Estamos de fiestas de la Virgen de la Paz en Gandullas. Ayer y hoy, misa solemne, procesión y subasta de varas y andas. Mucha gente del pueblo y la presencia de setenta chavales de una parroquia madrileña que, con su sacerdote al frente, han querido sumarse a la celebración.
He hablado de la alegría y la paz. Les decía que hay dos tipos de alegría. Una, la que sale de la boca y la garganta, alegría de jolgorio y diversión, que no digo yo sea mala, pero que resulta insuficiente. A la Virgen le he pedido para Gandullas y para esos chavales una alegría más profunda, esa que sale del diafragma y te regala la paz.
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