22/12/2024

«Un camino para liberarnos a todos»: cien escenas de Tolkien para meditar con el Evangelio

Esta semana se ha presentado en Madrid el libro Un camino para liberarnos a todos, con el subtítulo Meditaciones a partir de El Señor de los Anillos y el Evangelio, de editorial Nueva Eva. Es obra del sacerdote Francisco Javier (Patxi) Bronchalo, popular en las redes (por ejemplo, en Red de Redes) y bloguero en Religión en Libertad. Tiene un prólogo de otro sacerdote apasionado por Tolkien, Antonio Izquierdo, y otro de Diego Blanco, autor de Un Camino Inesperado y El Evangelio en los Cuentos de Hadas.

La gran fuerza del libro de Bronchalo es que tiene muy claro su objetivo y es sincero con su método. Selecciona 106 fragmentos de El Señor de los Anillos , la gran obra de JRR Tolkien, y les busca a cada uno una aplicación en clave cristiana, un eco en el texto del Evangelio, algo que luego el lector puede aplicar a su propia vida.

Es pastoral, es un libro para la meditación y reflexión en píldoras, no busca hacer crítica literaria (aunque sí escudriñar los textos).

El estilo y lenguaje es sencillo y directo. El libro es especialmente adecuado para jóvenes por ese estilo, pero los temas tratados son serios y nos afectan toda la vida: la perseverancia, la vocación, el desánimo, la esperanza, la amistad, la seducción, el engaño…

De la escena tolkiniana a la propia vida y fe

Por ejemplo, cuando Frodo y Sam optan por «una escalera estrecha, muy larga y muy estrecha, una rajadura y un sendero muy por encima», puede recordar al lector cristiano la mención de la puerta estrecha que hace Jesús en Mateo 7:13. Aplicado a nuestra vida significa que el camino cristiano (como el de los hobbits) incluye complicaciones y dificultades, y que optar por uno más llano puede, en realidad, ser mucho peor.

El sabio Aragorn dice a Éomer, desconcertado por los cambios en el mundo: «El bien y el mal no han cambiado desde ayer, ni tienen un sentido para los elfos y enanos y otro para los hombres; corresponde al hombre discernir entre ellos». Un cristiano puede recordar 1 Tes 5, 21-23: «Examinarlo todo, quedaos con lo bueno». Para evitar los engaños y el relativismo, hay que recordar que el bien y el mal siguen existiendo.

Cuando Baya de Oro, esposa de Tom Bombadil, anima a los hobbits a salir al mundo peligroso, les dice: «Mantened firme vuestro propósito, benditos sean vuestros pasos, daos prisa mientras brilla el sol». Uno puede ver una figura materna que no sobreprotrege sino que ayuda a crecer y que envía al mundo sin engañar, admitiendo las dificultades del camino.

Baya de Oro despide a los hobbits, boceto de los Hermanos Hildebrandt, ya fallecidos (en su juventud colaboraron con el obispo Fulton Sheen); es una escena poco frecuente entre los ilustradores de pasajes de Tolkien. 

Así aborda más de cien pasajes. Son meditaciones y se presentan como tal. El libro pretende alimentar al lector como un pan del camino. Por eso puede ser bueno dosificarlo, como con tantos otros libros de meditaciones, para paladear poco a poco, quizá leyendo solo dos o tres meditaciones al día.

Por experiencia propia

Bronchalo es un true believer, es decir, un verdadero creyente, pero no solo en la fe cristiana, obviamente, sino también en la capacidad de la obra de Tolkien para nutrir mentes y corazones y acercar a una vida en Cristo y alimentarla. Cree eso porque lo ha visto y lo ha vivido.

Cuando leyó El Señor de los Anillos con 15 años, notaba que le daba consuelo y sabiduría. Lo comparaba con otras obras de fantasía que había leído, aventuras más o menos entretenidas, de las novelas de la serie de Dragonlance o del mundo de Warhammer y veía que era distinto: aquellas entretenían, pero no aportaban esa vida y fuerza que aportaba Tolkien.

Bronchalo creció, fue ordenado sacerdote y tuvo la experiencia aprendida del padre Antonio Izquierdo de reunirse con más personas a leer textos de Tolkien y comentarlos. Se planteaban tres preguntas:

– ¿qué dice Tolkien en este texto?
– ¿qué tiene que ver esto con mi vida?
– ¿qué me dice Dios sobre esto?

En la práctica, funcionaba como una introducción a las habilidades necesarias para la ‘lectio divina’, para leer la Palabra de forma viva. La razón es que tanto Dios en la Biblia cómo Tolkien en sus obras cuentan cosas reales e importantes mediante historias.

Consuelo y profundidad

«A los quince años El Señor de los Anillos no me evadía de la realidad, sino que me mostraba lo profundo de la vida, que la vida es bella, buena y verdadera. Hoy es necesario mostrar todo eso», dijo el sacerdote. «El Señor de los Anillos enseña que siempre hay esperanza, incluso en el sufrimiento. Tolkien habla de la eucatástrofe, del giro repentino que lo cambia todo. Un cristiano podría llamarlo gracia».

Nicholas Hoult interpreta a un joven JRR Tolkien en la película biográfica de Dome Karukoski; Tolkien desde su juventud sabía que lo que escribía no era mero entretenimiento.

También recordó que en su ensayo Sobre los cuentos de hadas, Tolkien pide tres características a la buena fantasía: evasión, consuelo y renovación. Son cosas que responden al gozo, al anhelo profundo del corazón.

Bronchalo está convencido de que leer a Tolkien puede hacer mucho bien a muchas personas. Tolkien señalaba luego que la mayor eucatástrofe era la Encarnación de Cristo.

Aplicabilidad, sí; alegoría encarrilada, no

Bronchalo sabe y recuerda que Tolkien detestaba la alegoría como género. Pero Tolkien daba un ejemplo de las alegorías que no le gustaban, cosas como «los cinco magos son los cinco sentidos». No era su estilo ni escribía así. Pero Tolkien sí aceptaba lo que llamaba «aplicabilidad» que da mucha libertad al lector.

Bronchalo lo explica de esta manera: «Gandalf no es Cristo, pero podemos ver a Cristo en la muerte sacrificial de Gandalf y a Moisés guiando a su pueblo cuando él va delante de la Compañía del Anillo y a David enfrentándose a Goliat cuando se enfrenta al Balrog de Moria. No es alegoría, es aplicabilidad». El paso final es preguntarse cómo se aplica eso en mi vida.

«Como sueños compartidos por una cultura»

Un camino para liberarnos a todos se basa en el libro de Tolkien, no en las películas, pero lo cierto es que puede leerse incluso sin conocerse la historia de los hobbits y su Anillo maligno, porque trata de grandes temas de la fe y la vida.

En la presentación en la librería Códice (C/Moratín, 7, Madrid) acudieron unas 60 personas. Bronchalo ya tiene una gran base de lectores, por sus libros para jóvenes como Santos o nada o El amor no se acaba, siempre de estilo directo y animoso.

Bronchalo citó a Stratford Caldecott, ya fallecido, un converso de la New Age al cristianismo, en parte por Tolkien. Caldecott decía que la verdad de los mitos y las leyendas soportan bien la repetición, insistir en su esquema, porque «son como sueños compartidos por toda una cultura, leerlos puede ser como rezar».

El sacerdote animó también a conocer y participar en las actividades de la Asociación Tolkien Católica de España, aprovechando que había varios socios en la sala. Y puntualizó que no sólo El Señor de los Anillos sino toda la obra de Tolkien está impregnada de su fe profunda y su esperanza.

Presentación del libro, con Bronchalo y su editora Marta Morena:

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