Estamos a las vísperas del inminente Cónclave, que elegirá al próximo Papa. Algún lanzado, o no, dictamina que será el último… Dios sabrá.
Lo que sí es seguro es que saldrá un nuevo Vicario de Cristo en la tierra, al frente de su Iglesia.
De qué signo? Voces más que interesadas se han lanzado en plancha, arrimando el ascua a su sardina. De ahí las etiquetas al uso y abuso: Progre o Conservador? Aperturista o Cerradico en banda? Blanco o Negro? Todas, insisto, interesadas, no: lo siguiente.
Porque a estas alturas, los intereses creados en el mundo Eclesial, muy en especial los que se identifican como «zurdos», están que se salen. Es que no viven, sólo pensando qué maquinar para seguir en la línea del anterior Vicario. Sólo qué yendo más allá: «esto no puede pararse; mucho menos pretender dar marcha atrás». Literalmente, ya han salido voces de Jerarcas con esta misma rajada por delante. Me ahorro los nombres.
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