al Hijo « bajo la sombra del Espíritu Santo», y la Iglesia. Así, Lumen Gentium duce: «La Iglesia, contemplando la santidad misteriosa de la Virgen, imitando su caridad y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, mediante la Palabra de Dios fielmente acogida, se convierte también en madre, ya que, mediante la predicación y el bautismo, genera a una vida nueva e inmortal a los hijos, concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios».
¿Cómo es posible? ¡Con el Espíritu es posible!
Igual que María acogió primero a Jesús en sí misma para luego darlo a la luz, así la Iglesia debe acoger primero la Palabra de Dios «para después darlo a luz con su vida y su predicación».
Además, como le sucedió a María, «también la Iglesia, ante tareas que superan sus fuerzas, se plantea espontáneamente la misma pregunta: “¿Cómo es posible esto?”.
“¿Cómo es posible anunciar a Jesucristo y su salvación a un mundo que parece buscar sólo el bienestar? La respuesta es también la misma que entonces: ‘Recibirán la fuerza del Espíritu Santo’. Sin el Espíritu Santo la Iglesia no puede avanzar, la Iglesia no crece, la Iglesia no puede predicar”
Y no sólo la Iglesia, sino cada bautizado, cada uno de nosotros, prosiguió diciendo el Papa, se encuentra a veces preguntándose «¿cómo puedo afrontar esta situación?». Será útil, dijo, recordar la respuesta del ángel.
El Papa finalizó así su primera catequesis de agosto: «Hermanos y hermanas, pongámonos también cada vez en camino con esta certeza reconfortante en el corazón: «Nada es imposible para Dios». Y si creemos esto, obraremos milagros. Nada es imposible para Dios».
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
More Stories
Pedro Claver, apóstol de los negros (1580-1654)
Elio Gallego: «El cristiano se ha acomodado a la mentalidad dominante y a lo que dicta el poder»
Munilla defiende el papel evangelizador de la Hispanidad en el Católicos y Vida Pública de Alicante