La mañana de este martes, a punto de cumplirse los dos años de la invasión de Rusia a Ucrania y una década después del comienzo de esta guerra en 2014, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN España) ha lanzado la campaña “Ucrania, no quiero olvidarte”. Se trata de una iniciativa destinada a «socorrer a una Iglesia desbordada por los traumas y las heridas del conflicto. En este segundo aniversario, la prioridad número uno de la Iglesia católica es la atención al trauma de la población».
“Si dejáis de hablar de nosotros, dejaremos de existir”, afirmó el arzobispo mayor de la Iglesia greco católica ucraniana, monseñor Sviatoslav Schevchuk, durante la presentación de la campaña.
El 80% de la población está herida física o psicológicamente y por ello ACN España está dedicando mayores esfuerzos en «apoyar a esta Iglesia que grita auxilio ante la cada vez mayor indiferencia del exterior».
El número de personas asesinadas, mutiladas o traumatizadas por esta guerra olvidada sigue aumentando y los efectos a largo plazo en la sociedad son cada vez más graves. Esta crisis no tiene ninguna señal de que pueda llegar a su fin y el dolor psicológico representa que casi un tercio de la población sufre problemas mentales.
Según las cifras que maneja la fundación, más de 11 millones de personas han huido de sus hogares y el 40% de la población depende de la ayuda humanitaria. La Iglesia católica local es refugio para miles de personas, pero los sacerdotes, religiosas y laicos necesitan apoyo para seguir ayudando. Por ahora, según mencionó el director de ACN, José María Gallardo, hay cerca de 1100 seminaristas en Ucrania y todos ellos reciben ayuda de ACN para su formación y sustento».
«Tenemos que rezar por nuestros opresores»
Uno de los sacerdotes que pudieron atestiguarlo en la presentación de la campaña es Mateusz Adamski, de Kiev, que también hizo un llamado a «ser testigos del amor de Dios para los que no lo conocen».
«Tenemos que rezar por nuestros opresores, por su conversión. La gente está cansada por la inseguridad, pero cada vez la gente se acerca más a la Iglesia a recibir los sacramentos. Mucha gente no tiene esperanza, cae en el alcohol para salir de esta situación. Pero las palabras del Señor son: amad a nuestros enemigos. Nuestra misión es anunciar a Cristo muerto y resucitado, y que nuestra patria está en el Cielo».
Monseñor Schevchuk lamentó que «en algunas zonas han confiscado los bienes de la Iglesia y ya no hay presencia de sacerdotes. La misma existencia de nuestra Iglesia está prohibida. ¿Es posible sobrevivir como Iglesia en el subsuelo?», se pregunta.
Por ello, tanto la Iglesia greco católica como la del rito latino han decidido poner como su máxima prioridad la atención al trauma. De esta manera está impulsando un gran programa integral en todas las diócesis del país para la sanación y poder sacar así adelante a viudas, madres, huérfanos, mujeres cuyos maridos están en el frente y militares traumatizados por la violencia.
Este plan integral apoyado por ACN tiene previsto formar en la atención psico-espiritual con la organización de cursos para sacerdotes, religiosos y laicos. Hasta la fecha, 1.021 personas han sido atendidas en 11 centros del país y la demanda no deja de crecer.
“El futuro de Ucrania y de la Iglesia depende de cómo seamos capaces de responder a esta necesidad de superar el trauma de la guerra que ya ha afectado al corazón de la sociedad ucraniana: la familia”, ha asegurado monseñor Shevchuk.
Ayuda a la Iglesia Necesitada también quiere sostener un gran local en la región de Volyn para la rehabilitación espiritual y psicológica de jóvenes y niños afectados por la guerra.
«Lo que pasa en Ucrania es un genocidio»
El arzobispo mayor de la Iglesia greco católica ha sido muy tajante en calificar la situación en la que se encuentra el país: “Podemos testificar que lo que está sucediendo ahora en Ucrania es un genocidio. El poder del estado ha decidido eliminar la existencia de toda la nación. Las personas están siendo asesinadas en Ucrania por ser ucranianos”.
“Es muy importante condenar estos crímenes de guerra porque si no lo hacemos este tipo de trato, de comportamiento va a seguir continuando. Se va a replicar, va a invitar a invadir a otras naciones en otras partes del mundo, así que llamar a esto genocidio significa que hay que parar, decir que ¡ya basta!”, ha añadido.
Puedes ayudar a Ayuda a la Iglesia Necesitada desde su página web.
Aunque el conflicto se debate en el este del país, toda Ucrania está afectada por esta “guerra invisible” y las familias ucranianas están en “una tortura constante”, según monseñor Shevchuk. Los sacerdotes, religiosos y religiosas, están desbordados en la atención a los más necesitados y cada vez más empobrecidos. Por ello, el apoyo de subsistencia para las congregaciones religiosas es vital para continuar con un trabajo que no tiene fin.
Otro de los pilares de esta gran campaña está dirigida a los seminaristas. La guerra no ha frenado las vocaciones y todos los seminaristas del país reciben ayuda para su formación o sostenimiento desde que comenzó la invasión. Muchos de estos jóvenes son ahora huérfanos y no tienen medios para continuar con su formación.
El director de ACN España José María Gallardo ha asegurado que “con tantos conflictos abiertos en todo el mundo en la actualidad, corremos el peligro real de que Ucrania sea olvidada y estamos decididos a que esto no suceda”. Desde febrero de 2022, la fundación pontificia ha apoyado a la Iglesia en Ucrania con más de 600 proyectos y más de 15 millones de euros. Este país ha sido el más sostenido en 2022 y en 2023 por esta institución.
Puedes obtener mayor información sobre la campaña «Ucrania, no quiero olvidarte» desde la web de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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