24/12/2024

Tras la blasfemia de París, propuestas de reparación: rosarios el viernes, misas, adoración…

Hay un consenso internacional e interdenominacional: de Estados Unidos a Grecia, de España a Pakistán, de Francia a Egipto, de Costa Rica a Irak, católicos, ortodoxos, coptos, caldeos, pentecostales e incluso musulmanes, vieron con horror e indignación el espectáculo de la inauguración de los Juegos Olímpicos, que no solo les pareció torpe o zafio, abortista e ideológico, sino blasfemo y ofensivo contra Jesucristo y especialmente contra la Cena del Señor.

En el lugar donde Leonardo pintó a Jesús y sus santos apóstoles, que son la Iglesia, la organización parisina y su coreógrafo queer pusieron transexuales, drag queens, militantes lesbianas y adefesios con chuscas alusiones religiosas.

Enseguida salieron voces animando a la reparación tras la blasfemia.

Una de las primeras fue el obispo de Toulon (Francia), Dominique Rey, quien difundió por redes: «Fue un sufrimiento ver estas blasfemias durante la ceremonia de apertura. No aceptamos el insulto. Estos juegos deben ser un momento de hermandad para las Naciones. Invito a cada cristiano a entrar en un proceso de reparación y oración«.

El Papa Francisco habló en mayo sobre la reparación

En mayo, en Roma, en el Congreso Reparar lo Irreparable, el Papa Francisco pedía «renovar y profundizar el significado de esta hermosa práctica de reparación al Sagrado Corazón de Jesús, práctica que hoy puede estar algo olvidada o erróneamente considerada obsoleta».

«La reparación —incluso un comienzo de reparación o simplemente el deseo de reparar— garantiza la autenticidad del pedido de perdón, manifiesta su profundidad, su sinceridad, toca el corazón del hermano, lo consuela y le inspira la aceptación del perdón solicitado», recordó el Papa. «Así, si lo irreparable no puede repararse del todo, el amor siempre puede renacer, haciendo soportable la herida», añadió el Papa Francisco.

Una propuesta: rezar el rosario el viernes 2 de agosto

Una de las iniciativas de reparación que se ha divulgado más, y ha surgido de entornos católicos de Francia, consiste en rezar un rosario este viernes 2 de agosto, a las cuatro de la tarde. Puede hacerlo cada persona por su cuenta, con amigos y hermanos, en una capilla, en casa, en la naturaleza, etc…

Los viernes son días tradicionalmente penitenciales y es lógico que el primer viernes tras la grosera blasfemia se proponga para reparar.

Entre los que más animan a aprovechar esta fecha y día está el obispo José Ignacio Munilla, que la ha difundido en sus redes. También recuerda que «tras la ofensa a la eucaristía acontecida en la ceremonia de apertura de las olimpiadas de París, es clave pasar de la INDIGNACIÓN a la REPARACIÓN… ¿Acaso no es una incoherencia indignarse por esta blasfemia y no adorar a Dios en el Santísimo Sacramento?
Y si tú ya has puesto a la eucaristía en el centro de tu vida, te propongo que invites a alguien indignado por lo acontecido, a que te acompañe a la Santa Misa y a la Adoración Eucarística».

También anima a rezar ese rosario del viernes a las cuatro.

En Barcelona (y online), rosario con la Corriente Social Cristiana

Corriente Social Cristiana, que ya criticó con un comunicado el «ejercicio zafio de manipulación», convoca a un rosario de reparación el viernes a las 16h en la parroquia de la Virgen de los Ángeles en Barcelona (C/Balmes, 78), con la posibilidad de acudir en persona y también de conectarse por Zoom (más información aquí).

En París, orar ante la Corona de Espinas

Si hay un símbolo de como los hombres se han burlado y mofado de Cristo, es la corona de espinas, tejida por sus verdugos no sólo para causar dolor físico, sino humillación, y reírse de su título de rey. Va muy ligada al uso perverso del humor y la representación contra Dios.

El arzobispado de París guarda la corona de espinas (la Sainte Couronne) que San Luis Rey de Francia compró en 1238 a Balduino II, último emperador latino de Constantinopla.

Dentro del programa Holy Games de París, todos están convocados a orar y venerar la Corona de Espinas en el templo parisino de Saint-Germain l’Auxerrois, el viernes 2 y el viernes 9, de 3 a 5 de la tarde, aunque el viernes 2 habrá una ceremonia de presentación y veneración especial de las 10 a las 12 de la mañana, y el viernes 9, de 10 a 12, de 3 a 5 y de 8 a 9 de la noche.

Otra propuesta para orar en París es el encuentro interreligioso del domingo 4 de agosto ante Notre Dame, de 10 a 11 de la mañana (Parvis de Notre-Dame, 6; Place Jean-Paul II). Tras la blasfemia, también musulmanes (la universidad de Al-Azhar) y cristianos de muchas tradiciones han protestado ante el ataque a los creyentes, y este encuentro puede ser un punto de unidad (más datos en HolyGames.fr).

Misa y adoración en la catedral de Lugo

En Galicia, el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, celebra una misa y adoración este jueves, 1 de agosto, como respuesta y reparación especial. «A muchos nos ha disgustado la presentación de una parodia de la Última Cena en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en París, retransmitida a todos los países. No era posible que nos dejase indiferentes a los que creemos en el señor Jesucristo, a nadie que crea realmente en Dios, que respete lo sagrado de la conciencia del prójimo», declaró. El zafio espectáculo, fue, dijo «una forma de normalizar el rechazo de la fe cristiana».

El acto consistirá en una misa con adoración larga, el jueves 1 de agosto, en la catedral de Lugo, de 20h a 22h.

Acto de desagravio con las clarisas en Badajoz, el domingo 4

En Extremadura, la Orden de Clarisas Descalzas de Badajoz, que viven en el convento Nuestra Señora de la Merced en la plaza López de Ayala, han convocado un «acto de desagravio y de reparación» el domingo 4, con adoración en el templo a las 11 de la mañana y «a las 12h, tras el ángelus, rezaremos el rosario y después el acto de desagravio«, detalla la abadesa. Se reza para reparar el daño causado y para que «no se repita algo así; también pediremos su conversión«, asegura. Lo han anunciado en la prensa local y con un cartel a la entrada del convento.

Actos que ya tuvieron lugar: Alzira, Edimburgo, la Sainte-Baume

En Alzira (Valencia), ya se celebró un acto de reparación el lunes 29 de julio en la Capilla del Santísimo de la iglesia de San Juan a siete de la tarde. «Está muy bien protestar, pero únicamente la protesta no aliviará el dolor que tiene el Señor y María Santísima, pero sí nuestra compañía y oraciones», aseguraron los impulsores en su convocatoria.

En Francia, varios obispos dedicaron su misa dominical del 28 de julio como reparación por la blasfemia. El obispo coadjutor de Toulon, François Touvet, celebró esa misa de reparación en el santuario de la Sainte-Baume, lugar de fuerte simbolismo penitencial, porque la tradición dice que allí fue penitente y murió Santa María Magdalena (luego hay un desacuerdo sobre si sus restos quedaron allí o pasaron al monasterio de Vézelay, donde se perderían con los destrozos de la Revolución).

Además de rezar, ante el consulado francés de Edimburgo cristianos proclamaron que Dios no quedará burlado.

En Edimburgo, unos 20 católicos se reunieron para rezar en rosario este martes 30 de julio en un lugar peculiar: la puerta del consulado francés. Lo organizó un matrimonio joven de forma improvisada, acudieron 20 católicos de distintas edades y estilos, varios rezaron de rodillas ante el consulado, otros apoyándose en vehículos. También cantaron la antífona Parce Domine (se usa en Cuaresma, y antes en ejecuciones). El señor Ho, organizador del acto, declaró al Catholic Herald que los viandantes y los turistas que venían al barrio por el Festival Fringe les animaban haciendo un signo de apoyo levantando el pulgar.

Pero nadie del consulado salió a escucharles o hablar con ellos. El señor Ho citó una frase contundente que atribuye a Santo Tomás de Aquino: «En comparación con la blasfemia, todos los demás pecados son ligeros».

Hay un encuentro de oración convocado en Londres este viernes 2 de agosto a las 6 (hora local) delante de la embajada francesa. Es de esperar que al convocarse con más tiempo, acuda mucha más gente.

PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»