21/12/2024

Vuelve el Observatorio de lo Invisible: seis días de intenso arte, fe y misterio en Valladolid

El Monasterio de la Santa Espina de Valladolid reúne estos días a más de un centenar de personas interesadas por el arte, entre alumnos, profesores y miembros del staff, que participan en la cuarta edición del Observatorio de lo Invisible (OI).

«Me alegra mucho que cada año nos volvamos a ver. Os pido que estéis atentos, porque en cualquier momento puede saltar la chispa. Cada edición hemos podido ver cómo surgían diversas iniciativas a raíz de lo vivido aquí: la revista Transfiguración, el proyecto Corazón del Arte, las charlas semanales de La Belleza de Cristo…», ha relatado Javier Viver, director del Observatorio de lo Invisible.

En la segunda jornada, este 23 de julio, se contó con la presencia del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. Quien ofreció una ponencia titulada «¡Gloria!», palabra que aparece más de 500 veces en la Biblia. «Es una palabra que hace posible lo imposible. La Gloria es la presencia de Dios llena de luz, que nos manifiesta el esplendor de la verdad y el resplandor del bien». 

El Arzobispo de Valladolid, feliz de acoger el Observatorio de lo Invisible en su archidiócesis, continuó hablando de la Gloria como «una fuerza estética, una luz llena de la verdad que la presencia de Dios comunica, el esplendor del bien que la presencia del Dios del amor manifiesta». Esta Belleza con mayúsculas no sólo es una forma, sino un trascendental: es «expresión de la verdad y el bien. Por eso Verum, Bonum et Pulchrum convergen».

En la segunda jornada se contó con la presencia del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello.

«Aquellos que acogen la verdad, que la presencia de Dios manifiesta, y el bien, que la presencia de Dios realiza, son llamados a la armonía, a la comunión, a la unidad», precisó el arzobispo, para quien al observar estos «destellos de verdad, bien y belleza es cuando se hace visible lo invisible, cuando lo trascendente se hace carne«.

El OI nace como propuesta de la Fundación Vía del Arte, cuya directora, Sonia Losada, ha querido también agradecer la presencia y el trabajo de cada uno de los que hacen posible esta escuela de arte y espiritualidad: «La mirada de cada uno es necesaria. Sin ella, esto sería incompleto».

Acercarse a los grandes místicos

Cada uno de los profesores de los nueve talleres de este año han presentado o anticipado su plan de trabajo para estos días. Ignacio Llamas, del taller de Fotografía, propone «trabajar con la cámara fotográfica como medio: si normalmente se utiliza para plasmar el exterior, emplearla como herramienta para bucear en lo que vive dentro de nosotros, de manera que las fotografías funcionen como metáforas del ser humano».

Miguel Álvarez-Fernández, del taller de Arte Sonoro, nos invita a entender qué es escuchar y qué sucede «cuando comienza la escucha»: «Juntos vamos a bajar (o a subir, según se mire) a niveles muy básicos y esenciales de la escucha». Esta esencialidad la busca también Jesús Cotta, del taller de Poesía, que admite que la creación poética se compone de dos facetas: un punto misterioso y mucho trabajo.

«Vamos a trabajar el oficio, la expresión lingüística, el lenguaje, de manera que cuando llegue la inspiración sepamos ponerla a trabajar». Pepa Pedroche organiza el taller de teatro, y en esta edición busca «acercarnos a los grandes místicos de los siglos XVI y XVII y a algunos dramaturgos que también transitaron esta espiritualidad». «Nuestro objetivo es conocer sus textos y trasladarlos a la espiritualidad que vivimos hoy para poder transmitirlo a los demás a través de las herramientas teatrales».

El profesor Nicolás de Maya ha asistido a las cuatro ediciones anteriores del Observatorio de lo Invisible, y en esta ocasión lo hace como profesor del taller de escultura. «En una semana no podemos aprender a esculpir, pero sí podemos aprender a pensar. Crearemos huella, registro, y volcaremos nuestras experiencias y vivencias, de forma que a partir de ahora, cada vez que veamos una escultura pensemos en este taller».

«En una semana no podemos aprender a esculpir, pero sí podemos aprender a pensar», dijo el profesor Nicolás de Maya.

El tono internacional lo aporta Krzysztof Zanussi. El director de cine polaco también afirma que es imposible aprender a hacer cine en tres días, pero sí aprender a mirar el mundo: «Exploraremos el conflicto, la guerra permanente en la que vivimos sumidos, partiendo de un pesimismo hasta descubrir una esperanza«. Por su parte, Miki Leal, del taller de Pintura, buscará «la estética de la autenticidad» a través de la búsqueda, dentro de cada uno, de lo que tiene de auténtico, individual, primitivo, familiar.

Y para elevarnos a la espiritualidad a través de la música, Ignacio Yepes nos introducirá en Bruckner, «un compositor complejo de sinfonías inacabables»: «A través de sus motetes, entenderemos cómo cuando Cristo muere Bruckner nos lleva con la música a esas profundidades, y cuando Dios lo levanta sobre todo y le concede el ‘Nombre-sobre-todo-nombre’, nos eleva con Él».

El escultor e imaginero Javier Viver dirige el Observatorio de lo Invisible. «Esta es la cuarta edición, pero todo nació como una idea: buscábamos unir arte y espiritualidad porque, de hecho, lo sagrado ha sido el tema recurrente y habitual del arte durante toda la historia». A lo largo de los años, el Observatorio de lo Invisible ha crecido, pero siempre reuniendo «artistas con la misma inquietud»: «Cada año sigue suscitando nuevas inquietudes y aumentando el número. Este año más de 200 solicitudes y hay 153 participantes en el OI entre profesores, artistas y alumnos».

El escultor e imaginero Javier Viver dirige el Observatorio de lo Invisible.

Además, según Javier Viver «el lugar marca mucho», por lo que el cambio del Monasterio de Guadalupe al de la Santa Espina ha supuesto grandes novedades: «Lo más importante es que podemos estar todos juntos, viviendo y conviviendo bajo el mismo techo, y que lo tenemos sólo para nosotros. Eso multiplica la potencia de intercambio entre nosotros». Además, el director del OI ha recordado que «la gente de los alrededores podrá participar en las veladas artísticas, que se abren a todos los pueblos cercanos».

Pero lo más especial del OI es, sin duda, cada uno de los artistas que aquí se reúnen. «El Observatorio se nutre de la creación, la intuición y del talento de cada uno de los que estamos aquí. Cada año hay gente distinta y cada edición es una sorpresa detrás de otra, donde la historia personal de cada uno contribuye a la propia obra que genera el Observatorio«.

Este año, todo el que quiera podrá asistir a las veladas, que tendrán lugar todos los días de 22:15 h. a 23:00 h. en el claustro del monasterio.

Lunes 22. Homenaje a Pedro Aizpurúa. Concierto del pianista Diego Fernández Magdaleno.

Martes 23. Recital Poético. Jesús Cotta. Juego y Teoría del Duende de Lorca. Musicalización Lupe de la Vallina y Guzmán Yepes.

Miércoles 24. Concierto de órgano y coro con el grupo vocal Accademia, bajo la dirección de Verónica Rioja y al órgano Juan Pablo Hervada Sonoimágenes acuáticas (chapoteos audiovisuales) Miguel Álvarez Fernández e Ignacio Llamas.

Jueves 25. La música nos eleva a Dios. Ignacio Yepes. Transparencia I. Ernesto Artillo y sus alumnos.

Viernes 26. Escuchas del agua y otras voces. Miguel Álvarez- Fernández y sus alumnos. Poesía, fuente de agua viva. Jesús Cotta y sus alumnos.

Sábado 27. Palabra: pasión y belleza. Pepa Pedroche y sus alumnos. Transparencia II. Ernesto Artillo y sus alumnos. Motetes de Anton Bruckner. Ignacio Yepes y sus alumnos.art

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