El jesuita Pedro Chia ha entrevistado al Papa Francisco, en un vídeo, sobre su intención reiterada de viajar a China, si pudiera conseguirlo.
Pedro Chia Sze Siong, sacerdote jesuita ordenado en Taipei (Taiwán) en 2012, es el director de la Oficina de Prensa de los jesuitas de la provincia de China.
En realidad, China no permite a los jesuitas ni a ninguna otra orden religiosa católica «extranjera» trabajar en el país, pero por razones históricas tienen presencia más o menos discreta en Macao (antigua colonia portuguesa), Hong Kong (antigua colonia inglesa) y Taiwán, donde tienen plena libertad de actuación.
El jesuita Pedro Chía en el Vaticano, donde entrevistó al Papa Francisco.
La entrevista, en español pero circulando con subtítulos en chino, espera llegar al público de China y las comunidades chinas de otros países y ha circulado por la prensa y redes jesuitas en ese idioma. Es un diálogo en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, que se grabó el 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora y de la Virgen de Sheshan.
“Tengo ganas, sí”, dice el Papa en esta entrevista de 16 minutos. Especifica el Pontífice que querría visitar precisamente el santuario de la Virgen de Sheshan en Shangái y comenta que tiene una imagen de esta advocación en su residencia en Casa Santa Marta.
En China querría hablar con los obispos y con el Pueblo de Dios. Les alaba por su fidelidad.
Quiere animar a los chinos católicos a perseverar en la paciencia, pero le parece «hasta tautológico» pedírselo a un pueblo que “que es maestro en esperar. Los chinos son maestros en la paciencia, en esperar. Ustedes tienen ‘el virus de la esperanza’, y es una cosa muy bella».
Preguntan también al Papa cómo aprovecha el tiempo y como afronta las críticas. El Papa anima a saber delegar: «Si uno quiere hacer todo, la cosa no funciona», sentencia. También reconoce la importancia de la colaboración, la escucha y las consultas antes de tomar decisiones.
Sobre las críticas, dice, «siempre ayudan: aunque no sean constructivas, ayudan siempre porque lo hacen a uno reflexionar sobre el modo de actuar», comenta el Santo Padre.
Matiza que «detrás de una resistencia puede haber una crítica buena, ¿no?», pero otras veces constata con dolor que «las resistencias no son sólo contra mi persona, son contra la Iglesia. Por ejemplo, hay un grupo, poca gente, que solamente reconocen hasta Pío XII, los Papas después ya no. Son de muy poca gente, un pequeño grupo, ¿no? En una revista española de hace unos números atrás, aparecían la lista de 22 grupos sedevacantistas. Pero son grupos pequeños, y que con el tiempo se van a ir integrando, ¿no?»
Después señala que Dios a veces se hace presente consolando, especialmente en situaciones difíciles.
Le preguntan por los grandes retos actuales que le inquietan, y él habla de las guerras en Ucrania, Myanmar y Palestina. “Yo siempre trato de resolverlos con el diálogo, y cuando no resulta, con la paciencia y siempre con el sentido del humor”, dice. Aprovecha para recomendar la oración de Santo Tomás Moro en la que pide, entre otras cosas, sentido del humor. Él reza mucho con esta oración.
– Si un joven le dice que está considerando hacerse jesuita, ¿qué consejo le daría a este joven? – pregunta Chia.
– ¡Que se haga dominico! ¡Ja ja ja!
– ¿De verdad?
– No, no, le diría que se deje acompañar -responde ya en serio.
También le preguntan un consejo para su sucesor. «Que rece. Sí, es importante. Porque ya el Señor habla en la oración», dice Francisco.
Finaliza alabando al pueblo chino como «un gran pueblo» y ofreciendo su bendición.
PUBLICADO ANTES EN «RELIGIÓN EN LIBERTAD»
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